Las posibilidades de volver a ver a un miembro de la familia Palmer, no eran nulas. Pero ellos vivían en Auckland y aunque, tenían negocios en Tauranga, no esperaba ver a ningunode ellos, menos en su territorio.—Charlotte —Musitó mientras volvía a colgar el teléfono.Después de que ella y su madre fueran al hospital a culparla por la muerte de Oliver, pensó que ninguno de ellos volvería a buscarla, jamás.—¿Qué haces aquí? —preguntó sin molestarse en saludar— Jenny, puedes retirarte —Su secretaría asintió y se fue— ¿Entonces? —volvió a preguntar dejando claro su impaciencia.—Insolente como siempre —La recién llegada dio algunos pasos observando el lugar—. Creí que con el tiempo cambiarías un poco tú carácter.—No entiendo por qué creíste algo así. —No importaba que ellos fueran la familia del hombre que amaba. Ariadna nunca se dejó amilanar por los comentarios sarcásticos. Había respondido a cada uno de sus intentos por humillarla y hacerla sentir menos.—¿Quién es el desafortunado?
Ariadna se mantuvo distante el resto de la tarde. La mujer feliz que lo había recibido esa mañana, ya no estaba.Al llegar a casa ella le pidió que la dejara un rato a solas para descansar. Él no quería dejarla, pero accedió a su petición.A la hora de la cena él la despertó para comer juntos. Estuvieron casi en completo silencio; solo interrumpido de vez en cuando por algún comentario sobre el trabajo, sus hermanos o algún otro tema sin mucha relevancia.El día siguiente fue igual y el siguiente también. Él procuraba darle su espacio, pero a veces simplemente no podía. Tenía la necesidad de al menos abrazarla mientras dormían. Era una suerte que ella no lo rechazara, al contrario, se abrazaba a él como si fuera todo lo que necesitaba. Ese era el único momento en el que sentía que aún seguían compartiendo la misma conexión de antes. Eso le daba esperanzas de que su esposa volviera a ser la misma de hace unos días. Y lo que sea que la estuviera perturbando, desaparecerá.****Caminó co
Antes de encender su camioneta le escribió un mensaje a Alexander y lo puso al tanto de la situación. No deseaba que volviera a pasar lo mismo de esta mañana. Aunque compartían todo referente al trabajo, de ahora en adelante estaba dispuesta a compartir mucho más, eso incluía sus miedos e inseguridades. Estaba segura que él sería mucho más que un compañero, él era un amigo con el que se podía contar y confiar.****Ariadna observó las plantas de kiwis. Como Jeffrey dijo no se había obtenido la calidad que se esperaba. Los frutos no habían crecido lo suficiente.—¿Cuál crees que haya sido el motivo? —preguntó Jeffrey.—Aún no lo sé. —Pero lo iba averiguar.Ella misma había hecho todas las pruebas el año pasado y el resultado había sido satisfactorio. La nueva variedad de kiwis debía ser un éxito. No importaba si tenía que volver a empezar. Había aprendido que siempre habrá nuevas oportunidades.—Revisaré los reportes —dijo luego de haber recorrido casi toda la hectárea.—Dejé los docum
Ariadna quería escuchar la respuesta de su boca. —He dicho que lo quiero todo, Ariadna, eso incluye una familia. Dime si estoy pidiendo demasiado —Él la dejó ir y pasó por su costado. —Alexander, no te vayas. Aún no termino. —Yo sí, piensa en lo que te dije. —Ya te dije que no tengo… —Por cierto, te recuerdo que el sábado es la fiesta de inauguración de la cooperativa. No importa lo que decidas, debemos estar ahí, juntos. «¿Es que acaso se había empeñado en no dejarla hablar?» —Lo sé, no lo he olvidado. —Lo decía solo por si acaso —Con eso último salió de la habitación. —Pero ¿Cómo se atreve? —¿Cuándo había olvido algo sobre el trabajo? Lo siguió para intentar detenerlo— Alex… —Para cuando salió de la casa él ya había subido a su motocicleta. Decidió dejarlo ir solo porque él necesitaba calmarse. No la iba a escuchar estando así. Soltó un suspiro de resignación. Tenía que pensar en algo para arreglar aquel desastre. Él no le iba a creer que también lo amaba, después de haber
