El frío comenzaba a sentirse, una nueva mañana llegaba, la cobriza se disculpaba con sus amigos por no avisarles del plan y provocar el desmayó de Nereida, había decidido seguir su vida normal, no quería recibir un solo billete de su "familia" Joseph Gastrell decidió continuar con la beca aunque ya se sabía sobre su hijo André, Andrómeda se despedía de todos para ir hasta su trabajo, sin embargo ya no estaba sola, el líder Relish había asignado a un imponente guardaespaldas para ella, Jacob Smiders, el hombre era increíblemente alto y moreno, su cabello corto café oscuro, tenía un par de cicatrices en ambas mejillas, su mirada era sanguinaria, a pesar de ser muy apuesto inspiraba terror, la chica se vio obligada a aceptarlo, fue una de las condiciones del patriarca para dejarla en paz...claro, que nunca le dijo que también trabajaría.
- Señorita, si el
-Tu y yo vivimos muchas cosas juntos...fuiste la persona quién más me protegió, quien más me ayudó, siempre, sé que fui una carga para ti en más de una ocasión...tú tuviste que lidiar con mi depresión, con mis arranques cuando pasó lo de Cole...siempre estuviste para mí...desde que era pequeña...y yo en verdad lo siento, siento haberte causado problemas - la voz de la chica sonaba quebrada, realmente el peliblanco la conocía, había estado con ella por tantos años, desde que era una niña y la vio convertirse en mujer, Altair apretó los puños, ese maldito tenía muchos más recuerdos con ella, la vio reír, llorar...crecer...de todos los imbéciles que pretendían los afectos de su chica, ese era el único que le representaba un peligro real en el corazón de la joven. - No digas eso! Tu nunca fuiste ni serás una carga para mí, fui yo quien te falló, yo jure protegerte y no lo hice bien, nunca vuelvas a decir que eres una carga ni que me causas problemas...Andrómeda, ¡yo daría mi vid
La noche era fresca el viento dejaba como obsequio, pequeñas hojas y flores secas atoradas en los grandes ventanales del hospital de la fundación Sagrado Corazón que los Gastrell administraban, Andrómeda leía con gran amor el cuento de Ricitos de oro al pequeño Jayden que la escuchaba con atención, Jacob esperaba fuera de la habitación custodiando la puerta, Altair había decidido acompañar esa noche a su amada para conocer al pequeño del que tanto le hablaba la cobriza, el piel canela observaba en silencio la escena, parecían madre e hijo, escuchaba la suave y melodiosa voz de la joven cantando una dulce canción de cuna al pequeño que de a poco comenzaba a quedarse dormido, el ojos zafiro sentía su corazón tranquilo al escucharla cantar, una vaga imagen se dibujó en su mente, una mujer de largos y castaños cabellos con un par de zafiros idénticos a los
- Altair, que haces afuera? Te enfermaras, hace frío - Andrómeda pudo ver una profunda tristeza en los zafiros ojos de su amado, parecía estar sufriendo tanto que de un momento a otro se rompería como un cristal frente a ella.El piel canela la tomo entre sus brazos, aspiraba su perfume, sentía su calor, la amaba, la amaba tanto que no podría ya vivir sin ella, la cobriza rodeo su cuello con sus blancos brazos y lo besó, el tiempo se detenía cuando estaban juntos, aquel beso tan lleno de amor era lo que necesitaba la atormentada alma del ojos zafiro...estaba seguro...la necesitaba quizás mucho más de lo que ella a él.- No tienes que decirme lo que te sucede amor mío...pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, te amo Altair...no estás solo - el piel canela la apretó más contra su cuerpo...no estaba solo, era la primera vez que lo entend&ia
