Terminaba de arreglarse, cuando su tío Thomas irrumpe en su habitación sin anunciarse.

—No hay tiempo que perder, sobrino —Se muestra agitado e inquieto

—debes irte ahora.

—¿De qué estás hablando?

—De lo que pretende mi padre al intentar separarte de Emma Díaz.

—Nunca más vulvas a menciones a esa mujer. Está terminantemente prohibido hacerlo.

—Se está yendo del país en este momento, ¿dejarás que papá la obligue a irse?

James palideció de repente.

—No me interesa, razones tendrá para salir huyendo—. Respondió con su ego herido.

—Sé que la amas, no deberías dejar que se vaya sin darte una explicación.

—No necesito explicaciones, ya tengo suficiente con lo que vi ayer, cuando recibió dinero de mi abuelo.

—¿Y