La tarde se sentía ligeramente calurosa, André se notaba fastidiado de sentir colgando en su brazo a su molesta prometida, la joven era muy hermosa, no podía negarlo, pero en las pocas horas que compartían juntos había descubierto que la chica era bastante frívola y superficial, totalmente enamorada de su aspecto, lo había visto en las anteriores celebraciones junto a su padre y hermanos, y al parecer desde entonces, se había obsesionado con él, ahora mismo se encontraban en una tienda más, era la novena que visitaban ya que la jovencita aun no encontraba "el vestido perfecto" para celebrar su compromiso.
- Tampoco aquí lo tienen...quizás deberíamos ver en las demás tiendas, no me iré hasta encontrar el vestido perfecto, debo lucir hermosa para mi príncipe - volvía a repetir el mismo dialogo al abandonar otra tienda que no lleno sus expectativas, la joven Fra
El sol se teñía de sangre, el pequeño pueblito deshabitado reinado solo por los ecos de disparos era mudo testigo de lo que estaba ocurriendo, mucho había pasado, heridas que aún no se cicatrizaban del todo, Altair meditaba al calor de la pelea el cómo había terminado en ese momento, aquella chica de melena cobriza, hermosa y tersa piel nívea, con una actitud que odio en un principio, de quien quiso vengarse y de quién terminó locamente enamorado... Andrómeda, Relish o Miracle...eso realmente no le importaba, la mujer que amaba y quién estaba dispuesto a ya no entregarle nunca más un amor egoísta, su imagen se dibujaba una y otra vez en su mente, deseando pasar el resto de su vida a su lado y entregarle todo de el tal cual ella le entrego todo de sí misma, finalmente comprendía que amar no era un acto de egoísmo o debilidad, era una entrega del uno para el otr
- Jayden, debes comer, no puedes estar haciendo esto, Andrómeda se sentirá muy triste - insistía Sophie.- No me importa, ella no me quiere, me alejo de mi papá y no voy a comer nada hasta que me lleven con el - el pequeño salió corriendo de la casa y se sentó en los columpios, el viento era fresco, y removía gentilmente sus cabellos rojizos, Jacob camino hasta el, después de todo lo ocurrido, había sacado sus propias conclusiones...para él, Altair Sallow era un tipo de lo peor...pero uno que amaba verdaderamente a Andrómeda...estaba convencido de que Thomas tuvo que ver con el incidente, pues apenas y se despegaba de la chica, y la hermosa cobriza, había perdido todo su brillo y alegría desde ese fatídico día, ella no deseaba ser molestada por nadie, así que él le ofreció su vieja casa de campo, herencia de su madre, para mantenerse oculta hast
El sonido del agua corriendo con suavidad entre las rocasdel pequeño arrollo cercano a la finca de Jacob, calmaba de cierto modo los pensamientos de Andrómeda, un mes y medio había trascurrido desde la última vez que vio a Altair, ahora se encontraba más perdida que nunca, el riachuelo de agua cristalina rodeado de árboles frutales y flores de muchos colores, se convirtió en su lugar favorito para estar en soledad, ese día recibiría a sus amigos más cercanos, después de haberse negado a verlos, sentía que era tiempo para enfrentarlos...Thomas la observaba desde los árboles, su cobriza cabellera ondeaba entre las suaves y seductoras caricias que le regalaba el viento, su vestido blanco se mecía con la brisa, y verla sentada en medio de los botones en flor, tan solo acrecentaba la belleza de la piel nívea...- Andrómeda...deberíamos volver a la casa, el v
Yo...yo no puedo perdonarlo...he dejado de amarlo no lo entiendes? - chillo Andrómeda obviamente mintiendo al sentirse abrumada y acorralada por todo lo dicho por Amelie.- Nadie ha dicho que hagas tal cosa, puedo entender que no lo perdones, pero antes de todo, debes saber las razones de el para hacer lo que hizo, mi primo es un idiota, pero es un idiota que te ama con todo lo que es y al menos debes enfrentarlo, y por favor, no intentes mentirme, te aferras a ese maldito dije como si tu vida dependiera de ello, lo amas, no puedes negarlo - respondió la frágil jovencita.- No lo haré, no quiero verlo, ¡yo...yo ya no lo amo! - grito Andrómeda con frustración y confusión.Amelie la miro con rencor mientras las lágrimas seguían cayendo de sus fríos ojos, totalmente harta de la terquedad de la chica, se acercó hasta ella y planto una fuerte cachetada en su hermoso y demacrado rostro.
