" Debes mantener tu mente fuerte si realmente deseas defender a otros, la debilidad no proviene del cuerpo, si no del alma"
La mañana recibía a la hermosa cobriza, el viento frío golpeaba los cristales de las ventanas del apartamento que compartía con su amado Altair, ese día sería la boda de su mejor amiga y hermana del alma, se sintió entusiasta, finalmente el sueño de Nereida se volvería realidad, compartiría su vida con el hombre al que amaba, y aunque venían responsabilidades para ambos ya que regresando de su luna miel, André asumiría el cargo de patriarca de su poderosa familia, y Nereida debía estar a la altura de él como nueva matriarca de los Barbrow, estaba segura de que lograrían la felicidad anhelada.
- Buenos días! Algo huele realmente delicioso aquí - dijo Andrómeda viendo a su amado piel canela cocinando, Jayden e
- Por supuesto que no podrías entender, en ese lugar solo habrán niños que se burlen de su débil condición física y si se enteran de su adopción será a peor, soy yo el que no te comprende, Jayden acaba de salir de su batalla contra el cáncer y tú deseas lanzarlo fuera?, si lo que te preocupa es que conviva con otro niño, entonces traeré un compañero de juegos para él, mi decisión al respecto es definitiva, Jayden no saldrá fuera hasta que sea un poco mayor, y tú la respetarás - respondió Altair con autoridad, haciendo estremecer a la cobriza, sus razones para temer eran muchas, pero no podía decirle a su amada sobre nada de eso...la perdería...- si me explicarás podría entender! Entiendo que te preocupes por su salud, pero si lo ve un médico y sigue con algún tratamiento podrá fortalecer su cuerp
- Entonces André, aceptas a esta mujer como tú esposa y compañera, en la salud y enfermedad, pobreza y riqueza, ¿para honrarla y amarla hasta que la muerte los separe? - el anciano sacerdote preguntaba con seriedad.- Acepto - respondió André con amor y determinación.- Entonces los declaró, marido y mujer, puedes besar a la novia -El beso de los recién casados fue largo y lleno de amor y dulzura, hubo lágrimas, alegría y gritos de emoción, la madre de Nereida lloro de felicidad al ver a su pequeña hija casada, y la novia era la mujer más feliz y dichosa del mundo, André lucia orgulloso y feliz, finalmente había tomado como esposa a la mujer que amaba con su ser enteró, y su felicidad apenas comenzaría, pensaba el.- Te ves hermosa Nereida - dijo Andrómeda feliz de ver a su hermana del alma dichosa con el hombre que amaba.<
La cobriza despertaba feliz entre los brazos del hombre que amaba, recordó la extrema felicidad en el rostro de Nereida al ser la esposa de André, recordando su emoción al llevar orgullosa el apellido de su ahora marido, pensó para si misma que Sallow sonaba mucho mejor que Relish, ella también se sentiría dichosa el día en que, al igual que Nereida, llevaría el apellido de su piel canela, viendo a su prometido durmiendo lo beso con ternura, definitivamente quería despertar cada día a su lado, ella será su esposa...suya...y el...él era suyo, no había otro lugar en el mundo donde deseara estar, comenzó a acariciar los largos y sedosos cabellos de ébano de su amado, logrando hacer que se despierte.- Buenos días princesa...no hay nada mejor que ver tu hermoso rostro al despertar...- susurro Altair para luego besarla con ternura.- Eso debería decirlo yo.
