- Tranquila... ya vuelvo pasaré por ti para la cena- hablo también en voz baja que apenas pude escuchar, apenas y me vio antes de irse, sin dejarme decir una palabra más. El tiempo transcurría lento sin piedad y mi corazón estaba al límite, faltaban cinco para las siete cuando se escuchó un mueble estacionarse en la cochera del taller, corrí allá con la ilusión de que fuera Carlos, pero me desmoroné cuando vi a Erick bajar del auto. - ¿Estás bien Elisa? tu corazón se oye algo mal- no pude evitar más llorar, mis pensamientos no daban tregua. ¿Que estaría haciendo con ella? ¿La rechazaría? ¿La habrá besado? ¿Se sentiría atraído por ella? ¿Yo cruzaba por sus pensamientos? Mil preguntas me inundaban - Elisa ¿Qué pasa? - llegó a mi lado abrazándome antes de derrumbarme por fin - la encontró- logré decir en medio de aquel dolor - ¿De qué hablas? – su voz sonaba preocupada y confusa - Carlos encontró a su mate - llore aún más, hubo silencio solo se escuchaba mi llanto inevitable. -tranq
Los rayos del sol no llegaron por la mañana, ni acariciaron mi rostro entrando por la ventana como todos los días. Este día era nublado casi oscuro las nubes grises y la neblina rodeaban cada parte, era como si me recordarán a propósito el gris de sus ojos y que ahora el sol se escondía de mí.El reloj marcaba las siete de la mañana, tenía que ponerme en pie para ir a la universidad, pero mi cuerpo no daba para eso, se sentía cansado, cerré los ojos nuevamente y le di la espalda a la ventana. Sentí la cama moverse y como una nariz fría me buscaba entre las cobijas.- Buenos días cachorro- la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi papá ya cambiando en su traje negro.-¿hija?, te parece si después de la universidad paso por ti, tengo algo planeado- sonreí, sé que lo hacía con todo su amor para que yo no me la pasará tan mal y aunque quería decirle que no, que estaba bien, la verdad era que si lo necesitaba- sí, gracias pa-- te espero abajo para irnos- salió de la habitación
CarlosLlegué a casa en medio de la noche, miré los papeles en mi mano, los había conseguido después de hipnotizar a algunas personas. Me había detenido a pensar con la mete fría, normalmente no hipnotizaba de esta manera, por lo menos no en un tiempo, era más divertido manipular, pero ciertos casos se requerían, esto no era un juego era el único medio para saber de Elisa sin estar cerca de ella, pues si yo mismo la protegía corría el peligro de darme por vencido y huir junto con ella.- nunca te había visto así- Erick me miró con lastima al entrar, era algo que odiaba, pero si quería conseguí algo en este momento no podía ponerme a la defensiva además de que no tenía las fuerzas para hacerlo.- si en algo te podemos ayudar Carlos, cuenta con nosotros- si ella supiera lo bien que quedaba esa frase hoy.- Puedes borrar su memoria- propuso Erick y lo mire como si lo intentará asesinar - sería lo mejor Carlos, ahora tienes a tu mate y ella merece vivir feliz- negué-
Algunas semanas habían pasado el ambiente se sentía diferente, el frío y la nieve llegaron con fuerza, revistiendo el paisaje en blanco, las casas se encontraban adornadas en todo su esplendor, luces brillantes, monos de nieve, renos en el techo, había sonrisas en todo lugar, y a pesar de cuánto lo extrañaba y el dolor que seguía en mi pecho por su ausencia también sonreía. Estaba agradecida por lo que tenía a pesar de no tenerlo a él... Nadia se había convertido en mi amiga, había conocido a Melissa y se llevaban bien; mamá estaba feliz por la Navidad que estaba a solo un par de días, amaba hacer regalos para sus alumnos de preescolar, en estos tiempos la sala se convertía en área de manualidades, Yeni estaba emocionada no solo por estas fechas sino porque había mejorado en su arte y empezaría clases de pintura el próximo año, mi papá se miraba muy animando pues tenía grandes probabilidades de ganar el caso que estaba en sus manos y sacar a su amigo de la cárcel. La vida seguía en ma
