Noviembre comenzaba, el viento cada vez más frío reunía cantidades importantes de personas en las calidad cafeterías de la ciudad, Andrómeda disfrutaba de una caliente taza de café, Jacob bebía una taza de té caliente y platicaban amenamente en lo que terminaban sus bebidas, ese día finalmente iría a su primera lección de etiqueta con Sebastián, le dolían un poco los brazos, finalmente había decidido unirse al club de arquería donde la profesora Karla era encargada y quien le había insistido por meses unirse, todo estaría perfecto de no ser por Amelie y su actitud prepotente hacía ella, pero trataba de tolerar a la chica, dentro de dos días se anunciaría frente a la prensa que tanto ella como su hermano eran Relish, además, se anunciaría formalmente su compromiso con Altair, el tío Charles había insistido en hacer una
- No quiero que te vayas, pero entiendo que es importante...- la cobriza se sintió triste, no lo veria por una semana completa.Esa noche los dejaron solos en el apartamento, Andrómeda preparo una exquisita cena y el piel canela se encontraba satisfecho.- Altair...aún no te he dicho ti castigo por pensar mal...- soltó Andrómeda de repente.El piel canela la miró serio, realmente recordarla así no le agrado, el deseaba ser el único en todo aspecto de la vida de la hermosa joven, la cobriza se acercó de manera sensual a él, con la yema de sus finos dedos recorrió el rostro del ojos zafiro y bajo haciendo lo mismo hasta los marcados músculos del fuerte pecho del joven, cosa que lo sorprendió y comenzó a excitarlo.- Quiero que me ayudes a organizar una fiesta de Navidad para los niños del orfanato donde creció Jayden, te involucraras en todos los
La prisa y el estrés se respiraban por cada rincón de la mansión Sallow, la servidumbre corría por los pasillos y en la cocina los gritos y la presión por tener listo el gran banquete no se hacían esperar, los últimos detalles de la decoración estaban casi listos, Charles era un completo tirano con el personal, quería que todo estuviera perfecto, Amelie se sobaba las sienes, era un completo fastidio para ella tener que ayudar a su padre a organizar la fiesta de compromiso de su estúpido primo y la salvaje, su madre solo se limitaba a beber y robar un bocadillo ocasional de la cocina, Andrómeda estaba nerviosa, Nereida, Anna y Sophie estaban con ella, la chica había devuelto el desayuno de tan nerviosa que se encontraba y sus amigas solo se limitaban a intentar calmarla, había llegado la noche anterior a la mansión y las chicas llegaron muy temprano por la mañana para ayudarla a p
Del otro lado de la mansión, Altair terminaba de arreglarse, su tío acomodo su largo cabello de ébano en una trenza que le colgaba de lado, lucía un traje de sastre a su medida color negro, su elegante porte y su fiereza sobresalían con la elegante camisa y corbata que resaltaban sus penetrantes ojos color zafiro, lucia simplemente como un rey, fiero, arrogante y su avasalladora personalidad lo volvían el hombre que toda mujer soñaba desposar, increíblemente atractivo.El anuncio oficial se daría con los miembros más importantes de las familias únicamente y se llevaría a cabo en la mansión Relish, la celebración sería en la mansión Sallow, solo se permitió la entrada a la prensa más exclusiva, todos esperaban ansiosos a la joven cobriza y su pequeño hermano, aquel era el anuncio más importante que se daría sobre la más alta
La celebración del compromiso iba de maravilla, ahora muchas parejas se encontraban bailando, los brindis por los futuros esposos no se hacían esperar, Andrómeda se veía radiante, una sincera sonrisa de felicidad se dibujaba en su hermoso rostro, a pesar de las muchas dudas que aún tenía, estaba completamente segura de algo: amaba a Altair, jugaba con el precioso dije de corazón que tiempo atrás le regaló su amado piel canela, recordaba cómo fue que había comenzado su extraña historia de amor, jamás podría haberlo imaginado, estar allí, en ese momento que parecía un cuento de hadas o una novela romántica, ella, la princesa pérdida que ignoraba su origen, el, el apuesto chico rebelde y cabezota que pierde la razón por la primera y ambos se entregaban sus vidas puramente al amor...su corazón latía rápido, deseaba que aquel instante d
