Alfa Alan Maxwell. —Alan, los humanos han cruzado el puente. Estarán aquí en menos de media hora —me informa mi Beta, Saúl, por nuestro vínculo. —Gracias —respondo, y luego vínculo el enlace con mi Gamma—. Y por favor, Raphael, sé cuidadoso. No queremos que los humanos se asusten. —Como ordene, Alfa. Suelto una pequeña risa cuando termino nuestra conversación. Beso a mi compañera en los labios, pero antes de soltarla, ella vuelve a atacarme con uno de esos besos que hace que se sienta como la primera vez. —Atenea, mi amor, tengo que trabajar —murmuro en sus labios. Ella hace un pequeño puchero. —Solo te estoy dando algo de energía. Al estar con los humanos, lo necesitarás. Sonrío mientras ella acomoda mi corbata. —¿Segura que no quieres venir? —cuestiono, pero entonces ella me ve con un rostro divertido—. Cierto, te pedí que no. Mi compañera ríe. Vuelvo a besarla dejándole claro lo mucho que la amo, y entonces salgo de nuestra habitación para ir a la oficina, cruzándome con a
Dania.Antes de saber que Leander era mi compañero destinado, todo era más sencillo. Solo me estaba dejando llevar por la felicidad que sentía después de tanto tiempo; por la curiosidad, mis hormonas, y la idea de todo lo que podríamos hacer juntos. No había pensado que podría hacerle daño, porque en el fondo me aferraba a que no fuese algo tan serio, pero al descubrir que era mi compañero, una fuerza inexplicable me invadió, amor combinado con miedo; fue el coctel perfecto para rechazarlo y pedirle que me odiara, hasta el punto de transformarlo en algo que me hirió mucho de ver.En cuanto veo al gran lobo dorado frente a mí, pidiéndome que me vaya, no puedo más que obedecer. Me levanto del suelo y corro, pero no lo suficientemente lejos como para que todos piensen que me he ido para siempre.Estuve a punto de decirle que, a pesar de haberlo rechazado, siento que estoy atada a él, que tengo mucho amor para darle, y que quiero que me ame, como sé que no ha amado a nadie, porque todo es
Leander.Near ha estado intentando desbloquear nuestra comunicación. Dije que le daría la oportunidad de demostrarle que Dania nos quiere, pero justo ahora no me siento preparado para ello.Al amanecer, mi familia y yo nos encontramos en el lobby del hotel. Adriel a mi lado, yo sintiendo su aura inquieta por tener que verme soportar la situación con Dania.—Debemos viajar hacia el norte por el Nilo, conseguí quien nos lleve por carretera —informa Dania, llegando hasta nosotros.Le doy un vistazo corto, pero detallado. Ahora lleva pantalones holgados, con una blusa de igual forma, un hiyab y zapatillas. No creo que se le vea bien, de hecho, me parece desagradable. Parece que mis sentimientos de odio y desagrado hacia ella han empeorado desde ayer, porque no quiero siquiera seguir mirándola.Una camioneta viaja nos espera. Un hombre nos indica que subamos. Pido ir en el puesto delantero porque no quiero tener una vista de Dania, ni mucho menos tenerla a mi lado.Todavía sigue esa sensac
Dania.Mis piernas se volvieron gelatina cuando el hocico de Near rozó mi cuello. Quería abrazarlo contra mi pecho, seguir sintiendo con solo un toque que ya no habría más dolor, pero pronto Leander apareció y tuve que usar mi autocontrol para no dejar que me afectara.Mientras hablo con la chica que se llama Nevi, me doy cuenta de que Leander ha regresado a la vía hacia la camioneta. Sé que no es momento pero luce realmente provocador con esa túnica, porque complementa perfecto con su tono de piel y sus ojos.—Gracias Nevi, y disculpa el inconveniente.Regreso con la chica hacia el templo. Gabriel y yo nos disculpamos con las sacerdotisas y el hombre que recién conozco. Tengo un mal presentimiento con él, así que manipulo su mente para que borre lo que acaba de ver.Una vez que nos encontramos en la camioneta, suspiro. Leander ni siquiera se mueve de su sitio. He estado intentando llegar a él para distraerlo de su odio hacía mí, porque sé que eso lo podría consumir, incluso hice que i
