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Capítulo 4: Marcada.

Advertencia:

                           Este capítulo contiene escenas de abuso sexual y maltrato, queda bajo su responsabilidad leer.

Charlotte

Cuando al fin sale puedo expulsar todo el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo. No puedo creer en la mala suerte que tengo, mira que mi hijo se me escape y justo choque con su padre es algo que solo me pasa a mi.

Volver a verlo después de tanto tiempo es un calvario, y que venga a reclamarme y ha tratar de dejarme como la mala de la historia me enfurece, pero ya debería estar acostumbrada a que todo lo que pasa sea mi culpa.

No pienso permitir que se atreva a alejarme de mi hijo, mi pedacito de cielo lo es todo para mí y nadie puede sacarmelo Proque es mío. Yo fui la que lo llevo nueve meses en mi vientre, la que desde que se enteró de su existencia lo protegió de todo y todos, la que lo crío desde que era un pequeño bulto al que temia lastimar porque se veía tan frágil, la que lucha día a día para no rendirse porque tiene un hijo que la necesita. Y ni él ni nadie puede venir a decirme que no soy una buena madre porque ellos no conocen lo que vivimos todos los días, solo somos nosotros dos contra el mundo.

Me di cuenta de cómo Andriano me juzgaba por cada cosa que decía e incluso por dónde vivimos, pero él no tiene porqué meterse en mi vida, si él solo decidió no formar parte de la mía hace tiempo porque según él estaría traicionando a su hermana.

Solo espero no se le ocurra hacer sentir mal a mi hijo porque le guste o no es mío.

Dejo de pensar porque tengo que trabajar o si no todo será peor, me encaminó hacia la habitación de mi niño que es donde lo deje para poder hablar tranquila con su padre.

Nunca le negué a su padre, no sería capaz de eso, siempre le dije que tenía uno y que se llama Andriano, pero que no podía estar con nosotros por el momento, y ahora llego el momento que crei jamás llegaría, él de que su padre volviera a nuestras vidas para revolucionarlo todo.

Mi niño está concentrado haciendo sus tareas, es un niño muy inteligente al que le gusta estudiar y eso me gusta porque es algo que lo mantiene ocupado.

-¿Todo bien, mi cielo?-le pregunto a mi niño e inmediatamente obtengo su atención.

-Si, mamá.-dice mi bebé moviendo su cabeza y en consecuencia revoloteando sus preciosos rulos.

-Debemos prepararnos porque iremos a la cafetería, pero primero te haré algo para que comas.-le aviso y él asiente pensativo.-¿Sucede algo, mi amor?-le pregunto preocupada.

-No, ¿Papá ya se ha ido? ¿Volverá, verdad?-me pregunta dejándome helada, ¿Cómo puede ser que se haya dado cuenta?

-Yo... tú...-no puedo decir nada coherente porque mi bebé de cuatro años me ha dejado sin palabras.

-Lo has llamado, An... Andriano y papá se llama así, además él tiene cara de ser mi papá.-empieza a parlotear mi pedacito de cielo y solo puedo negar divertida cuando estoy más relajada.

-Eres muy inteligente, ¿Lo sabes, no?-pregunto riendo de la situación, se supone que debía buscar el momento indicado para decírselo, pero mi hijo lo dedujo por si solo.

-He salido a ti, mami.-me dice y eso termina de hacermer sentir feliz al menos en esos momentos, me acerco hasta él y lo alzó en mis brazos.

-Te amo mucho, mucho.-le digo con el alma y el corazón roto, pero dispuesto a sentir solo por esta personita que tanto amo.

-Te amo mamá, ¿Él me querrá?-me pregunta mi niño.

-Lo hace, tú padre te ama.-digo con seguridad porque si no lo hace se las vera conmigo, además, ¿Quién no amaría a mi pedacito de cielo?-Ahora, a comer que se nos hace tarde.-le digo empezando a caminar con él en brazos hacia la salida de su habitación.

*

Miro de reojo a mi hijo entretenido con el celular de Julie, se lo ha prestado para mantenerlo ocupado y así no se aburra.

Las cosas son así, por las mañanas queda en el jardín mientras yo trabajo en la cafetería, pero durante las tardes y las noches tengo que llevarlo conmigo porque no me gusta la idea de dejarlo solo.

Y a la dueña no le gusta la idea y es por eso que cuando viene a controlarnos lo escondo detrás de la mesada con ayuda de mis amigos.

Prefiero mil veces trabajar en esta cafeteria a ir por las noches al hotel, pero por el momento no tengo de otra.

Mi hijo durante todo el camino me ha dicho todo lo que hará cuando su padre venga de nuevo, y que le dirá que no puede volver a irse porque él quiere tenernos a los dos.

