╔═.❥.════════╗
ROXANNE.
El tipo sentada enfrente de mí con un traje azul claro y corbata gris.
— Me acompañaría a mi casa.— menciona el tipo y pone su mano en mi pierna, me sentí incómoda y alejé mi pierna de su mano que se movía haciendo masajes en mi piel desnuda.
— la cuenta.— demanda al camarero que se acercó a nuestra mesa.
Este imbécil cree que voy a pasar un roto a su apartamento.
Está muy equivocado.
El camarero trajo su tarjeta junto a su factura, camina casualmente a mí con una brillante sonrisa en su labio, mantiene sus ojos puestos en el escote de mi vestido.
* Este ya se la gano.* reprocha mi mente.
Le doy una cachetada al sentir su aliento muy cerca en mi cara.
— No, soy una puta.— le grito.
— No eres más que una perdida de tiempo y dinero.— me empuja y caigo al suelo, se va dejándome allí.
Estoy furiosa, pido al camarero que por favor me preste el baño, allí entró y me cambio mi vestido por unos pantalones gris y mi camisa azul.
El primer mensaje llega a mi celular, el cual vibra.
JEFA: Roxanne, ya.
YO: Hablamos en el hospital.
Salgo de allí, son la una y cuarenta minutos, voy retrasada a mi trabajo, pues debo estar en el hospital en aproximada mente quince minutos y estoy a diez manzanas de allí.
¡Maldición! Maldigo en mi interior, hoy tenía una cita a ciegas con un tipo, el muy canalla era uno de esos que quieren pasar un rato nada más.
* Eso te pasa por hacerle caso a Lissy.* me recuerda mi conciencia que a veces creo que tiene mente propia.
Corro como una loca esquivando a los turistas que transita la hermosa avenida Champs Elysées no me fijo por donde voy, solo esquive a una pequeña que estaba saltando hasta que mi cuerpo choca contra una pared de músculos callando sobre él, mi teléfono vibra por encima vez.
—•S’il vous plaît excusez, je vais un peu en retard.— me disculpo.
•por favor disculpadme, voy algo tarde.
Y no me fijo en él, me paro y sigo mi camino sin mirar a tras.
Ese hombre tiene los ojos fijos en mí, puedo sentir mirando hasta que me pierdo entre la multitud.
Una media hora después estoy parada frente al hospital, saludo al portero y me dirijo a pediatría.
— Llegas tarde.— me regaña mi jefa. — Nunca en tu vida vuelvas a hacer ir a un lugar con un tipo desconocido.— gruño.
— Estás de mal genio, necesitas sexo, eso te relajará.—
— No, ese tipo era un imbécil.— susurro.
— Debiste probarlo, vas a morir virgen mujer.— grita.
— Cállate, yo no soy virgen.— le recuerdo.
— Hay nena ni siquiera te acuerdas con quien perdiste tu virginidad.— El color rojo sube a mis mejillas.
Le debo la vida a esta mujer, ella me encontró cuando estuve a punto de morir por un golpe en la cabeza y varias heridas en mi cuerpo.
— El nene de la cama, doscientos uno, ha presentado fiebre y convulsiones.— me informa Lissy.
Busco mi carnet profesional y no lo encuentro en mi casillero.
— ¿Pasa algo Roxanne?— Lissy.
— Perdí mi carnet.—
— Busca debe estar en tu casillero.— Ella me aparta y busca en mis cosas.
— Creo que lo perdí cuando choque con la pared de músculos.—
— ¿Con qué?— Lissy.
— con un hombre.—
— Cuéntame.— Lissy. — tal vez más tarde debo visitar al nene.— Salgo en busca de la habitación doscientos uno; allí en la camilla acostado está un nene de aproximadamente seis años, con una intravenosa en su brazo derecho.
El niño ha tenido convulsiones debido a la fiebre, por lo cual mandé hacer exámenes de rutina para descartar cualquier problema más grabe.
Di mi ronda por pediatría revisando a todos mis pacientes y atendiendo consultas, fui a la sala de descanso que comparto con Lissy allí estaba mirando al techo de la habitación.
Me acuesto a su lado y mi cuerpo lo agradece.
— El día estuvo, ¡uf!.— susurro.
— Roxanne.—
— mm.—
— De verdad no recuerdas nada de tu pasado.— me menciona.
— Sabes que no, el médico dijo que podía recuperar o no.—
— Estaba guapo la pared de músculos.— Lissy cambia de tema.
— No me fije en él.— hablo restándole importancia. Sinceramente, ni lo vi, porque estaba de mal genio por el tipejo.
— ya usaste el consolado que te di.— Lissy.
— Por Dios, Lissy, deja de hablar de eso.— Ella se ríe, recuerdo que en mi cumpleaños número veinte y dos me regalo un juguete sexual en forma de un pene.
