Rodeada por dos docenas de guardias reales, Kairi no podía contener su sonrisa mientras miraba el paisaje por la ventana del carruaje donde se estaba transportando lejos de Lennox hacia el reino de Ekinoccia. ¡Iba a volver con su familia! ¡Su bebé crecería rodeado del amor de un abuelo loco pero dedicado y la mejor tía que alguna vez podría haber existido!Kenny estaba sentado a su lado retorciendo sus manos con nerviosismo y ansiedad. Aún se reía cada vez que recordaba su reacción cuando le preguntó si quería irse con ella al reino de su padre, casi pareciera que su mandíbula se desencajó.Aunque… su corazón se estrujaba un poco cada vez que pensaba en la reacción de Meredith cuando le informó sobre la noticia. Estuvo devastada, habían llorado mucho las dos, pero finalmente su dama entendió que eso era lo que la hacía sentir mejor y la dejó ir, rechazando marcharse junto con ella porque no quería dejar a aquel que consideraba como un hijo, menos ahora que parecía estar enderezando
Cuando despertó al día siguiente, tuvo un agradable desayuno con su familia y amigos, y pasó un poco de tiempo con su hermana y los gemelitos antes de que ella los dejara con su niñera y accediera a su invitación para ir a conocer a Meri.Se sentaron junto a ella en el establo y la acariciaron suavemente mientras conversaban, seguían teniendo mucho por lo cual conversar hasta ponerse al día.—Así que el descerebrado de tu marido aún no ha podido conocer a su adorable descendencia, ¿eh? —comentó cambiando de tema cuando ella quiso preguntarle cómo había sido su vida en Lennox siendo la esposa del rey.—Oh, no. Ya fue bastante que se tomara el lujo de descansar luego de haber sido lesionado en la guerra. Ni siquiera pudo venir a tu boda después de haberse ido solo un mes antes. No puede simplemente abandonar el frente. —Suspiró tristemente, viéndose también muy preocupada, antes de fruncir el ceño—. Y no le digas descerebrado, él es un buen estratega y por eso tiene su puesto. —Kairi
—Shirley… —Kairi la miró con ojos muy amplios—. ¿De nuevo has estado leyendo todos esos libros sobre esa nueva ciencia llamada psicología? —La miro con una ceja en alto, a lo que la aludida hizo un mohín.—Oye, estoy hablando en serio aquí. —Le sacó la lengua infantilmente—. De cualquier modo… después de todo lo que me contaste de tu querido… perdón, quiero decir, el rey de Lennox —se corrigió ante su mirada fulminante—. Estuve pensando mucho en eso, no podía entender su manera de comportarse contigo. Así que idee la "teoría de la caja de cristal", y creo que es bastante acertada. Y si no lo es con él, entonces debe serlo con otras personas. De cualquier manera escribiré un libro sobre eso. —Sus ojos marrones brillaron con determinación.—Sí, aja. —Le sobó la cabeza con ternura, sin embargo, pronto su mano se congeló en su lugar y sus ojos una vez más se hallaron sumamente amplios al sentir algo que no había sentido antes—. ¡Shi-Shirley! ¡Está pateando! ¡El bebé está pateando! —Se l
¿Qué?No… eso no tenía sentido. Los reyes debían estar protegidos, ¿qué sería de un reino sin rey? Y esta ni siquiera era la guerra de Lennox, él no tenía por qué estar tan cerca del peligro arriesgando su vida. No cuando era un rey. ¡No cuando tenía un hijo que conocer! ¡No cuando podía morir!—Kairi, tranquila. —No fue sino hasta que oyó la voz de su cuñada que se dio cuenta de que estaba temblando—. S-seguro que estará bien y podrá conocer a su hijo. —Sonrió, pero sin parecer muy convencida, ¿ella misma no podía ocultar su propio miedo y preocupación y planeaba tranquilizarla?Oh, cielos santos, no había considerado esta posibilidad. Si Tristan había cambiado, entonces en serio quería darle la oportunidad de ser un padre para su hijo, ¿pero que se supone que le diría a su niño si se quedaba sin padre?—Calma, querida. —Sintió la mano de su casi-suegra apretar la suya reconfortantemente—. Le harás mal al bebé —dijo y eso fue suficiente para devolverle su compostura, ¿por qué dem
