Capítulo 57— Medidas desesperadasNarradorIngresando al amplio lobby de GreenTech Solutions tras el pequeño enfrentamiento con Drakos, Federico sentía las palpitaciones de su corazón golpeando su pecho. La presencia de este hombre, la auditoría de Seth y la reciente pelea con Simón lo hacían sentir desequilibrado, como si pendiera de una cuerda floja, tan frágil, tan delicada que un solo movimiento en falso bastaría para caer a un precipicio tan hondo del cual difícilmente encontraría la salida.Notando cómo algunos de los empleados a su paso lo observaban detenidamente, estudiando las ligeras marchas en su rostro, Arias soltó una maldición silenciosa casi imperceptible. Era evidente que el rumor de la pelea con Simón se había extendido como pólvora por todo el lugar, por lo que él era la comidilla del día.Dirigiéndose al elevador con la intención de llegar a su oficina, este se detuvo por un instante para saludar a Milena, la directora de recursos humanos, y estampando un beso en l
Capítulo 58— La propia basuraNarradorIniciando un nuevo día, y con el sol iluminando la ciudad con sus primeros rayos, Simón se despertó esa mañana más inquieto de lo normal; ese día, más que parecer uno más para los demás, para Simón Arias era decisivo, determinante para el resto de su vida. Preparándose con algo de prisa mientras se ponía la corbata en el cuello, se observó frente al espejo por un breve instante, y exhalando algo de aire, solo asintió antes de tomar su saco sobre la cama y salir de su departamento.Al llegar al enorme edificio de GreenTech, Simón se mantuvo en silencio en el interior del vehículo, y observando la enorme edificación se preguntó¿Que haría si una vez que llegaran los informes de la licitación descubría que la malversación era más grande de lo que pensó? ¿Le contaría a Seth toda la verdad, y juntos encerrarían a su padre? ¿O simplemente callaría para salvar a Dalia? Él, mejor que nadie, conocía a Federico, lo que era capaz de hacer para salirse con l
Capítulo 59—De donde jamás debió salirNarradorSiendo entregado esposado a las autoridades por el equipo de seguridad de GreenTech, Federico se mantuvo detenido por al menos un par de horas, en las que hizo hasta lo imposible para salir de allí. Por supuesto, tras años y años de robar a los Green, había amasado una pequeña fortuna lo suficientemente grande como para vivir el resto de su vida sin tener que mortificarse por trabajar.Recorriendo la pequeña celda en la que se encontraba mientras la desesperación lo carcomía, Arias pasó las manos por su rostro, y deteniendo su andar al llegar a los barrotes, notó al guardia acercarse a él.—Tienes visita, Arias.Abriendo la pequeña reja, el oficial condujo a Federico a la sala acondicionada para recibir las visitas del día, y encontrando en este lugar a Flavio Green, Federico elevó su mentón levemente en un intento de parecer imperturbable cuando en realidad sabía que este hombre lo tenía en sus manos.Dando un par de pasos hasta tomar a
Capítulo 60— Perdiendo de verdadNarradorFlavio Green siempre había sido un hombre astuto. Un jugador de ajedrez con más experiencia que cualquiera de sus nietos. Y si había algo que le preocupaba en ese momento no era solo los resultados de la auditoría de la empresa, sino la cercanía de Seth con Magnus Drakos. Ese hombre no traía más que problemas, y lo sabía.Seth había hecho un trabajo impecable en la compañía. Había puesto en orden lo que Federico había dejado en ruinas, y si bien aún quedaba mucho por hacer, Flavio reconocía que su nieto se estaba desgastando demasiado rápido.Así que decidió hacer lo que mejor sabía hacer; mover las piezas en el tablero sin que nadie lo notara.Esa mañana, entró en la oficina de Seth con un sobre en la mano. Sin anunciarse, como era su costumbre.—Tengo algo para ti —dijo, dejando el sobre sobre el escritorio con la calma de quien no acepta un no por respuesta.Seth un poco descolocado por su inesperada visita, levantó la vista de los document