- No puedes traicionar a quien está muerto, además si ella estuviera aquí posiblemente ya te habría golpeado por ser tan cabeza dura jajaja, Mia querría que fueras feliz, sería un insulto a su memoria si echamos por la borda nuestras vidas...y yo, no podría enojarme porque amas a ese hombre...después de todo lo que dijo esa chica es cierto...no fue tu prometido el que asesino a nuestra Mia, eso lo hizo Cole y el ya pago con su vida por arrebatar la de ella...no me traicionaras por desear ser feliz Andy...te lo mereces después de todo por lo que has pasado...y yo fui un completo idiota por juzgar tan duramente a quien no mato a mi querida Mia....tu eres quien decide...tienes derecho a perdonar o a no hacerlo, pero decidas lo que decidas, es mi deseo que lo hagas por las razones correctas, no quiero que te preocupes por lo que siento yo o lo que crees que sentiría ella, si no, que decidas lo que harás en base
La mañana se teñía de un color gris oscuro...las nubes presagiaban una tormenta fuera de temporada, las personas corrían por las calles buscando refugiarse al sentir las primeras gotas comenzando a caer sobre el frío pavimento...la desolación que sentía Andrómeda, hacía parecer que el gris panorama fuese un hermoso día soleado en primavera en comparación...encerrada en los aposentos del cruel Draco Gastrell, intentaba cubrir los despojos de su dignidad a punto de ser mancillada.- Andrómeda...eres demasiado hermosa, tan perfecta...y toda mía...al fin... toda mía...- el cruel rubios besaba con ferocidad el delgado y frágil cuello de la cobriza...La jovencita se esforzaba en mantener sus verdosos ojos cerrados para anular cualquier posibilidad de ver al imponente y cruel hombre que tenía justo encima... recordaba la primera vez que estuvo con su amado Altair,
- Joseph...eres... tu....mira esto...es nuestro hijo...se llama Altair...lo cuido muy bien hasta que regreses de derrotar a la bruja que te robo...no tienes que preocuparte...yo protegeré a nuestro bebé...- la mujer murmuraba sin coherencia en sus palabras, era lógico que estaba demente, y por la apariencia sucia y descuidada que llevaba, a nadie en esa mansión parecía importarle la matriarca Sallow, su padre se arrodilló ante ella y se abrazó a sus piernas, parecía arrepentido y bastante lastimado de verla así, beso sus labios una y otra vez y acaricio su sucio cabello, sostuvo su mano con tal delicadeza, como nunca lo vio sostener la mano de su madre antes. - Perdóname querida...nunca quise que te pasará esto...yo...no lo sabía... fui tan cobarde...- se reprochaba así mismo el rubios para luego salir de allí incapaz de seguir presenciando la lamentable situación de la que una vez fue su prometida y mejor amiga, su primer amor de infancia y a quien ya no logro corresponder
Nereida desayunaba en silencio junto a Jayden, el pequeño se había escondido en la cajuela del auto de su esposo...no deseaba decirle el triste destino de sus padres...no quería destrozarlo por ello...la noche que lo encontraron en el auto, el pequeño estaba empeñado en ver a Altair, pero André se negó rotundamente a llevarlo asegurándole al pequeño que lo traería ante el pronto, Edward les llamo horas después para informarles sobre lo ocurrido con Andrómeda y el piel canela, estuvo toda la noche intentando consolar a su amado esposo, la muerte del ojos zafiro afecto terriblemente al ojos azules, eran hermanos, hermanos del alma, justo como eran ella y Andrómeda...sabía que no superaría tal dolor pronto, pero tenían otras prioridades ahora por cumplir, Charles se había comunicado con ellos luego de saber lo ocurrido con su sobrino, debían sacar a Jayden rápido de allí y mantenerlo lejos del alcance de Draco, el pequeño era legalmente hijo de Altair, por lo tanto, su único heredero,