La mañana estaba fría, el cielo completamente gris y las pequeñas gotas chocando en los cristales presagiaban un desastre, apenas hace dos días de la celebración de compromiso y su presentación como una Relish ante la sociedad y Andrómeda se sentía harta, en la universidad todos la veían con respeto pero también con miedo al saber el poderoso apellido que ahora portaba la joven príncipe, los chicos además temían estar cerca de ella por ser la prometida del fiero y cruel Altair Sallow, y las chicas que aún suspiraban por las imaginarias caricias qué soñaban sentir de la cobriza, estaban devastadas al saberla comprometida con el temido ojos zafiro, muchas otras más estaban más que celosas de la suerte de la piel nívea por tener de prometido a semejante ejemplar de hombre y sex symbol, Andrómeda notaba todo aquello y se sentía harta, Altair
Esa era la oportunidad que necesitaba, no podía permitir que se descubriera cualquier indicio del Legado de los Huesos, su líder quedaría expuesto y por ende toda la familia también, pensaba Thomas mientras veía a la cobriza retirándose.- Ya que estaremos aquí porque no vas por algo de beber grandulón? Debí llamar a Altair hace horas para decirle que su princesa está bien - dijo Thomas sonando desinteresado, Jacob asintió y salió, momento que aprovechó el moreno para borrar todo y acomodar los números, cuando regreso el alto moreno con las bebidas, él había terminado, después de todo, era un rayo informático y asesino experto.- Todo en orden Sallow? - pregunto Jacob notando cierto nerviosismo en el ojos castaños que apenas lograba calmarse.- Todo en orden, no es fácil tener un jefe como lo es mi primo, es demasiado exager
Las luces de una gran ciudad figuraban miles de coloridas formas, las personas transitaban lentamente disfrutando del ambiente, música, ruido, tiendas, todo en movimiento, el bullicio embrutecía los sentidos, todos veían todo y a la vez nada, era el lugar perfecto para desaparecer a alguien. - Ya se lo dije, yo no sé nada - un joven de aspecto sencillo era estrellado contra la pared por un furioso Altair. - ¡No mientas infeliz, se bien que eres uno de los que protegen la información sobre mí que tiene Cole Pusset! - el ojos zafiro estaba colérico. El muchacho temblaba, sabía que había llegado su fin, el junto a otros dos hombres, tenían resguardada información que el pelinegro les dio, pero aquellos ya habían sido asesinados, Altair Sallow no era un hombre que arriesgaba, lo sabían, pero jamás imaginaron que los encontraría. - Mi señor, aquí está la laptop, todos los dispositivos que encontramos en el departamento de este sujeto ya fueron destruidos -
- Vengan por aquí, me gustaría mostrarles el lugar para que puedan decidir dónde llevarán a cabo la fiesta y dejemos acondicionado el sitio - las jóvenes y los guardaespaldas siguieron en silencio a la anciana madre, aquello era algo desgarrador, muchos pequeños no tenían ni siquiera calzado digno, algunos tenían abierta la parte delantera de los viejos zapatos para dejar en libertad sus pequeños deditos, la ropa se veía desgastada, y eran tantos y de todas las edades, algunos bebés y pequeños de menos de tres años lloraban pidiendo leche, los mayores reflejaban una profunda tristeza en sus ojos, y las hermanas trataban con todo su ser de alegrar sus tristes vidas, el lugar, además de todo, estaba en pésimas condiciones, camas viejas, algunas ventanas sin vidrios solo cubiertas con trozos de cartón en un desesperado intento por mitigar el frío que se colaba por ella