Gabriel Cox.Cuando íbamos de camino al templo Karnak mi lobo, Egar, me dijo que algo no andaba bien. Sentía y podía oler que alguien nos estaba siguiendo. En ese momento, para cuando pusimos un pie dentro de la sala hipóstila, con el cálido sol rodeándonos, mi hijo Adriel se comunicó por nuestro enlace.—Papá, Leander, algo no anda bien. Raid y yo creímos oler algo cuando estuvimos en el pueblo Esna, lo olemos ahora, y es peligroso.—Egar también piensa lo mismo, salgamos de aquí.Antes de que mi hijo Leander pudiera decir algo el olor se hizo mucho más fuerte. Enseguida Egar quiso salir. No estábamos seguros allí. Licántropos se aproximaban con malas intenciones.—¡Víctor! ¡Aníbal! ¡Regresen a sus casas ahora y encuentren un lugar seguro! —gritó Leander.En ese momento sentí que algo estaba sobre nosotros. Todos alzamos la vista y pudimos ver a dos grandes licántropos en los picos de las estructuras de la sala hipóstila dejándose caer hasta llegar frente a nosotros.—Si no quieren p
Leander.Mi brazo duele pero lo mantengo presionado con trozo de tela. Papá me ve a la distancia, sé que sabe que estoy herido pero ha preferido irse con Dania. Y estoy molesto por eso y porque haya dejado ir al licántropo.¿Qué demonios se supone que estuvo haciendo a solas con él?Near me pide que me tranquilice, que debemos confiar en ella, además, que no me moleste porque nuestro padre se porte de esta manera con ella; pero yo no logro entender cómo es que puede ponerse de su lado cuando nos ha rechazado.—Deja de decir esa palabra —gruñe Near—. ¿No viste lo que hizo para defendernos? Ella quería asesinar a ese Lycan porque nos hizo daño, Leander, estoy seguro.Mi estómago se revuelve. Vi el odio en su mirada mientras atacaba al Lycan eso es cierto. Y todavía no sé cómo ella pudo saber que estábamos en peligro. Y aunque la tuve en mis brazos hasta que despertó de su desmayo, y me sentí de nuevo completo al verla darme una sonrisa, nada tiene sentido, porque si realmente nos quisier
Dania.Cuando su lengua mojada pasa de mi hombro a mi cuello, siento mis paredes contraerse. Estoy tan mojada, sensible. Desde el momento en que me pegó a su pecho para ocultarme de los demás, mi deseo hacia él aumentó.Entonces siento un aura diferente rodeándome, es más fuerte, como un potente calor que brota de la piel de Leander. Para cuando me giro para verlo, casi jadeo internamente. Porque puedo reconocer los ojos de Leander y los de Near aunque sean muy parecidos; los de Leander son color miel, cálidos, pero los de Near son mucho más oscuros que eso, casi como si estuviera besándose con el color dorado de su pelaje.—¿Near? —quiero saber.Porque por alguna razón siento que no logré llegar a Near como con Leander. Lo sospeché ayer cuando él olfateó mi cuello y soltó ese sonido satisfactorio.La idea de que no haya podido manipularlo a él es aterradora porque eso quiere decir que Leander está debatiéndose con Near. Sin embargo, más allá de eso, su aura me atrapa de una forma en l
Leander.—La próxima vez que intentes dejarme a un lado voy a tomar el control y te juro que no te dejaré salir. Y no me importan las consecuencias —gruñe Near en mi cabeza, y puedo ver una imagen clara de su rostro rabioso.Justo ahora me odia porque le impedí disfrutar un poco más con Dania. Pero es que aunque yo mismo estaba hipnotizado con el sabor de su piel y sus dulces gemidos, no podía dejar de pensar en que la castaña no tenía derecho de tener nuestra primera vez si no nos quería como sus compañeros.Cuando salí de esa habitación con el corazón desbocado, mi familia pudo darse cuenta mi lucha contra Near; andando como dos almas en un torbellino, y me siguieron.Unos minutos después de que me calmé pude tener la fuerza para mandar a Near al fondo, bloqueándolo pese a sus rugidos que martirizaban a Raid.Le conté a Adriel lo que me había pasado, y mi confusión acerca de que Near había tomado el control sobre mí propio cuerpo de alguna manera, manteniéndome en una especie de con