Mientras trabajo pienso en cómo serán las cosas ahora que Andriano sabe de la existencia de nuestro hijo.

El tiempo pasa rápido y sin darme cuenta ya es la hora de ir al hotel, así que cuando mi bebé termina su cena lo alzó en mis brazos y empezamos nuestro camino como cada noche.

*

Mis piernas fallan y caigo al suelo, agradezco que mi niño ya esté dormido en su habitación para no ver el desastre que está su madre.

Pero es inevitable no estar en este estado, aguante todo el día sabiendo que recordar lo que sucedió en este día hace años me derrumba y tengo que desahogarme antes de continuar.

Hoy hace diez años desde aquel día en que me destrozaron la vida y desde qntonces no he vuelto a ser la misma.

Lamentablemente, recuerdo tan bien ese día y los próximos cuatro años que me jodieron como si los estuviera viviendo ahora mismo.

Ese día la que tendría ese destino iba a ser otra persona, Isabelle, mi hermana iba a ser el "juguete" con el que cerrarían el contrato Hugo Durant y Elliot Messina.

Me amenazaron con dañarla a ella si no hacía lo que ellos querían, yo debía ocupar el lugar de Isa y no se meterían con ella.

Al principio, me negué e intenté buscar una salida para ambas, pero me llevaron amenazada hasta la habitación de mi hermana de 16 años, y mientras Hugo me sostenía y me cubría la boca para que no gritara, el hijo de perra de Elliot se acercaba a una dormida Isabelle, entonces, me sentí acorralada y cedi, cedi porque prefería que me dañaran a mi antes que a mi hermana, cedí porque no sabía que otra cosa hacer para escapar de allí.

Ambos lo hicieron, me llevaron a mi habitación a empujones, cerraron la puerta y Hugo fue quien me "hizo mujer" según sus palabras,... luche aunque sabía que no había escapatoria mi destino estaba cellado, recuerdo cada uno de sus movimientos. Primero, rompió mi remera dejando mis pechos solo cubiertos con mi brasier, luego... continúo con mi pantalón y finalmente me arranco mi ropa interior dejándome a su merced, la primer embestida vino de inmediato desgarrando mi interior, y se adueñó de mi virginidad, a él no le importo ni mi llanto que era ahogado por su mano en mi boca, ni siquiera le importo cuando me retorci de dolor, porque ellos solo buscaban su propio placer, cada embestida era más fuerte que la anterior y más dolorosa de lo que podría describir. Después, de varios minutos deje de luchar, deje de gritar y me quedé inmóvil esperando a que el maldito se cansará de jugar con mi cuerpo, ¿Por qué luchar si ya me había arrebatado lo único que tenía en esa vida?

Y entonces, acabo de divertirse con mi cuerpo y salió de mi interior sin una pizca de cuidado, pero no..., no acabo cómo había pensado, aún faltaba uno, me hice un ovillo en la cama intentando calmar el dolor que sentía, pero esto no duró mucho ya que una mano me volvió a poner como estaba minutos atrás y sin dejarme procesar se clavo en mi interior, y si creía que Hugo era rudo, me había equivocado, porque Elliot... él me destrozó, me desgarro mi interior con la fuerza en la que me violaba.

Pataleaba, e intentaba apartarlo de mi, pero nada funcionaba y solo me gane una bofetada de su parte que me mantuvo varios minutos aturdida. Sus sucias palabras no faltaron aquel día, y sus promesas se cumplieron...

-Estas marcada, pequeña Charly.-susurro sobre mi cuello para seguidamente salir de mi interior dejándome tirada como una muñeca a la que desecho.

-Te hice mujer, y siempre serás mía, nunca podrás escapar de mi, mi Charly.-susurro la asquerosa voz de Hugo sobre mi oído para después agarrarme del rostro y olantarme un horrible beso en los labios.

Y luego, solo me dejaron tirada y se fueron no sin antes advertirme que no sería la última vez, y ya no tenían nada que hacer allí.

No me moví, permanecí así por mucho tiempo porque sentía que si me movía un solo centímetros me rompería. Mi cuerpo dolía horrores, pero mi alma... estaba destrozada. No solo me habían lastimado físicamente sino que también psicológicamente, y en ese momento solo quería morir.

No tenía fuerzas, no después de lo que había sucedido, dure casi una semana encerrada en ese lugar. Solo me moví para ir al baño en dónde permanecía horas intentando borrar sus marcas, pero por más que las marcas en mi cuerpo se fueran con el tiempo las que llevaba en el alma jamás lo harían.

