Mia evaluó sus opciones y cuál sería la mejor manera de ganar. Segundos después comenzó a lanzar algunos puñetazos y también patadas. Giovanni evadió con agilidad la mayoría de sus golpes. En ningún momento atacó, siempre actuó desde la defensiva y eso comenzó a frustrarla. Se las arregló para con algunos movimientos más llevarlo hasta el suelo.
Giovanni quedó tendido con ella encima. Hubiera celebrado si no fuera porque había sido demasiado fácil. Podía ser buena luchando, pero no lo suficiente para vencer a Giovanni sin algún truco o juego sucio; sin embargo, no había tenido que usar ninguno de ellos.
—Vamos, gruñón, puedes hacerlo mejor que eso —se quejó.
Era la segunda vez que lo intentaban y la segunda que ella ganaba.
Se habían reunido con Zinerva y Luka para
Mia tenía el ceño fruncido y parecía triste. Ella estaba tan distraída que parecía no haberse dado cuenta de que llevaba un rato observándola. Había notado el momento en que el cambio había sucedido. La conocía bien y sabía cuándo no estaba siendo ella misma. No importa cuánto se había esforzado por mantenerse sonriente, se había dado cuenta de que algo no iba bien. Quería saber que era y buscarle una solución. —¿Qué pasa? —preguntó. Ella levantó la cabeza y lo miró en silencio por un rato. —¿Estás seguro que es esto lo que quieres? —Su pregunta lo dejó confundido, no entendía a que se refería, pero de todas formas ella no le dio tiempo de responder antes de continuar—. Luka me contó hoy lo de la muerte de tu padre. Giovanni se tensó. De todo lo que esperaba que le dijera, no se le habría ocurrido adivinar que se trataba de eso. —Él no tenía por qué decirte eso. —era consciente que estaba actuando a la defensiva, pero no estaba preparado para hablar sobre ello y quizás nunca lo e
Mia dio un suspiro mientras se retiraba su indumentaria y lo guardaba. Estaba cansada, no había pasado una buena noche, para ser exactos no había descansado como debía desde hace tres días. El mismo tiempo en el que no veía a Giovanni. Extrañaba tantas cosas de él; su cuerpo envolviéndola, abrir los ojos y ser lo primero que veía, su poco sentido del humor y la lista podía continuar por mucho más.La primera noche sin él, había sido la peor de todas. Había llorado como hace mucho tiempo no hacía. Confesar su amor y recibir silencio a cambio la había dañado más de lo había dejado ver.Trabajar había sido su mayor distracción, pero en cuanto se desocupaba rememoraba su última conversación con Giovanni. Necesitaba hacer algo al respecto, no podía continuar de esa manera. Convertirse en un zombie no es
Era curioso como los papeles se habían invertido. Ahora era él quien buscaba a Mia en todos lados. Esa mañana incluso había llegado a espiarla a través de la mirilla. La había visto por primera vez desde su última conversación. Ella había estado tan hermosa como siempre, aunque un poco distraída, en su interior había pedido que él fuera la causa.Cuando Mia había mirado hacia su puerta, casi sintió como si estuvieran frente a frente. La conexión de siempre, había estado presente. Se había tenido que aferrar a la mesa a su lado para no salir y llevarla a su departamento. La había observado marcharse sabiendo que era lo mejor. Ella había dejado las cosas claras, si volvía a su vida lo quería todo de él.Estaba pensando en comenzar a seguirla a todos lados solo para poder verla, pero eso parecía demasiado. Según la ley sería acoso. Al parecer en lo que respectaba a Mia ya no pensaba con claridad. Si no tenía cuidado terminaría haciendo alguna estupidez. Un t