Mis padres, mamá, papá... Los había tenido aquí hace solo un momento, solo un momento ¿Cómo era posible? La sonrisa de mis padres apareció en mi mente ahogándome un poco más y... Yeni, mi hermanita luchaba contra la muerte en el frío cuarto de un hospital. - ¡Elisa! ¡Respira! ¡vamos! ¡Tranquila por tu hermana! - escuché a lo lejos la voz de Nadia llamándome, no había notado que estaba en el suelo luchando por respirar con las manos en mi pecho, sostenida por el oficial y Nadia frente a mí, intenté hacer lo que me decían por Yeni, tenía que verla, estar con ella, tenía que ser fuerte, por ella... Nadia me abrazo cuando volví a respirar, aun así, el llanto era incontrolable. - Ne...neces...necesito ir al hospital- logré decir - Las puedo llevar- el oficial ofreció, pero Nadia me guío a su auto dando las gracias al oficial, que de todas maneras nos seguirá para protección. - Melissa- Nadia hablaba por teléfono mientras yo seguía llorando sin poder creer lo que estaba viviendo, espera
- Por fin la vida te da lo que mereces Elisa, ahora eres una maldita huérfana en la calle- la voz de Melissa retumbó en la habitación de la manera más frívola y malvada como jamás se había escuchado.Estaba pasmada ¿Esta era mi amiga de toda la vida? Debía estar alucinado o algo por el estilo, pero ella permanecía ahí con su traje negro impecable frente mi cruzada de brazos y sonriendo, Nadia y Erick estaban igual de sorprendidos que yo.- ¿Que...que te pasa Mel? - me atreví a hablar con el nudo en mi garganta, de reojo vi como el notario salía de la habitación dejando sus pertenencias sobre la mesa.- ¿No lo ves?... — ¿No lo ves?... Esas palabras me había dicho Carlos una vez que hablábamos de ella, él sabía de ella más de lo que nuca imagine, seguro la había escuchado hablar o algo, debí pensar que por algo lo decía...no, no lo vi... - siempre te e odiado, eres una maldita niña fresa con la vida perfecta, una vida que yo quería, y ahora mírate - su vista recorrió mi cuerpo - hice m
Dos años seis meses después Abrí la puerta café del que ahora era mi hogar desde hace un año y seis meses, Bruno me dio la bienvenida saltando de un lado a otro, ahora ya no era un cachorro si no un perro enorme. - me echaste de menos bruno- este ladro un par de veces- vamos por tu comida- Al final si había vendido la casa de mis padres, fue doloroso perder lo único que me quedaba de ellos, estuve allí por un año ya que no se vendía debido a su alto costo, los gastos ya me sobré pasaban por lo que la vendí a un precio muy bajo, los gastos médicos de Yeni eran muy costosos, el hospital privado y las máquinas, cada minuto que pasaba valía una fortuna, mi hermana merecía tener una oportunidad de vivir... Hasta ahora no había ningún cambio, mantenía la esperanza de que algún día despertara. La casa era pequeña, una sala y cocina en concepto abierto, una habitación, un baños y una cochera para un auto, eso era todo, las paredes eran blancas y el piso de madera clara, la mayoría de los m
23CarlosEl suelo bajo mis pies crujía bajo el peso del lobo negro y el lobo marrón que corrían por el bosque esquivando los escasos pinos nevados de alrededor, la nieve aquí era tan común que dejaba de ser especial.El lobo corría atrás de mí en un intento de alcanzarme y derribarme, sin tener conocimiento que en realidad yo podía correr mucho más rápido, cansado de esto me di la vuelta y lo derribe de una vez por todas, no sin recibir un golpe por su parte, el lobo enojado y frustrado camino unos metros más adelante, yo me detuve en uno de los pinos más altos que estaba rodeado de arbustos, a partir de esta área el bosque se volvía más espeso, mi ropa se encontraba en la base de este cubierta de pequeños copos.- Lo hiciste mejor está vez- comenté después de haberme cambiado, Josh el lobo marrón salió de detrás de otro arbusto acomodando su ropa.- Creo que nunca podré alcanzarte- comento cabizbajo- eso es verdad- sonreí con superioridad - pero sin duda lo haces mejor cada vez- él