La música fluía libremente por la habitación colándose por cada parte, haciéndome vibrar con cada nota, sintiendo las emociones expresadas del autor de estás. Me terminaba de arreglar frente al espejo, me encantaba el vestido que había elegido era verde salvia, tenía un velo por encima con decoración de pequeñas hojas esparcidas en plata, marcaba mi cintura con un cinto del mismo material tenía un escote en v de tirantes, era largo y con un corte que llegaba a mitad de muslo, mi cabello caía ondulado perfectamente acomodado en la parte de atrás donde era unido por un par de trenzas, el maquillaje estaba hermoso gracias a una maquillista, resaltaba cada rasgo.-Pareces toda una reina… mi reina- su voz y reflejó me sorprendió, me permití admirarlo a través de aquel espejo un momento, vestía un bello traje en azul oscuro que se amoldaba a su cuerpo a la medida, no vestía corbata y su camisa quedaba desabrochada en los primeros botones dando así un toque juvenil-Te diría que tú también,
- Nací en Roma, mi madre era española y papá de allí, vivíamos a las orillas de un pueblo pequeño, casi en el bosque, mi...Padre, era el Alfa de la manada, una muy respetada de aproximadamente treinta miembros, las mandas no suelen pasar de más 30 o 50 cuando mucho, para evitar problemas de dominio - tomó aire antes de continuar, se notaba que le costaba recordar- Mamá era una mujer sumamente gentil y amable, parecía que no podía haber maldad en ella- recordó con una sonrisa y nostalgia en su mirar- En cambio él- hablo con odio está vez- Era un ser despreciable, capaz de pasar por encima de cualquier vida humana... pienso que si mamá no hubiera sido su mate nunca le hubiera aguantado tantas cosas, era como estar obligada a estar con él, su amor la hacía una persona ciega... Erick era el siguiente sucesor, en su mente él quería mejorar las cosas cuando estuviera a cargo, la manda le apreciaba era todo lo contrario a papá… se parecía a mamá, pero su transformación tardo en llegar y el Re
Un año después...Sentí el frío al salir de mi casa, este año el clima era más agresivo, a 29 de noviembre estábamos a apenas tres grados.El año había pasado rápido, cumplí mis veinte años hace un mes y hasta pude festejar el cumpleaños de Carlos quien decía cumplir 26 pero en realidad su cuerpo seguía teniendo 25 y en realidad cumplía 141, un enrredadero, Erick me había llamado unos días antes para decirme la fecha de su cumpleaños ya que él no quería decir, resultó ser un 18 de abril. Hoy regresaban Érick y Nadia de Roma por lo que en la noche iríamos a cenar con ellos, y también Melissa regresaba el día de mañana y conocería a la pequeña Mar y bueno ahora estaba en la universidad, llevaba un año en mi carrera de licenciatura en diseño de interiores y por la tarde seguía en el taller. La vida había sido buena hasta el día de hoy, todo parecía marchar con excelencia.Las botas cafés mantenían mis pies calientes mientras caminaba al auto de Carlos quien me esperaba con la puerta abie
- Tranquila... ya vuelvo pasaré por ti para la cena- hablo también en voz baja que apenas pude escuchar, apenas y me vio antes de irse, sin dejarme decir una palabra más. El tiempo transcurría lento sin piedad y mi corazón estaba al límite, faltaban cinco para las siete cuando se escuchó un mueble estacionarse en la cochera del taller, corrí allá con la ilusión de que fuera Carlos, pero me desmoroné cuando vi a Erick bajar del auto. - ¿Estás bien Elisa? tu corazón se oye algo mal- no pude evitar más llorar, mis pensamientos no daban tregua. ¿Que estaría haciendo con ella? ¿La rechazaría? ¿La habrá besado? ¿Se sentiría atraído por ella? ¿Yo cruzaba por sus pensamientos? Mil preguntas me inundaban - Elisa ¿Qué pasa? - llegó a mi lado abrazándome antes de derrumbarme por fin - la encontró- logré decir en medio de aquel dolor - ¿De qué hablas? – su voz sonaba preocupada y confusa - Carlos encontró a su mate - llore aún más, hubo silencio solo se escuchaba mi llanto inevitable. -tranq