— Vamos, necesitas que te follen.— Lissy.
— Lissy, perdí mi carnet y esto puede ser algo conflictivo en mi trabajo.— cambio de conversación. Lissy es como mi madre es una mujer de cuarenta y cinco años, su cabello son rubio de ojos marrón claro, alegre, activa y bonita.
Salimos del hospital y las gotas de lluvia golpean el suelo, el frío de la noche se caló en mis huesos, corremos a donde nuestro auto en el parqueo, subimos, Lissy enciende la calefacción y enciende el auto, miro por la ventana, perdida en mis pensamientos observo a las personas que corren bajo la lluvia buscando un lugar donde refugiarse.
Mi vida cambió hace nueve años, en el accidente, buscamos a mi familia durante varios años y como no sabía mi nombre real siempre fue imposible.
Lissy siempre fue un de gran ayuda en el proceso de mi recuperación, ella es mi apoyo incondicional.
Salgo de mis pensamientos cuando el carro estaciona en el parqueo en nuestro departamento, sacó mi bolso y caminamos rumbo al ascensor el cual tiene un cartel blanco con letras negras que dice ▪︎hors service.
▪fuera de servicio.
Este es el peor día de mi vida, tenemos que subir seis pisos caminando por las escaleras, esto nos tomara quince minutos, los cuales si el maldito ascensor funcionará ya estaría metida en mi cama y arropada con mis sábanas.
Pero no estoy en el cuarto piso y aún nos faltan dos pisos y tengo frío. Al llegar a la puerta de nuestro departamento entró y voy a mi habitación.
Minutos después estoy en la sala en el gran sofá gris sentada envuelta en mis sábanas y con una taza de café humeante en mis manos, preparándonos para una maratón de películas en N*****x.
º✾...✾º
Despierto por el timbre del departamento, hoy es mi día libre y siempre despierto tarde, me pongo de pie, llevo una batola color negro.
Abro sin mirar y dejo la puerta abierta.
— Oye espera, me voy a cepillar mis dientes.— hablo mientras me dirijo a mi habitación recogiendo mi cabello en una cola.
No escucho respuesta, pues es Jenny, mi vecina que nos ayuda en el aseo del departamento.
Cepillo mis dientes y salgo a la sala, mi corazón palpita, busco algo con que defenderme, pues hay un hombre en mi sala.
— Disculpa ¿Qué haces en mi departamento?— Trago saliva.
— Usted me dejo entrar.— responde.
— ¿Qué quiere?— pregunto a la ofensiva.
El hombre frente a mí es guapo, sus ojos son de color verde intenso, su cabello recogido en una cola de caballo y su barba no muy larga le dan esa aura de hombre poderoso.
— Lamento el inconveniente.— me sonríe y mis piernas tiemblan, me entrega una tarjeta blanca, es mi tarjeta profesional.
— la encontré después de que chocamos en la calle, fui al hospital y me dieron tu dirección.— menciona.
— La pared de músculos.— susurro.
— Disculpa.— Maldición no creí que pudiera escuchar.
— perdón, pero el día que chocamos sentí que me golpee contra una pared.— mis mejillas arden.
— soy Enzo.— me extiende su mano, la cual apretó, su piel es cálida y la retiro al sentir una chispa que recorre mi cuerpo y se centra en mi estómago.
— Roxanne.— murmuró afectada por lo sucedido anteriormente.
Mordí mi labio inferior, pues mi cuerpo se siente atraído a él.
— Podríamos tener una conversación más tarde en un café.— menciona.
— Lo siento, tengo que trabajar más tarde.—
— Lissy mencionó que hoy es tu día de descanso.— me guiña un ojo.
¡Te odio Lissy! Grito en mi interior, no puede ser más imprudente, porque le dijo que es mi día libre.
Se puso de pie y me entrega una tarjeta negra.
— si cambias de opinión el segundo número es mi celular personal.— sale de mi departamento cerrando la puerta tras él.
Ahí es donde me doy cuenta de que tenía el aire contenido, pues ese olor de su colonia me tenía aturdida ese mezclas de chocolate, vainilla y bosque; picaban en mi nariz.
Pongo la tarjeta en la mesita junto a mi taza de café.
En la tarde me siento a revisar mi W******p y a responder los mensajes de mis colegas, hasta que veo la tarjeta negra con letras doradas. A.R.M. y asociados.
* Llámalo.* Mi conciencia me anima,
tengo dos opciones, una ignorar al hombre.
* ignorarlo no es opción, querida ese hombre nos causa estragos*
Dos seguir los consejos de Liss y pasar un rato agradable con él.
* En su cama.*
* Cállate, solo es un café.* me regaño y mi misma por mis pensamientos, es la primera vez en nueve años en que un hombre haga estragos en mí.
