En cuanto entraron al comedor, todas las miradas se posaron en ellos. —¿Todo bien? —preguntó Robert. Alexander no respondió dándole la oportunidad de que ella lo hiciera. Ariadna asintió antes de ir a su lugar para sentarse. Alexander la siguió y corrió el asiento para ella, luego tomó lugar a su lado. Él aprovechó el silencio para disculparse con los padres de ella por lo que había dicho, estaba claro que no fue para nada educado menos caballeroso de su parte, pero lo había dicho en un momento desesperado para que ella no intentara escapar de él. Los siguientes minutos no se habló de mucho, hasta que Emma decidió preguntar por la boda. —Me haré cargo de todo —respondió Alexander. Ya que sería algo pequeño, pensó que no tendría ningún problema en organizarlo. Ariadna, siguió comiendo sin prestarles mucha atención. —¿Qué opinas cariño? —preguntó su madre. —No tengo ningún problema con eso —No pensaba poner su atención en algo que no le traía ninguna ilusión. Ya lo había hecho un
—Ella puede hacerse cargo de ese trabajo —Dijo volviendo al tema principal de aquella reunión, como si en un segundo se hubiera olvidado de lo que estuvo a punto de pasar. Pero en el fondo tenía un lío con el cual lidiaría después, o tal vez no y seguirá ignorando lo que sentía cuando estaba cerca de él. Ambos posaron su mirada en la recién llegada y Nyree no entendió de lo que hablaban. Su amiga tenía la capacidad suficiente para hacerse cargo de la publicidad de la cooperativa. Nyree había dejado de trabajar en marketing solo por alejarse de su ex novio. Eso la llevó a tomar el puesto que tenía en la compañía de los Kelly, pero ahora tendría la oportunidad de volver a trabajar en lo que tanto le gustaba. Ariadna sirvió tres tazas de café mientras discutían la idea. Al inicio Nyree había puesto algunos obstáculos para aceptar. Pero luego bastó con unas palabras de Alexander para convencerla. Quizás debió sentirse resentida con su amiga por aceptar así de rápido con él, pero tambié
Ariadna se quedó de pie en el mismo lugar viendo el auto alejarse. Tenía la sensación de que pudo haberse disculpado y arreglado el desastre que ocasionaron sus palabras, pero no lo hizo. Él la había provocado primero y ella solo había reaccionado, pero porque se sentía así…—¿Por qué dije eso? —Se reclamó.Si la relación entre ellos era complicada, ahora sería aún peor. Ella le había dejado claro que lo despreciaba, cuando en el fondo ni siquiera sabía lo que sentía.No tenía intenciones de entrar a su casa, así que, subió a su camioneta y fue directo a su trabajo.Intentó hacer lo mejor posible para no pensar en nada más que no fueran los documentos que tenía en sus manos, pero estaba resultando imposible y eso era más que frustrante, no podía concentrarse. Todos sus pensamientos iban dirigidos a una sola persona: Alexander Green. Repasaba en su cabeza cada momento, desde que lo conoció hasta su encuentro esta mañana.Se dio por vencida y dejando los documentos a un lado, se levantó
¿En qué momento había pasado de no querer volver a casarse nunca más, a ser ella quien pidiera matrimonio? No tenía una respuesta a esa pregunta como para muchas otras, pero ya había tomado una decisión. Se casaría por los mismos motivos de antes y por otros nuevos que aún tenía que descubrir cuáles eran.—Pero tu dijiste…—Sé lo que dije —Ella dio un paso hacia él—. Créeme, no fue mi intención decir aquellas palabras.—¿Ah no? —Ella sí que lo confundía.—No sé si pueda explicártelo ahora, pero seguro lo haré en algún momento.—Quisiera entenderte ahora.—Está bien. Lo intentaré, pero antes prométeme que seguiremos con esto.—¿Estás tratando de negociar conmigo? —cuestionó Alexander.—Creo que sí.—¿Por qué haces esto? —En ese momento ella entendió que él le gustaba y que ese había sido el motivo de su arrebato esa mañana. Ya no solo se sentía culpable por la muerte de Oliver, ahora también por dejar que Alexander se metiera en su mente. Sentía que estaba traicionando el amor de Olive