Los rayos del sol no llegaron por la mañana, ni acariciaron mi rostro entrando por la ventana como todos los días. Este día era nublado casi oscuro las nubes grises y la neblina rodeaban cada parte, era como si me recordarán a propósito el gris de sus ojos y que ahora el sol se escondía de mí.El reloj marcaba las siete de la mañana, tenía que ponerme en pie para ir a la universidad, pero mi cuerpo no daba para eso, se sentía cansado, cerré los ojos nuevamente y le di la espalda a la ventana. Sentí la cama moverse y como una nariz fría me buscaba entre las cobijas.- Buenos días cachorro- la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi papá ya cambiando en su traje negro.-¿hija?, te parece si después de la universidad paso por ti, tengo algo planeado- sonreí, sé que lo hacía con todo su amor para que yo no me la pasará tan mal y aunque quería decirle que no, que estaba bien, la verdad era que si lo necesitaba- sí, gracias pa-- te espero abajo para irnos- salió de la habitación
CarlosLlegué a casa en medio de la noche, miré los papeles en mi mano, los había conseguido después de hipnotizar a algunas personas. Me había detenido a pensar con la mete fría, normalmente no hipnotizaba de esta manera, por lo menos no en un tiempo, era más divertido manipular, pero ciertos casos se requerían, esto no era un juego era el único medio para saber de Elisa sin estar cerca de ella, pues si yo mismo la protegía corría el peligro de darme por vencido y huir junto con ella.- nunca te había visto así- Erick me miró con lastima al entrar, era algo que odiaba, pero si quería conseguí algo en este momento no podía ponerme a la defensiva además de que no tenía las fuerzas para hacerlo.- si en algo te podemos ayudar Carlos, cuenta con nosotros- si ella supiera lo bien que quedaba esa frase hoy.- Puedes borrar su memoria- propuso Erick y lo mire como si lo intentará asesinar - sería lo mejor Carlos, ahora tienes a tu mate y ella merece vivir feliz- negué-
Algunas semanas habían pasado el ambiente se sentía diferente, el frío y la nieve llegaron con fuerza, revistiendo el paisaje en blanco, las casas se encontraban adornadas en todo su esplendor, luces brillantes, monos de nieve, renos en el techo, había sonrisas en todo lugar, y a pesar de cuánto lo extrañaba y el dolor que seguía en mi pecho por su ausencia también sonreía. Estaba agradecida por lo que tenía a pesar de no tenerlo a él... Nadia se había convertido en mi amiga, había conocido a Melissa y se llevaban bien; mamá estaba feliz por la Navidad que estaba a solo un par de días, amaba hacer regalos para sus alumnos de preescolar, en estos tiempos la sala se convertía en área de manualidades, Yeni estaba emocionada no solo por estas fechas sino porque había mejorado en su arte y empezaría clases de pintura el próximo año, mi papá se miraba muy animando pues tenía grandes probabilidades de ganar el caso que estaba en sus manos y sacar a su amigo de la cárcel. La vida seguía en ma
Mis padres, mamá, papá... Los había tenido aquí hace solo un momento, solo un momento ¿Cómo era posible? La sonrisa de mis padres apareció en mi mente ahogándome un poco más y... Yeni, mi hermanita luchaba contra la muerte en el frío cuarto de un hospital. - ¡Elisa! ¡Respira! ¡vamos! ¡Tranquila por tu hermana! - escuché a lo lejos la voz de Nadia llamándome, no había notado que estaba en el suelo luchando por respirar con las manos en mi pecho, sostenida por el oficial y Nadia frente a mí, intenté hacer lo que me decían por Yeni, tenía que verla, estar con ella, tenía que ser fuerte, por ella... Nadia me abrazo cuando volví a respirar, aun así, el llanto era incontrolable. - Ne...neces...necesito ir al hospital- logré decir - Las puedo llevar- el oficial ofreció, pero Nadia me guío a su auto dando las gracias al oficial, que de todas maneras nos seguirá para protección. - Melissa- Nadia hablaba por teléfono mientras yo seguía llorando sin poder creer lo que estaba viviendo, espera