Capítulo 61—Propuesta oficialNarradorUn par de días después de estar alejados de la empresa, de todo el drama alrededor de Federico, de su captura, de su salida bajo fianza, Seth y Nebra regresaron a la ciudad. Por supuesto, disfrutaron al máximo el tiempo juntos, sin embargo, la realidad los alcanzó. Al llegar al fin el tan esperado cumpleaños de Dalia, Nebra fue invitada a una cena para celebrar, y asistiendo junto a su esposo a la íntima velada, al llegar se topó con Stephen apenas fue guiada a la mesa.—Nebra ¿Recuerdas a Stephen, el sobrino de mi difunto marido? Como sabes él es el prometido de DaliaNebra, quien aún no estaba de acuerdo con que esa locura sucediera, desvió la mirada por un instante a Dalia, quien venía acercándose a la mesa junto a Seth, ajena a la conversación que apenas se desarrollaba. Regresando la mirada al joven ante ella, Nebra liberó un poco de aire, decidida a hacer que su hermana terminara con ese absurdo esa misma noche.—Claro que lo recuerdo, Elen
Capítulo 62— Protagonista de tu historiaNarradorEl reloj marcaba las diez de la noche y la oficina de Seth aún tenía luz.Simón entró sin tocar, con el ceño fruncido y la mirada perdida en la pantalla de su celular.Seth, que estaba revisando unos documentos con una taza de café a medio terminar en la mano, levantó la vista con calma.—¿Interrumpo algo importante? —preguntó Simón, su voz teñida de sarcasmo.—Solo estoy perdiendo mi paz mental.—¿Te importa perderla un poco más?Seth arqueó una ceja y dejó los papeles sobre la mesa, señalándole la silla frente a él.—Adelante, hermano.Simón se sentó frente al escritorio de Seth, con la mirada fija en la nada, los puños cerrados sobre sus rodillas y la mandíbula tensa, y así permaneció por unos minutos en la misma posición, como si estuviera debatiéndose entre decir algo o tragárselo como siempre.Seth, golpeó la mesa con ambas palmas, con fastidio, al notar su actitud.—¿Vas a quedarte ahí respirando como si el mundo se estuviera ac
Capítulo 63— Realmente libre Narrador: El jardín del salón de eventos estaba iluminado con cientos de luces tenues, creando un ambiente elegante y sofisticado. Los invitados bebían champán, conversaban con sonrisas educadas y fingían disfrutar de una noche que en realidad solo se trataba de apariencias. Dalia, en el centro de todo, era la protagonista de una historia que no quería vivir. Su vestido perla brillaba bajo las luces, su cabello estaba perfectamente recogido, y su rostro mantenía una serenidad que era puro teatro. Se sentía en una jaula dorada. Nebra la observaba desde una de las mesas, con una copa en la mano y la incomodidad marcada en el rostro. No podía creer que su hermana hubiera accedido a esto, ya no tenía necesidad, ya había cumplido la mayoría de edad, era libre, libre como ella nunca lo fue. Sin embargo, se veía triste, se reflejaba en sus ojos, en su postura rígida, en la forma en que apretaba las manos sobre su regazo. Stephen estaba encantado, o al menos
Capítulo 64— Un besó dice más que mil palabrasNarrador:El hotel era básico, pero decente, de esos que sirven para una noche de emergencia sin hacer demasiadas preguntas. El recepcionista los miró con curiosidad cuando pidieron una habitación, pero no hizo comentarios cuando Simón deslizó su tarjeta de crédito dorada y tomó la llave. Cuando subieron y abrieron la puerta, la realidad se les presentó con un detalle que no habían considerado.—Solo hay una cama —anunció Dalia, cruzándose de brazos y observando el colchón matrimonial que dominaba la habitación.Simón se encogió de hombros, sin darle demasiada importancia.—He dormido en peores lugares. Yo me quedo en el sillón.Dalia soltó una risa incrédula y negó con la cabeza.—Como si entraras en esa cosa.Simón se giró y le lanzó una mirada pícara.—¿Me estás invitando a compartir la cama, Dalia?—¡Ni en tus mejores sueños! —le soltó un almohadazo, que él esquivó riendo.Simón se pasó una mano por el cabello.—Vi una tienda de pasad