Ariadna no estaba descansando como le había dicho a Alexander. Ella estaba en una sala de espera en el hospital central de Cambridge, esperando los resultados de sus análisis de sangre. El doctor le confirmó lo que ya sabía. Aun así, su reacción fue como si recién lo estuviera descubriendo. El profundo amor que ya sentía por el pequeño en su vientre, era más grande que cualquier otra cosa. No encontraba las palabras que describiera lo que sentía. De pronto su estado de ánimo decayó. Le habría gustado que su esposo estuviera ahí con ella, recibiendo esa maravillosa noticia. Miró su celular, tenía un debate interno, quería llamarlo y pedirle que llegara hasta ella para… Nyree leyó su intención y le arrebató el teléfono. —Ni siquiera lo pienses. —Ariadna hizo un puchero adorable que le sacó una sonrisa a su amiga. —Pero también fue mi culpa, yo provoqué que actuara así. —justificó ella. Entendía por qué su esposo había actuado de esa manera. Ella misma no hubiera podido evitar actua
Una hora después algunos invitados empezaron a retirarse.—¿Qué te parece si también nos vamos? —le propuso.—No si tu plan es parecido al de nuestra boda, no me cargarás delante de todos.—No lo había pensado, pero suena a que fue un gran plan. —Ella le dio una mirada de advertencia— Está bien, no lo haré. Propongo que nos escapemos sin que nadie nos vea.Ariadna miró hacia todos lados y sonrió.—Ese plan me gusta.—Hecho. Tú ve al área de los baños, al final del pasillo hay una salida de emergencias. Llevaré el auto hasta ahí.—De acuerdo.—Espera... —La detuvo él— Tengo algo que decirte…****Ariadna logró zafarse rápidamente de algunas personas que intentaron retenerla. Los trató a todos con amabilidad, pero no se quedó a conversar con ellos.Se adentró por el pasillo que Alexander le había dicho. Antes de llegar a la salida se percató de una figura femenina. No la reconoció, pero le dio una sonrisa amable antes de pasar por su costado.—Esta mañana me encontré con Alex, pero no m
—Claire, no sé qué te imagínate como sería cuando decidiste venir, pero… —Ella se acercó a él abrazándolo por el cuello.—Sé que me equivoqué, Alex. No debí dejarte, si pudiéramos olvidar todo y volver a empezar. —Él la tomó de las muñecas. En otro tiempo le habría reclamado muchas cosas y le habría dicho como se sintió cuando ella se fue y fue peor cuando decidió salir con otro hombre. Pero ya nada de eso le importaba.—Estoy casado, Claire —era mejor dejar claro todo de una vez— Me enamoré de alguien y nos casamos hace poco.—¿Qué? ¿No estarás hablando en serio?—Muy en serio. Lo nuestro terminó desde el momento en que decimos seguir por caminos separados, tú lo sabes bien.—Eso no puede ser, Alex, tú me amabas. Querías casarte conmigo ¿Es que acaso ya lo olvidaste?—Dejé de amarte hace mucho, Claire. No sé si lo que dices sentir sea verdad, pero te aconsejo que no continúes con esto. Amo a mi esposa y eso no va a cambiar.—Alexander… —Ella intentó acercarse nuevamente.—Detente Cla
Jack abrió la puerta de su auto para que Nyree pudiera bajar.—Gracias —dijo ella.—Espera —La detuvo cuando ella hizo el amago de irse. Colocó sus manos a ambos lados de su cuerpo apoyándose en el auto dejándola acorralada y acercó su rostro al de ella.—Jack, dejé que me llevaras a la fiesta solo porque te debía una cita —Una cita que ni siquiera sabía cómo ni porque había aceptado. Quizás pensó que después de que él se diera cuenta que no obtendría nada de ella la dejaría en paz.—Lo sé, muñequita.—No me digas así, ya te lo he dicho, no soy un juguete.—No lo digo porque piense que lo seas, rubia testaruda. —eso último le sacó una sonrisa.—Supongo que así es como te gusta que te llame ¿no?—Llámame por mi nombre ¿Sabes? estoy muy cansada, ya debería de entrar.—Aún no te he dado permiso para irte.—No necesito de tu permiso para…Jack selló los labios de Nyree con los suyos. Ella se quedó paralizada mientras él la besaba de manera suave y tierna. Él tenía un sabor a menta y ella