Isabelle estaba preocupada, e intento averiguar qué sucedia conmigo, pero no sé lo permito y le dije que no quería verla, no quería que mi hermana me viera tan destruida, no quería que ella sufriera.

Durant llevo a un médico porque al ser tan bruscos tuve un desgarro que casi me mata, y no lo hizo porque se hubiese arrepentido, si no porque se había obsecionado conmigo y tenía que seguir haciéndome sufrir.

Y entonces comprendi que ellos tenían razón, me habían marcado, y siempre lo estaría pasará el tiempo que pasará.

Este calvario duró cuatro años, en dónde esos dos malnacidos abusaron de mi más veces de las que quisiera recordar, pero para mi mala suerte recuerdo cada una de ellas porque quedaron grabadas en lo más profundo de mi ser.

Debo reconocer que muchas veces pensé en acabar con mi vida, pero ¿Por qué hacerlo si solo Dios puede decidir cuando es el momento de partir? Así que seguí, aunque ni siquiera sabía cómo lo hacía, solo sabía que tenía que seguir porque no me podía rendir.

Cuando Isa se casó con Alessandro Lombardi, me escape de esos dos, ya no me importaba nada y mi hermana estaba protegida o al menos eso creí.

Ella tuvo alguien que la salvó de ese infierno, pero para mi desgracia jamás tuve a nadie porque siempre fui vista como la mala de la historia.

Fueron meses difíciles, tuve que dejar la universidad y ya nunca más pude regresar a estudiar la carrera de Abogacía que era lo que deseaba estudiar.

Durante los primeros meses, me la pasé durmiendo en las plazas e incluso unos días estuve durmiendo a bajo de un puente, supo por primera vez lo que era el hambre, lo que era no tener un abrigo y dormir rezando que no te enfermes o que nadie te lastime.

No podía buscar trabajo en cualquier lado porque sabía que Hugo y Elliot, me estaban buscando para cerrarme la boca, o mejor dicho matarme.

Después de esos meses difíciles logré conseguir un trabajo, en dónde tenía una larga jornada laboral, pero a cambio teníamos techo y comida.

De a poco pude ir acomodándome, y conseguí un departamento, al menos era mejor que el de ahora, y parecía que todo iba yendo bien.

Un día, me enteré que Elliot Messina era amigo del esposo de mi hermana, eso me volvió a recordar que nada estaba bien. Me enloqueci y decidí buscarla, porque sabía que ese miserable siempre estuvo obsecionado con ella y no dudaría en querer hacerle daño y entonces nada hubiese valido la pena. Así que la busque, pero me encontré con que ella había sido arrojada a la calle por su esposo.

Fue la primera vez que cruce palabras con ese tipo y le dije sus verdades, pero estaba demasiado ciego para hacer caso a mis palabras.

Ese día tropecé con un hombre que cambiaría mi vida, y por supuesto que lo hizo... Andriano llegó a mi vida para revolucionarlo todo y luego irse dejándome con mi vida patas para arriba.

Era divertido en cierto punto, porque el me seguía cada paso buscando una supuesta prueba para acabar con los Durant incluyendome, pero nunca encontró nada. Y una noche entre peleas como era habitual entre nosotros, terminamos acostandonos, y aunque no lo crean... Fue como mi primera vez, me sentía tan nerviosa y es que era la primera vez que escogía entregarme a una persona, era mi decisión y eso me extraño hasta a mí porque desde que había pasado eso nunca me gusto el acercamiento con el sexo masculino.

Pero como ya sabía nada es tan bueno como parece ni tan malo como aseguramos.

Al otro día, Andriano me dejó en la cama de mi departamento diciéndome que solo había sido sexo y que no nos volveríamos a ver.

Cabe recalcar que después de todo mi pasado, me volví desconfiada, y aprendí a ocultar mis sentimientos, ya no me dejó amedentrar por nadie.

Un mes después de que se fuera me enteré que estaba embarazada y lo loco fue que no tuve miedo, si no que me sentí tan agradecida de tener vida en mi interior y entonces comprendi que mi Dios tenía cosas grandes para mí.

Y si, puede que no esté bien ahora mismo, pero lo tengo a mi niño y él fue mi salvación.

Mis sollozos son leves para este momento, mis fuerzas escasas, el recordar duele como si me estuvieran quemando.

Por las noches, me derrumbó en la soledad de mi habitación, pero por las mañanas limpio mis lágrimas y me levanto para seguir luchando, porque mi hijo lo vale.

Buenas noches, espero que estén muy bien y que hayan disfrutado del capítulo y si es así déjenlo en los comentarios.

 Nos leemos pronto...

Estefanía... Saludos.

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