¡aparecio el lobito!
Los árboles pasaban en un borrón a nuestro lado, me sujetaba con toda la fuerza que me era posible; el aire helado tocaba mi cuerpo traspasando el suéter, pero era una sensación increíble. Una sensación de libertad.A pesar del miedo que me provocaba viajar a tal velocidad y el vacío que se creaba en mi estómago, me sentía segura, con él, algo que solo Carlos podía provocar; está sensación de peligro, terror, protección y amor.Llegamos a la cima de una montaña, dónde se podía apreciar gran parte del bosque, el cielo estaba nublado y la neblina estaba tan espesa que se le podía ver merodeando entre los pinos, brindándole ese toque de misterio.El enorme lobo se recostó un poco permitiéndome bajar para luego volver a ponerse de pie a un lado mío y brindarme el calor que había perdido con el viento.- es hermoso Carlos, como tú –lo acaricié, la vista era magnífica un lobo enorme en la esquina de mi vista, el bosque inmenso, el clima frío y la neblina que se arremolinaba alrededor de nue
Al entrar en casa todos gritaron¡Felicidades!Bruno se lanzó a mí como si supiera de que se trataba todo esto, ni caso le hizo a Carlos.Los abrazos no se hicieron esperar y a decir verdad me encontraba muy feliz de recibir todo esté cariño.- Felicidades hija- mamá fue la primera - espero que disfrutes este día mi pequeña-- Gracias mamá, me encanta todo esto-- ¡Eli! ¡Eli! ¡felicidades hermanita te quiero! - recibí un mini abrazo de Yeni- gracias enana, espero no te hayas comido mi pastel- se encogió de hombros y salió corriendo, enana desgraciada lo había hecho.- ¡Eli felicidades! - grito Mel para después envolverme en un abrazo - mi mejor amiga hermana, mírate estás bellísima- gracias Mel- en seguida se acercaron algunas de las amigas de Mel a las que sinceramente la que más apreciaba era a Camila pues era con la que mejor hablaba después de todo lo que paso, aun así, estaba contenta que hubieran venido, quizás pudiera limar perezas con ellas; me dejaron feliz cumpleaños y me
La música fluía libremente por la habitación colándose por cada parte, haciéndome vibrar con cada nota, sintiendo las emociones expresadas del autor de estás. Me terminaba de arreglar frente al espejo, me encantaba el vestido que había elegido era verde salvia, tenía un velo por encima con decoración de pequeñas hojas esparcidas en plata, marcaba mi cintura con un cinto del mismo material tenía un escote en v de tirantes, era largo y con un corte que llegaba a mitad de muslo, mi cabello caía ondulado perfectamente acomodado en la parte de atrás donde era unido por un par de trenzas, el maquillaje estaba hermoso gracias a una maquillista, resaltaba cada rasgo.-Pareces toda una reina… mi reina- su voz y reflejó me sorprendió, me permití admirarlo a través de aquel espejo un momento, vestía un bello traje en azul oscuro que se amoldaba a su cuerpo a la medida, no vestía corbata y su camisa quedaba desabrochada en los primeros botones dando así un toque juvenil-Te diría que tú también,
- Nací en Roma, mi madre era española y papá de allí, vivíamos a las orillas de un pueblo pequeño, casi en el bosque, mi...Padre, era el Alfa de la manada, una muy respetada de aproximadamente treinta miembros, las mandas no suelen pasar de más 30 o 50 cuando mucho, para evitar problemas de dominio - tomó aire antes de continuar, se notaba que le costaba recordar- Mamá era una mujer sumamente gentil y amable, parecía que no podía haber maldad en ella- recordó con una sonrisa y nostalgia en su mirar- En cambio él- hablo con odio está vez- Era un ser despreciable, capaz de pasar por encima de cualquier vida humana... pienso que si mamá no hubiera sido su mate nunca le hubiera aguantado tantas cosas, era como estar obligada a estar con él, su amor la hacía una persona ciega... Erick era el siguiente sucesor, en su mente él quería mejorar las cosas cuando estuviera a cargo, la manda le apreciaba era todo lo contrario a papá… se parecía a mamá, pero su transformación tardo en llegar y el Re