Ella levanto su mirada para verlo a los ojos.—Lo sabes —No era una pregunta, de igual manera él asintió.—Perdona, no quiero incomodarte, yo… —En otro momento ella no hubiera dejado siquiera que lo mencionara, pero por alguna extraña razón quería hablarlo y ser sincera con él.—Está bien. Es más fácil para mi si lo sabes. Alex, yo aún estoy muy destrozada por dentro. No sé si algún día podré encontrar los pedazos y volver a unirlos. Perdí al hombre que amaba en aquel accidente y todo fue mi culpa. —Sus ojos se volvieron acuosos y la voz se le apagó.—¿Tu culpa? —La tomó del rostro—. Fue un accidente. —Ella negó.—No, no entiendes. Yo… yo planee aquel estúpido viaje. Él, al inicio no estaba de acuerdo, pero lo convencí. Si tan solo no hubiera… —No pudo concluir la oración, Ariadna se rompió, las lágrimas que amenazaban con salir brotaron incontrolables.Alexander la atrajo abrazándola contra su pecho y ella se aferró a él como si fuera su salvavidas en medio del enorme océano, como si
Presente:La música que empezó a sonar lo sacó de sus recuerdos. Ese era el aviso de que ella estaba ahí. Nyree le había dicho que Ariadna estaba lista y que llegaría pronto. No podría decir con exactitud cuánto tiempo transcurrió después de eso. Sacó las manos de sus bolsillos, acomodó su corbatín y se paró derecho.La idea de ir a buscarla y llevarla hasta el altar había pasado por su cabeza.Cuando le dijo hace una semana que era mejor no verse había esperado olvidarse de lo que estaba sintiendo por Ariadna. Pero eso no había funcionado porque tuvieron que verse en un par ocasiones. Aún si no hubiera sido así, estaba seguro que con nada podría haberla sacado de sus pensamientos y el efecto que habría provocado su lejanía sería lo contrario a lo que esperaba.En cuanto sus miradas se encontraron se convenció aún más de que no había sido buena idea intentar alejarse. Era muy probable que estaría en problemas por enamorarse, pero ahora que ella iba a ser su esposa usaría esa ventaja p
—La hora del baile de los novios ha llegado. —Su prima no había terminado de hablar cuando ya estaba tirando de él para que se levantara. Miró a Ariadna y ella asintió, entonces la llevó a la pista. La prima de Alexander había hecho un buen trabajo organizando todo. Incluso se había tomado el tiempo de averiguar las canciones favoritas de ambos. Y la que empezó a sonar era una de ellas. «I have nothing, de Whitney Houston» Alexander la tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo. Por su parte Ariadna entrelazó sus manos alrededor de su cuello y se dejó guiar por él. Minutos después, algunas personas se unieron a la pista de baile. Ambos estaban en completo silencio. Ella solo podía sentir su aliento y respiración golpear unas veces su hombro y otras veces su cuello. Su mano se paseaba por su espalda con demasiada parsimonia para luego volver a su lugar en su espalda baja. Su tacto era como fuego que incluso sobre la tela de su vestido hacía que su piel ardiera. Intentó no estremecer
—¿A mi padre?—Sí. A ambos los abandonó una novia que quería ser modelo ¿No lo sabías? —Por supuesto que no lo sabía, la relación entre Alexander y ella no era lo que todos pensaban, pero su madre no tenía por qué saberlo.—¿Entonces, te agrada porque su exnovia modelo, lo abandonó?—No, claro que no. Sino porque a pesar de eso se dio la oportunidad de conocer a alguien más, al igual que tu padre. Ambos no juzgaron a todas las mujeres por igual.—Veo que te esforzaste por investigarlo. —Solo esperaba que lo dejara ahí y su madre no pudiera darse cuenta de que aquel matrimonio había sido arreglado.—Quería estar segura de que él te merecía —Tarde se dio cuenta de lo que había dicho. Vio a su hija fruncir el ceño.—¿A qué te refieres con eso? ¿Crees que Oliver no merecía estar conmigo? ¿Por eso nunca lo aceptaste?—No fue eso lo que dije, de todas formas, eso ya no importa ¿no? —Ariadna suspiró porque no obtuvo una respuesta antes y menos la obtendría ahora.—¿Cuánto te quedarás? —pregu