Marco el número en mi celular y al segundo tono.
— Hola.— su voz es ronca y suave.
— Hola, soy Roxanne.—
— Hola Ross, creí que no me llamarías.— Su voz es agradable y mi corazón se acelera.
— Podemos hablar, en el café, cerca de mi departamento, a las ocho.—
— A las ocho nos vemos allí.— Cuelgo sin antes decir adiós, y dejar escapar una gran suspiro.
No sé que tiene este hombre que hace estragos en mi cuerpo y mente, muevo la cabeza sacando algunos pensamientos, miro la hora y tango una hora para salir a tomar un café con el señor Enzo.
╚════════.❥.═╝
╭════ °❀° ════╮ENZO.Se suponía que debía regresar a mi oficina para revisar unos documentos pendientes, pero en vez de hacerlo, llamé a Alfonso para que nos recogiera. Ver a alguien que es idéntica a mi luna removió todos los sentimientos que había tratado de olvidar. Es inaudito que justo cuando estoy por regresar a mi manada y tomar el cargo de alfa, ella aparezca y aún después de tantos años, siento esa sensación de electricidad que recorre cada célula de mi cuerpo.Pero allí estaba esa doctora pediátrica, de cabello rojo y ojos azules.* Maldición, Enzo, deja de renegar, esto es una segunda oportunidad** Ella puede parecerse a mi luna, pero no lo es* se dijo a sí mismo.* Entiende, Ana no murió, siempre lo sentí* , gruñó Maximus.* Para Maximus, Ana murió hace nueve años* , susurró.No le presté atención a mi alfa y le escribí a mi secretaria Suzette para que cancelara mis reuniones. Después de horas con mi mente pensando en esa posibilidad, mi lobo y alfa molestos, decidí que m
✯¸.•´*•✿✿•*`•.¸✯Por qué lo hice, no soy una mujer fácil. Lloro en el baño mientras enjabono mi cuerpo, tiemblo al sentir la incomodidad en mi entrepierna y más lágrimas caen confundiéndose con las gotas de agua.— Ross...— me llama.No respondo, me siento sucia.* A ti también te gustó.*Sólo siento que me usaron, no tengo recuerdos. No sé si aún estoy casada y eso me afecta.Tomé el bote de jabón y lo tiré, el cual se rompe esparciendo su contenido en el suelo.— Ross, tengo que irme.—— ¡Vete largo de mi apartamento! — grito furiosa.— No quiero dejarte así Ross, vendré por ti en la noche, tenemos que hablar.—— No quiero nada tuyo, déjame en paz.—— Ross...—— Me llamo Rosanne y no quiero verte nunca más — él sale dejándome sola. Me encierro en mi habitación esperando a que Lissy no me moleste.Llamo a mi trabajo y me reporto enferma. Ya en la tarde salgo a comer algo y allí está Liss, la cual me mira con curiosidad mientras preparo un sándwich de pollo y un jugo de naranja.— Oye
╔═══°❈°═══╗Enzo.El reloj de la mesita de noche indica que son las cinco y media de la mañana. Cuánto quisiera pasar el día con Ross en la cama, pero tengo cosas que hacer más tarde. Observo su desnudez y la marca de la daga que está al lado izquierdo, muy cerca de su corazón. Agradezco a la diosa luna por haberla dejado regresar a mi lado, prometiéndole protección con mi propia vida si fuera necesario.Volver a despertar a su lado es una dicha, giro su rostro y ella me mira con esos ojos azules. Su cara se arruga al moverse, sonrío porque yo soy el causante de su cuerpo adolorido.— Castel, ¿puedes ser un poco más amable conmigo? — me dice.— Claro, cariño — le respondo mientras me deslizo debajo de las sábanas blancas y subo sobre su cuerpo besando cada parte de ella.— Basta, señor Castel. Mi cuerpo me pide a gritos un descanso — dice sonriendo con sus hermosos labios rojos.— No quiero — hago un puchero y ella ríe antes de devolverme el beso con más pasión.De repente, alguien toc
╭─❁─•✥•─❁─╮Roxanne.Ese hombre me hace perder la cabeza. No sé qué me pasa con él; cuando estoy a su lado, me siento protegida y amada. Además, su colonia me confunde, su olor es inigualable. Su hija es una niña inteligente, amable y divertida.Después de un desayuno delicioso, hablo con Aurora, quien me cuenta sobre su colegio y la niña que la molesta.La conversación siguió hasta que me acordé de que hoy debo llegar temprano al hospital donde me espera un largo interrogatorio de Liss.— Ross, ¿vendrás en la tarde, por favor?—— No creo que pueda, Aurora— me disculpo.Ella me hace ojitos de gatito tierno. Me despido de ella con un beso en la mejilla.Cojo mi bolso y me dirijo al parqueadero donde me espera el conductor de Enzo.— Buenos días, señorita— me saluda.— Buen día— saludo y le doy la dirección del hospital.Salimos a la calle. El tráfico en París es terrible esta mañana.Al llegar, saludo al portero, un señor de cuarenta años de piel morena.Empiezo mi turno y paso la mañan
