Con su hija firmemente sujeta en sus brazos, Kairi se abrio camino a través de los jardines del palacio de Lennox para llegar hacia donde podía vislumbrar a su esposo junto a su enfermera Nita a varios metros de donde algunos sirvientes estaban construyendo una valla con maderas de un metro de largo para bordear el estanque de una buena vez y así evitarse más accidentes innecesarios. —Buenas tardes —los saludó algo incomoda una vez llegó hasta ellos. —Buenas tardes, majestad —respondió la enfermera de larga trenza castaña, haciéndole una pequeña reverencia, mientras que Tristan solo asintió, con su vista fija al frente, supervisando la construcción. —Tristan, tú diste la orden de construir aquella cerca inmediatamente, ¿verdad? —Solo habían pasado dos días desde el incidente con su hija y ya estaba a medio terminar, los obreros trabajaban rápido. —Sí. Yo… no creí que fuera prudente seguir teniendo este lugar tan desprotegido con una niña pequeña dando vueltas por aquí —murmuró vie
—¡¿En serio lo hiciste pararse?! —chilló Meredith sacudiendo sus hombros frenéticamente. Hasta Neid había abierto levemente su ojo bueno para mirarla con incredulidad—. ¡Bendita seas, muchacha! Tú realmente eres un ángel que me mandaron los cielos. —Le dio uno de sus sofocantes abrazos quiebra-huesos.—Pues si no quieres que a los cielos vuelva, te recomiendo que dejes de asfixiar a tu ángel, Mere —comentó el general espeluznante casualmente, sin dejar de peinar el cabello de la heredera al trono mientras esta estaba entretenida dibujando.—¡UPS! ¡Lo siento! —La soltó de inmediato, con una sonrisa nerviosa, por fin permitiéndole respirar—. Lo siento, querida. —Sacó la lengua tontamente—. De todos modos —La miró curiosamente—, ¿planeas seguir ayudándolo a que vuelva a caminar? Tú eres la única a la que escucha, a mí no me deja ni hablarle del tema. —Junto las manos, suplicante.—Emm… —En realidad, no había pensado en eso—. No lo sé, no creo que sea buena idea. —Frunció el ceño y la car
Una hora después, mientras Nita correteaba a Shiry por el jardín ya seguro con el estanque cercado (Tristan realmente logró que construyeran eso muy rápido), la reina estaba haciendo todo lo posible para conseguir que el rey levante su trasero de su nuevo trono, la silla de ruedas, pero incluso con las amenazas que pudo o no pudo haber hecho Neid él seguía poniendo poco entusiasmo al respecto.—¡Vamos! Esto no va a funcionar si no pones más entusiasmo —reclamó ella por enésima vez, jalando sus manos para que se levantara, pero se estaba resistiendo y luchaba por librarse de su agarre.—Te digo que no puedo pararme —repitió también por enésima vez.—Lo hiciste antes, podrás hacerlo ahora. —Bufó, soltándolo por fin y tomando aire—. No puedes esperar que pase mágicamente, tiene que salir de tu voluntad. —Lo miró con el ceño fruncido.—Lo intento, simplemente no puedo. No puedo ni siquiera mover los pies. No puedo sentir nada. —Miró con desanimo a sus piernas inmóviles—. Las otras veces s
Al día siguiente Tristan estuvo ocupado con asuntos del orfanato y la remodelación del castillo, así que cancelaron los intentos de ayudarlo a caminar esa vez y lo intentaron al otro día, cosa que Kairi pronto se dio cuenta de que fue un error porque eso le costó a su progreso y tardó mucho en poder pararse por su cuenta y solo pudo dar tres pasos antes de caerse encima de ella otra vez. De nuevo, eso puso muy nerviosa a Kairi, así que intentó buscar la forma de solucionar el problema lo antes posible. Decidieron, con el consejo de la doctora Noreia y Lord Shawn, que tenía que practicar diariamente, incluso con o sin ayuda de su esposa, pero no podía seguir retrocediendo. Aun así, Kairi insistió en que se hagan un espacio cada día para las prácticas, y decidieron que ese espacio sería poco después del almuerzo y poco antes de la hora en la que acordaron trabajar juntos en los asuntos del reino. Así pasaron un mes, en un proceso largo y bastante doloroso para él por los calambre