Un año después...Sentí el frío al salir de mi casa, este año el clima era más agresivo, a 29 de noviembre estábamos a apenas tres grados.El año había pasado rápido, cumplí mis veinte años hace un mes y hasta pude festejar el cumpleaños de Carlos quien decía cumplir 26 pero en realidad su cuerpo seguía teniendo 25 y en realidad cumplía 141, un enrredadero, Erick me había llamado unos días antes para decirme la fecha de su cumpleaños ya que él no quería decir, resultó ser un 18 de abril. Hoy regresaban Érick y Nadia de Roma por lo que en la noche iríamos a cenar con ellos, y también Melissa regresaba el día de mañana y conocería a la pequeña Mar y bueno ahora estaba en la universidad, llevaba un año en mi carrera de licenciatura en diseño de interiores y por la tarde seguía en el taller. La vida había sido buena hasta el día de hoy, todo parecía marchar con excelencia.Las botas cafés mantenían mis pies calientes mientras caminaba al auto de Carlos quien me esperaba con la puerta abie
- Tranquila... ya vuelvo pasaré por ti para la cena- hablo también en voz baja que apenas pude escuchar, apenas y me vio antes de irse, sin dejarme decir una palabra más. El tiempo transcurría lento sin piedad y mi corazón estaba al límite, faltaban cinco para las siete cuando se escuchó un mueble estacionarse en la cochera del taller, corrí allá con la ilusión de que fuera Carlos, pero me desmoroné cuando vi a Erick bajar del auto. - ¿Estás bien Elisa? tu corazón se oye algo mal- no pude evitar más llorar, mis pensamientos no daban tregua. ¿Que estaría haciendo con ella? ¿La rechazaría? ¿La habrá besado? ¿Se sentiría atraído por ella? ¿Yo cruzaba por sus pensamientos? Mil preguntas me inundaban - Elisa ¿Qué pasa? - llegó a mi lado abrazándome antes de derrumbarme por fin - la encontró- logré decir en medio de aquel dolor - ¿De qué hablas? – su voz sonaba preocupada y confusa - Carlos encontró a su mate - llore aún más, hubo silencio solo se escuchaba mi llanto inevitable. -tranq
Los rayos del sol no llegaron por la mañana, ni acariciaron mi rostro entrando por la ventana como todos los días. Este día era nublado casi oscuro las nubes grises y la neblina rodeaban cada parte, era como si me recordarán a propósito el gris de sus ojos y que ahora el sol se escondía de mí.El reloj marcaba las siete de la mañana, tenía que ponerme en pie para ir a la universidad, pero mi cuerpo no daba para eso, se sentía cansado, cerré los ojos nuevamente y le di la espalda a la ventana. Sentí la cama moverse y como una nariz fría me buscaba entre las cobijas.- Buenos días cachorro- la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi papá ya cambiando en su traje negro.-¿hija?, te parece si después de la universidad paso por ti, tengo algo planeado- sonreí, sé que lo hacía con todo su amor para que yo no me la pasará tan mal y aunque quería decirle que no, que estaba bien, la verdad era que si lo necesitaba- sí, gracias pa-- te espero abajo para irnos- salió de la habitación
CarlosLlegué a casa en medio de la noche, miré los papeles en mi mano, los había conseguido después de hipnotizar a algunas personas. Me había detenido a pensar con la mete fría, normalmente no hipnotizaba de esta manera, por lo menos no en un tiempo, era más divertido manipular, pero ciertos casos se requerían, esto no era un juego era el único medio para saber de Elisa sin estar cerca de ella, pues si yo mismo la protegía corría el peligro de darme por vencido y huir junto con ella.- nunca te había visto así- Erick me miró con lastima al entrar, era algo que odiaba, pero si quería conseguí algo en este momento no podía ponerme a la defensiva además de que no tenía las fuerzas para hacerlo.- si en algo te podemos ayudar Carlos, cuenta con nosotros- si ella supiera lo bien que quedaba esa frase hoy.- Puedes borrar su memoria- propuso Erick y lo mire como si lo intentará asesinar - sería lo mejor Carlos, ahora tienes a tu mate y ella merece vivir feliz- negué-