Sin perder tiempo James se apresura entrar, su corazón late descontrolado por la emoción de esa oportunidad y hablar con Emma de una vez por todas. Claro que teniendo en cuenta la prudencia, aún no sabe cómo se encuentre de salud. La ama demasiado y lo que menos desea es lastimarla otra vez.

Emma se encuentra de espaldas, tomando valor para romper su corazón en mil pedazos por el bien de los dos.

—¿Cómo te encuentras? —pregunta de inmediato James, a cercándose.

—Bien—. Responde girando, lo mira directo a los ojos y lo ve estremecer, ella también siente como su corazón se detiene y un temblor la recorre por completo.

—¿Qué dijo el médico? — insiste en saber su estado de salud, quizás porque no sabe cómo empezar a decir que la ama.

—Deja las preguntas estúpidas y dime que es lo que haces aquí, ¿