A la mañana siguiente, mientras Shiry estaba bajo el cuidado de su tía Elvia, Kairi fue interrumpida de su lectura por un llamado a la puerta, que abrió de inmediato, sorprendiéndose de hallar a un muy nervioso Tristan viéndose algo tímido mientras la miraba, derecho en sus dos pies sin ninguna ayuda, ya volviendo a pararse y caminar con normalidad.—Disculpa que te moleste —habló vacilante—, pero unos comerciantes extranjeros me esperan a las afueras de la ciudad con una serie de… artilugios, que me gustaría que examinaras para determinar cuál es el más adecuado para cierto evento. —Carraspeó incómodamente—. En fin, básicamente quiero que me acompañes para que elijas algo, ya que confió mucho en tu juicio. —Tosió nervioso.—Eh. — Ella alzó una ceja—. ¿Por qué una reunión de este tipo? ¿No pueden estos comerciantes venir al palacio? —preguntó perpleja.—Podrían, sí —De repente su gesto se retorció en molestia—, pero son unas personas… complicadas. No iban a acceder a venderme a men
La pequeña mujer rubia se le quedó mirando a Kairi con los ojos muy abiertos por un segundo, antes de estallar en carcajadas, cayendo al suelo y sujetándose su estómago por un minuto o dos mientras ella la miraba confundida y su esposo con resignación. Al cabo de un rato se levantó otra vez, limpiándose las lágrimas de risa.—¡Vaya, rey pelele! ¡Veo que te conseguiste una buena mujer que te tenga bien cortito! —Sonrió burlonamente—. Me agradas reinita. —Le palmeó el hombro—. Ya, síganme, dejemos de perder el tiempo. Cuanto antes terminemos antes dejaran de fastidiarme. —Sin más entró a la cabaña como si nada, dejando a los reyes parados estáticos por un momento, antes de que la reina mirara a su rey con los brazos cruzados.—¿Zorra de la semana? —Lo miró de forma acusadora, sin saber por qué de repente sus ganas de ahorcarlo habían regresado.Tristan tosió incómodamente.—Solo es algo que malentendió de Meredith. —Se excusó rápidamente—. Solo he estado con cinco mujeres aparte de
Orion y Meri igual estaban cansados por tanta caminata, así que Tristan y Kairi decidieron ir a pie el resto del camino al palacio, ya que no estaban muy lejos, conversando de vez en cuando sobre los acontecimientos del día o lo mucho que su pequeña debía estar extrañándolos. Llegaron de nuevo al palacio y a los establos justo cuando el sol apenas era visible en el horizonte.Devolvieron a los caballos a sus lugares y Kairi decidió que tenía que agradecerle a Tristan por tan agradable velada. La verdad que si fue muy divertido y maravilloso, sobre todo le gustó el restaurante de comida extranjera. Tenían que volver ahí algún día, tal vez con Shiry.—Realmente la pasé muy bien hoy. —Le sonrió, muy agradecida—. Esperó que lo repitamos pronto, y deberíamos ir con nuestra hija. Y quizás con Meredith y Neid, seguro tendrían otros lugares que mostrarme. —Sonrió, ilusionada por la idea. —Sí, seguro que sí. Bares y más bares. —Rodó los ojos, pero le sonrió—. Sí, debemos hacerlo de nuevo
Tal vez por milésima vez en esa noche, Kairi volvió a removerse entre sus sabanas, todavía sin lograr volver a conciliar el sueño desde que despertó hace pocas horas. Ya estaba amaneciendo y seguramente pronto le traerían a Shiry para que pudiera darle del pecho, ya que le gustaba que la amamantara a primera hora de la mañana, pero… la verdad seguía muy avergonzada por lo que había hecho la noche anterior. No había podido volver a conciliar el sueño, no después de lo que había hecho. Seguía sin poder creer lo que sucedió, seguía sin creer lo que estaba sintiendo en ese momento.Ella… se sentía feliz, y al mismo tiempo enojada consigo misma por eso.Que haya perdonado a Tristan no quería decir, de ninguna manera, que ya podría amarlo y permitir que la tomara y actuaran como marido y mujer normalmente como si nada. Eso era ridículo.O al menos, eso era lo que pensaba su mente, porque lo que sentía era un asunto completamente distinto. Por más que su consciencia le diera los mil y un