Aun después de una semana de nacida su hija, Kairi no podía dejar de preguntarse cómo era que alguien tan seca como ella y el monstruo de su marido pudieron haber sido capaces de engendrar una descendencia tan adorable.La chiquilla prácticamente tenía hipnotizados a todos aquellos que la conocieran, era imposible pasar cerca de ella sin detenerse por un momento de lo que sea que estuvieras haciendo solo para sonreírle a la pequeña princesita, como mínimo.Según Shirley, había nacido un poco más pequeña y con menos peso de lo normal, consecuencia de nacer prematura, pero todo lo demás parecía estar en orden, la niña era sana y se comportaba normalmente, y todos la amaban.Kairi la cuidaba con todo el amor que nunca antes le había profesado a nadie, era increíble lo mucho que amaba a ese pequeño ser humano adorable, era un amor completamente diferente a cualquier otro que haya podido sentir. Simplemente le nacía del alma poner a su hija por delante de todo, hacer por ella hasta lo i
Su hija la miró con ojos somnolientos y bostezó, derritiendo completamente su corazón de pura ternura. ¿Esta criaturita linda realmente era su hija? Después de todo, parecía que la vida no la trataba tan mal, parecía que todo iba a estar bien. Tenía que aprender a ser más positiva, ahora era una madre y su pequeña era la luz de sus ojos, no todo tenía que ser tan malo, ¿cierto?A los dos meses de edad de su bebita, su padre le informó que las cosas en la guerra cada vez se tornaban más y más decisivas para ambos bandos. Ellos estaban ganando en números, desde que también recibían ayuda de otros reinos, pero el ejército milenario de Aidan había aumentado su letalidad y horripilantes métodos de asesinato. Batallones enteros se erradicaban todos los días, de ambos bandos.Su padre dejó de contarle detalles al respecto cuando ella acabó vomitando del horror cuando le describió las maneras en la que los milenarios asesinaban a sus soldados y luego los arrojaban a acantilados. Eso lo sorp
Su padre partió al atardecer tal como había dicho, por lo que el reino ahora quedaba a cargo de Shirley y Kairi.La guerra oficialmente había entrado en su fase final, con todos los reyes de la alianza en el campo enemigo.No podían saber lo que estaba pasando. Era muy riesgoso enviar mensajeros por noticias, pero al menos sabían que si no venía ninguno entonces las cosas seguían estables y su reino con rey. A veces, enviaban soldados heridos que ya no serían capaces de seguir peleando a ser tratados en el palacio, y ellos traían algunas noticias, aunque no fueran de mucha utilidad, pero algo era algo.Los cuatro reyes aún estaban vivos, y los duelos que decidirían el destino de la guerra se realizarían en una semana, tres semanas después de que su padre partió.Y Hallagher Tristan sería el primer rey que enfrentaría a Aidan.Cuando se enteró, corrió a su cuarto y Shirley corrió tras ella, abrazándola y diciéndole que estaba bien el llorar, a lo que solo la sacó fuera de su habit
—Lo siento, hija… pero en verdad no lo sé. —Le colocó una mano en el hombro—. Enviare hoy mismo mensajeros a Lennox para preguntar por su condición —le aseguró—. Estoy seguro de que todos los reinos quieren saber si está bien. —Sonrió con un poco de orgullo—. Tu esposo es un héroe.—El padre de mi hija es un héroe —lo corrigió fríamente—. Esperare por las noticias. —Suspiró, retirándose de la oficina a paso rápido.Al día siguiente, los mensajeros llegaron de vuelta al reino, pero las noticias que dieron solo ayudaron a sorprender y confundir aún más a todos.—El rey Hallagher aún no ha regresado al palacio de Lennox —informó uno de los dos mensajeros—. Según nos cuenta la princesa Elvia, el paradero de Lord Shawn es desconocido, y él no ha notificado nada al palacio desde que terminó la guerra. Lo último que supieron del rey, es que se encontraba gravemente herido y su supervivencia no estaba garantizada.Apenas el mensajero terminó de hablar, todos los ojos en la sala del trono