┏━❃•°☪°•❃━┓ EnzoHan pasado unas semanas desde que comencé a ir al trabajo de Ana para estar con ella y luego cenar en mi Penthouse con Aurora y Agnes. Es magnífico volver a ver ese hermoso brillo en sus ojos, Ana es mi luna, la mujer por la cual daría cada instante de mi existencia por verla sonreír. "Gracias diosa luna" por darme esta oportunidad, la cual no pienso desaprovechar.De repente, el olor a quemado me saca de mis pensamientos. Volteo y aparto la sartén de la placa antes de tirarla al fregadero. Tamara llega de visita esta mañana con la excusa de querer ver a Aurora, pero yo sé que es lo contrario, ella quiere ver a su hermana. Hablamos de que debía controlar sus emociones cuando la viera.La cena fue idea de ella, pero yo he decidido que haría algo especial para Ana. Aunque no tengo ni puta idea de cómo hacer una comida, quiero sorprender a mi luna.— Agnes, necesitamos a un experto— grita Tamara. Pero yo le gruño:— largo, Tamara, quiero cocinar para mi luna—Pero ella in
♡࿐♡࿐♡࿐♡࿐Roxanne. Cuando Liss me contó que el Sr. Castel era un alfa Real no lo podía creer."Por la diosa luna" reclamó después de que ella me contara con pelos y señas todo lo que sabía sobre su vida.Llevo algunos minutos mirando su rostro detallando su mandíbula, su nariz y sus labios delgados.Paso la llena de mis dedos por sus labios y él abre sus ojos.¡Oh por Dios!, sus ojos son totalmente negro profundo.Empuja mi espalda sobre la alfombra y él se pone encima de mí y sonríe de lado.Luego lleva su cara, mi cuello y ronronea.* Está ronroneando como un gato** Me gusta ese sonido* conciencia.— Mía — susurran y mi cuerpo reacciono a su lengua que está saboreando mi cuello.* Él no, es el señor Castel** Claro que no tonta, él es su lobo* conciencia.— Enzo, eres tú — logro pronunciar y él no sigue succionando y mordisqueando mi piel sensible.— Maximus, por favor—chillón, al sentir mi, entrepierna contraerse cuando presiona su erección contra mí.— Buen día, mi luna— besa mi
❀๑୨୧๑❀Enzo.Estoy en mi oficina recostada sobre mi silla giratoria, mirando las nubes grises que hay hoy en el cielo de París.Tengo un montón de documentos y autorizaciones que debo revisar y firmar; pero en mi mente solo hay una persona.Roxanne, no sale de mi mente.Ella aunque quiera negarlo, no puedo ella es Ana, mi hermosa luna, ahora si estoy cien por ciento seguro, antes lo sabía, pero me negaba a creerlo.Soy un completo idiota, seguir negando la verdad; aunque debo saber que sucedió hace nueve años.No estaré feliz hasta saber la verdad, pero esa verdad, la única que puede hablar de ella, no recuerda su pasado. Siempre queda la misma incógnita.Sé que la puedo tener a mi lado, aun si todavía su nombre no es Ana Sofía, no se acuerde de que tuvimos una hija y tiene a una familia, la cual siempre la he amado.Aun así, espero que recuperar su amor, ese amor que aún sigue vivo en mí.El teléfono celular suena iluminado la pantalla con el nombre "Padre".Llevo varios días que n
☆━┈┈━☆ Roxanne Hoy no me he sentido bien, de hecho las náuseas me despertaron. Me dolía la cabeza, tenía algunos mareos, me sentía terrible y aun así me puse de pie, me dirijo al baño. Busco en los estantes y me percato de algo que algo esta mal. Salgo en busca de mi celular, busco la fecha. * Es una posibilidad* conciencia. Mi cabeza da vueltas, no es posible, como pude ser tan descuidada. Es posible que ahora lleve una vida creciendo dentro de mí. Levanto mi camisa y miro mi abdomen plano. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Toc, toc — Oye estás despierta— pregunta Liss detrás de la puerta. Estoy enojada conmigo misma, y a la vez asustada. — Roxanne, puedo pasar, nene que pasa— no me había dado cuenta de que había empezado a llorar hasta que una lágrima cayó en la pantalla del teléfono. — Ross, contesta o tiró la puerta— sé que habla, enserió, me pongo de pie y abro. Le doy la espalda. — Ross, que sucede — no la miro. Me siento al borde de la cama y escondo mi cara en m