Mia frunció el ceño mientras mordía el resaltador en su mano. Estaba leyendo algunos estudios recientes sobre algunos fármacos utilizados en las enfermedades más agresivas. Era increíble lo que la ciencia había logrado en las últimas décadas, necesitaba contrastar los resultados con la información de su estudio le estaba arrojando.Tal vez su parte menos favorita de su trabajo, era precisamente esa. El momento en que tenía quedarse sentada leyendo. Prefería estar en el laboratorio llevando a cabo pruebas y experimentando. Sin embargo, era también una parte fundamental y muy necesaria.—Ayer vi a Giovanni cuando salí a dejar la basura —comentó Zinerva llamando su atención.Su atención se esfumó por completo al escuchar a su amiga. Levantó la mirada y la encontró pintándose las uñas sobre el sill&oacu
Giovanni se acercó al banquillo que estaba ubicado en un rincón. Agarró su botella de agua y se bebió la mitad del contenido. Levantó la toalla que había traído y se secó el sudor antes de ponérsela en el cuello. Estaba agotado, Luka y él había entrenado por más de una hora. El esfuerzo físico era lo único que lo mantenía distraído últimamente. Y su amigo se había ofrecido como voluntario para acompañarlo a entrenar. —Esta debe ser la situación más triste —dijo Luka sentándose en el banquillo— Explícame porque estamos aquí cuando podríamos estar haciendo algo más divertido. ¿Has escuchado hablar de los clubs? Estaba seguro de que Luka detestaba esos lugares tanto o más que él. Sus formas de diversión eran muy diferentes a las del resto. Ir de campamento sonaba más como ellos. —Nadie te obligó a venir. —Él estaba tan empeñado en hacerlo enfurecer. —Siempre tan agradecido —dijo Luka irónico y por supuesto se rio. Cogió su celular p
Mia parpadeó más de una vez tratándose de acostumbrar a la luz. Ya no era tan intensa como cuando había llegado, pero aun sentía un ligero dolor en la cabeza que la volvía fastidiosa. Ese olor característico de los hospitales y el sonido de los monitores a la distancia, le hicieron recordar donde se encontraba y lo que había sucedido.No podía decir que hora era, ni por cuánto tiempo había estado dormida. Lo único en lo que podía pensar era en el sueño extraño que había tenido. Negó. era imposible que Giovanni hubiera venido a verla al hospital.Su cuerpo se sentía adormecido. Intentó mover las manos para apoyarse sobre ellas e incorporarse, pero un agarre en una de ellas le impidió moverse. Giró su cabeza en esa dirección y se encontró con Giovanni. Él estaba sentado a un lado de su cama mirándol
El doctor alumbró directo a los ojos de Mia con su linterna mientras tiraba de los parpados hacia abajo para mantenerlos abiertos. Giovanni estaba un poco impaciente, no estaría tranquilo hasta escuchar que todo estaba bien.El doctor asintió -lo tomó como buena señal- luego caminó hasta la mesa a los pies y cogió la historia clínica. Escribió algunas cosas antes de volver a fijar su atención en Mia.—¿Nauseas? —peguntó él y Mia rápidamente negó con la cabeza. Su ceño se frunció un poco después de hacer eso—. Parece que todavía hay mareos.—No son tan molestosos.—¿Y el dolor de cabeza?—Casi ni lo siento. ¿Ya me puedo ir?—Deja que el doctor haga su trabajo —intervino.Ella lo fulminó con la mirada. &E
Mia observó a Giovanni alejarse y salir del departamento. Extrañó su presencia de inmediato. Apenas se habían reconciliado y ya lo quería a su lado a todas horas. Habían pasado demasiado tiempo separados, aunque no iba a pensar en eso más. Se concentraría en en el presente.Soltó un suspiró y miró a su mejor amigo. Necesitaba saber que estaba pasando y porque ambos hombres estaban actuando tan raros, eso era algo más propio de ella.—¿A qué se refería, Giovanni?—Mia, yo… —Él se quedó en silencio por bastante tiempo y su curiosidad, así como su temor, creció.Comenzó a creer que se trataba de algo realmente malo y era por eso que no podía decírselo.—¿Dante? —insistió antes de comenzar a sacar conclusiones equivocadas.—Te amo —dijo de pronto él.Sus palabras la tomaron por sorpresa, no se esperaba eso. No tenía sentido, él nunca le había dado indicios de que era así ¿O era ella