Capítulo 4: Sigue buscándola.

Matthew

 

—    ¿Todavía no ha buscado a Noah? — le pregunte a mi asistente, moviendo mi vaso levemente al mirarlo, ahora necesitaba tomar para poder lidiar con su ausencia y el dolor de su traición, me sentía patético.

—    No señor, al ver que no se comunicaba con el señor Noah ni con usted, empecé a buscar su paradero pero aun no he podido encontrarla — informo.

Cloe se había ido y despues de eso, parecía haber desaparecido completamente, pensé que pronto iba a buscar a Noah o a mi por dinero, por eso no me había interesado mucho en buscarla los primeros días, pero ella no lo hizo, simplemente desapareció y ahora no tenia ni la mínima idea de donde o como se encontraba.

—    Sigue buscándola — ordene, antes de darle un sorbo a mi trago, no sabia porque pero su ausencia me tenia demasiado ansioso, no solo la extrañaba y me dolía lo que hizo, también tenia un sentimiento que era incapaz de comprender o describir en mi pecho, solo sabia que necesitaba poder saber de ella al menos, aunque ella no se interesara en mi en lo mínimo.

En este momento lo único que me interesaba era quitarme este sentimiento raro de mi pecho y sabia que eso solo se podía encontrándola, aunque imaginaba que lo que vería despues de encontrarla no seria nada agradable, sabia que ella si no nos ha buscado ni a Noah ni a mi es porque debe tener a otro hombre con dinero al que quiere y yo no quería ver eso de nuevo.

De solo pensar en ese día u otro hombre tocándola, me vuelve loco, mi sangre hierve mientras todo en mi se revuelve y siento que no dejan de apuñalarme, es jodidamente insoportable amar tanto a alguien que no te ama, duele como nada en el mundo y a pesar de saber que ella no se merece ni un poco de mi amor, todavía sigo amándola, más de lo que quisiera admitir y su ausencia me desgarra cada vez más.

A veces siento que ni siquiera soy capaz de concentrarme en mi trabajo como debería y se que estos días no he parado de tomar, pero no encuentro otra manera de poder sobrellevar todo esto que siento, yo nunca imagine que la mujer más hermosa, tierna, guerrera y decidida, pudiera causarme tanto dolor, nunca imagine que nadie pudiera hacerme tanto daño como ella lo hizo.

—    Esta bien señor — dijo antes de retirarse de mi oficina.

Al estar solo de nuevo e incapaz de continuar trabajando, saque mi teléfono y me puse a ver las fotos de cuando estábamos conociéndonos y pude recordar la primera vez que nos vimos, el momento en el que me enamore perdidamente de ella.

Flashback

 

—    Detesto ser pasante aquí, solo me mandan por café y no me permiten hacer nada más, yo vine aquí a aprender y eso es lo que debería estar haciendo, pero no, en cambio estoy yendo a comprar más café — se quejo mientras hablaba por teléfono en el ascensor y sonreí al escucharla hablar así y cuando voltee a mirarla ya que había estado distraído con mi teléfono cuando subí y no le había dado importancia a su presencia, no podía creer lo que veía, ella era demasiado hermosa, una cara pequeña y muy delicada, con sus mejillas con un tono rosa muy lindo, unos ojos azules preciosos decorados con unas largas pestañas y su cabello castaño claro largo con leves ondas y un cuerpo precioso, cintura pequeña, con la cantidad perfecta de senos y trasero para mi, pero era un poco pequeña, lo que la hacia ver aun más tierna.

—    Si, ya se que me tengo que sacrificar para alcanzar cosas mejores más adelante. — murmuro frustrada e incluso así, me parecía encantadora.

—    Bueno adiós, hablamos más tarde — suspiro y corto el teléfono.

—    Deberías decirle eso a el jefe.

—    ¿Qué? — preguntó volteando a mirarme desconcertada.

—    Deberías decirle al jefe que viniste aquí para aprender y no para andarle trayendo café a los demás empleados. — explique sin poder dejar de observarla, quedando más fascinado con ella cuando la vi arrugar la nariz antes de darme una respuesta, esta mueca la hacia ver preciosa.

—    Como si el viejo ricachón tuviera tiempo para escuchar a una simple pasante — resoplo y no pude evitar soltar una carcajada al escucharla hablar así de mi, ella tenia una clara idea en su mente de como se veía su jefe y no era parecida a mi.