Soledad... aquella sensación que conocía muy bien desde los días de su tierna infancia... desesperanza, esa agonía que también conocía y experimento mil veces al ver a su madre perder su mente cada día más hasta que finalmente la perdió para siempre...amor...ese sentimiento abrumador y descomunal que creyó inexistente, desconocido por completo y que lo golpeó con tal fuerza que sentía que el oxígeno no llegaba a sus pulmones ahora que la razón de sus afectos lo había dejado en soledad...de nuevo...El departamento una vez lleno de risas y alegrías compartidas, sonidos y voces que llenaban el espacio calentando su ahora quebrado corazón se encontraba...vacío...la gran cama que fue mudo testigo de aquellas noches interminables de pasión y amor entre él y su amada, ahora mismo era demasiado grande... acaricio una y otra vez el espacio que no
La tarde se sentía ligeramente calurosa, André se notaba fastidiado de sentir colgando en su brazo a su molesta prometida, la joven era muy hermosa, no podía negarlo, pero en las pocas horas que compartían juntos había descubierto que la chica era bastante frívola y superficial, totalmente enamorada de su aspecto, lo había visto en las anteriores celebraciones junto a su padre y hermanos, y al parecer desde entonces, se había obsesionado con él, ahora mismo se encontraban en una tienda más, era la novena que visitaban ya que la jovencita aun no encontraba "el vestido perfecto" para celebrar su compromiso.- Tampoco aquí lo tienen...quizás deberíamos ver en las demás tiendas, no me iré hasta encontrar el vestido perfecto, debo lucir hermosa para mi príncipe - volvía a repetir el mismo dialogo al abandonar otra tienda que no lleno sus expectativas, la joven Fra
El sol se teñía de sangre, el pequeño pueblito deshabitado reinado solo por los ecos de disparos era mudo testigo de lo que estaba ocurriendo, mucho había pasado, heridas que aún no se cicatrizaban del todo, Altair meditaba al calor de la pelea el cómo había terminado en ese momento, aquella chica de melena cobriza, hermosa y tersa piel nívea, con una actitud que odio en un principio, de quien quiso vengarse y de quién terminó locamente enamorado... Andrómeda, Relish o Miracle...eso realmente no le importaba, la mujer que amaba y quién estaba dispuesto a ya no entregarle nunca más un amor egoísta, su imagen se dibujaba una y otra vez en su mente, deseando pasar el resto de su vida a su lado y entregarle todo de el tal cual ella le entrego todo de sí misma, finalmente comprendía que amar no era un acto de egoísmo o debilidad, era una entrega del uno para el otr
- Jayden, debes comer, no puedes estar haciendo esto, Andrómeda se sentirá muy triste - insistía Sophie.- No me importa, ella no me quiere, me alejo de mi papá y no voy a comer nada hasta que me lleven con el - el pequeño salió corriendo de la casa y se sentó en los columpios, el viento era fresco, y removía gentilmente sus cabellos rojizos, Jacob camino hasta el, después de todo lo ocurrido, había sacado sus propias conclusiones...para él, Altair Sallow era un tipo de lo peor...pero uno que amaba verdaderamente a Andrómeda...estaba convencido de que Thomas tuvo que ver con el incidente, pues apenas y se despegaba de la chica, y la hermosa cobriza, había perdido todo su brillo y alegría desde ese fatídico día, ella no deseaba ser molestada por nadie, así que él le ofreció su vieja casa de campo, herencia de su madre, para mantenerse oculta hast
El sonido del agua corriendo con suavidad entre las rocasdel pequeño arrollo cercano a la finca de Jacob, calmaba de cierto modo los pensamientos de Andrómeda, un mes y medio había trascurrido desde la última vez que vio a Altair, ahora se encontraba más perdida que nunca, el riachuelo de agua cristalina rodeado de árboles frutales y flores de muchos colores, se convirtió en su lugar favorito para estar en soledad, ese día recibiría a sus amigos más cercanos, después de haberse negado a verlos, sentía que era tiempo para enfrentarlos...Thomas la observaba desde los árboles, su cobriza cabellera ondeaba entre las suaves y seductoras caricias que le regalaba el viento, su vestido blanco se mecía con la brisa, y verla sentada en medio de los botones en flor, tan solo acrecentaba la belleza de la piel nívea...- Andrómeda...deberíamos volver a la casa, el v