El viento frio agitaba las copas de los árboles aquella tarde, las clases terminaban, Andrómeda al fin pudo retomar el ritmo de sus estudios y trabajo, estaba infinitamente agradecida con Sophie, se acercaban los exámenes finales y la chica le ayudaba bastante en la investigación que llevaba un mes haciendo para descubrir el desvío de recursos de la empresa, se habían contratado modelos muy jóvenes para una importante campaña publicitaria navideña y pasaría un rato por la tarde a revisar que todo fuera bien, ese día estaba especialmente emocionada pues era Halloween y le encantaba ver a los niños corriendo de un lado a otro tocando puertas y pidiendo dulces, sabía que no podía llevar a Aubrey y que tampoco podía seguir evadiendo sus responsabilidades en la mansión Relish, pero ya tenía planes con sus amigos para esa noche y también llevaría dulces y di
Altair lo fulminó con la mirada para después besar a su hermosa prometida frente a todos, el furioso semblante del rubios divertía al ojos zafiro.- Me tengo que ir princesa, solo por hoy dejaré que el oso malencarado te lleve a donde necesites, te veré más tarde en la empresa - Altair se despidió con un beso de su amada y se marchó en su lujoso coche.Todos se retiraron a sus pendientes, Andrómeda buscaba por todos lados al detestable Draco Gastrell para avisarle sobre su pequeña fiesta para Jayden hasta que lo encontró.- Sr. Gastrell - llamó la cobriza al adonis rubios.- Vaya, ¿pero qué sorpresa que me busques, que necesitas Relish? - preguntaba el apuesto hombre.- Dime solo Andrómeda, realmente odio ese apellido - sentencio la cobriza.- Solo tú despreciarías un apellido como ese, y bien, ¿me dirás qu&eac
- Sophie, podrías dejarnos solos un momento? - pidió la piel nívea con amabilidad, pero mirando de manera despectiva a su amado.Sophie se levanto e hizo una reverencia, algo había pasado, su normalmente amable jefa se notaba pensativa desde hacía un rato atrás y ahora creía saber el porqué, no deseaba ser testigo de una discusión de pareja así que se alejo con rapidez del lugar.- Sucede algo princesa? - cuestiono el piel canela intrigado al notar la manera en que lo miraba su chica.- Escuche la discusión que tuviste con esa modelo Hadid…me siento decepcionada - dijo la cobriza con seriedad.Altair se sintió acorralado.- No es lo que tu piensas! Solo tuvimos algunos acostones hace mas de un año, eso se terminó - respondió el piel canela exaltado.Andrómeda se levanto de su asiento y camino hacia donde se hallaba su promet
Finalmente llegaban al departamento de André, ya se encontraban todos en el lugar y discutían sobre qué hacer primero, Jacob solo observaba al grupo de escandalosos jóvenes y se sobaba las sienes...esa sería una noche larga para un hombre a sus 35 años. - Pues escuchemos algo de música y bailemos! Ya estamos algo grandes para jugar al dulce o truco - dijo Anna con algo de tristeza, pues también adoraba el Halloween. - Entonces eso haremos muchachos! - André puso música y todos comenzaban a bailar, Edward se acercó a Andrómeda y ambos disfrutaban el baile, aunque el rubios no podía apartar la mirada de los enormes y preciosos senos de la joven, que se apreciaban bien con ese pequeño disfraz de hada que llevaba, verlos rebotando al ritmo de la música era hechizante para sus ojos, Kayden también estaba pendiente de ellos. - Está ha resultado ser una noche maravillosa - dijo Andrómeda sacando a Edward de su pervertida ensoñación. - Es cierto, todos se est
Noviembre comenzaba, el viento cada vez más frío reunía cantidades importantes de personas en las calidad cafeterías de la ciudad, Andrómeda disfrutaba de una caliente taza de café, Jacob bebía una taza de té caliente y platicaban amenamente en lo que terminaban sus bebidas, ese día finalmente iría a su primera lección de etiqueta con Sebastián, le dolían un poco los brazos, finalmente había decidido unirse al club de arquería donde la profesora Karla era encargada y quien le había insistido por meses unirse, todo estaría perfecto de no ser por Amelie y su actitud prepotente hacía ella, pero trataba de tolerar a la chica, dentro de dos días se anunciaría frente a la prensa que tanto ella como su hermano eran Relish, además, se anunciaría formalmente su compromiso con Altair, el tío Charles había insistido en hacer una