—    Quizás le gusta escuchar la opinión de las pasantes ¿y quien te dijo que es un viejo? — pregunte arqueando una ceja.

—    No lo creo y lo de que es viejo, lo deduje, porque todos los dueños de compañías como esta, lo son — respondió encogiéndose de hombros con simpleza, segura de que tenia razón en su deducción y me puse ansioso por demostrarle lo equivocada que estaba.

       Las puertas del ascensor se abrieron y los dos bajamos juntos, pero antes de que ella se alejara de mi, decidí volver a hablarle, quería ver como reaccionaria cuando le confesara que yo era el viejo ricachón al que se refería.

—    Por cierto, mucho gusto, me llamo Matthew Black el dueño de esta compañía, alias “el viejo” — Dije con una sonrisa de lado y ella al escucharme abrió los ojos como platos, incapaz de decir algo más, parecía estar en shock y yo negué con la cabeza sin poder dejar de sonreír y seguí caminando, dejándola allí totalmente espantada y disfrutando de verla reaccionar así como nada que pudiera recordar, esta mujer era simplemente un deleite, nunca había conocido a alguien así.

No sabia que tenia esta chica pero tenia algo increíblemente atrayente, nunca me había sentido de esta manera por nadie, me sentía como hechizado por ella, por esos hermosos ojos azueles que brillaban más que cualquier estrella, tanta fue mi atracción que a pesar de tener una estricta política de solo relacionarme con mis empleados por trabajo, yo le había hablado, me había interesado en ella, no había podido quitarle la vista de encima e incluso antes de irme no pude evitar mirar el nombre en su carnet y memorizarlo.

Cloe Grace, no se quien eres, pero definitivamente quiero saber más de ti, quiero conocerlo todo, incluso las pequeñas cosas, porque despues de verte no creo poder sacarte de mi mente.

Fin del flasback

Ese día no me equivoque, efectivamente no la he podido sacar de mi mente, se quedo ahí tatuada para siempre y aunque ahora ese tatuaje duele, no pude evitar recordar lo feliz que fui a su lado desde el día que la conocí, ella me daba vida, era increíble estar a su lado, con ella todo era mejor, los colores eran más brillantes y las melodías más hermosas y ahora que ya no estaba aquí conmigo, volví a ser la persona increíblemente sola, aburrida, sin pasión y sin amor de antes, solo que ahora también estaba insoportablemente triste.

Porque antes de ella, siempre estaba solo, no tenia a nadie más y estaba bien porque estaba acostumbrado a eso, por lo tanto no me dolía ni me afectaba, bueno ni siquiera creía tener sentimientos, pero desde que la conocí a ella, me fue enseñando lo maravilloso que es estar acompañado de alguien que te complemente, lo feliz que se puede ser y cuanto puedes amar, pero ahora que se había ido, dejándome sin nada de lo que me había dado y enseñado, me destrozo.

Porque ella me había enseñado lo feliz que puedo ser y luego me lo arrebato todo, dejándome tan vació y perdido, haciéndome desear no haber conocido nada de eso, no haberla conocido a ella, porque al menos si no hubiera conocido esa maravillosa felicidad junto a ella, tampoco estaría sintiendo esta insoportable y desgarradora tristeza.

Nunca imagine que esa preciosa mujer que me había dado tanta felicidad con su sonrisa, su compañía, su amabilidad con los demás, su alegría al vivir la vida a pesar de que ha sido cuesta arriba, pudiera lastimarme tanto, pudiera destrozarme al hacer lo que hizo, nunca lo imagine, no de ella, nunca pensé que me traicionaría de esa manera, yo que nunca había confiado en nadie decidí confiar en ella que parecía un ángel, solo para terminar como un juguete roto.

Y aunque pensé que nunca diría esto despues de conocerla, despues de enamorarme tan loca y perdidamente de ella, si me dieran a elegir, elegiría no haberla conocido, hubiese preferido quedarme con mi vida tan vacía como antes, sin sentir, solo viviendo en la monotonía como un robot, porque ahora que ella se había ido, había vuelto a quedar tanto o mucho más vació que antes, solo que ahora lleno de dolor, tristeza, auto desprecio al pensar de que yo podía ser el culpable de su traición por no ser suficiente para ella y odio, odio por lo que me hizo, odio por que se fue sin mirar atrás y odio porque no se si la pueda dejar de amar, si sea capaz de olvidarla algún día.

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