Elvia y Meredith la tomaron de las muñecas y por las próximas dos horas la arrastraron por todo el palacio.Hablaron con Neid, que se comprometió a encargarse de hablar con los sirvientes para que les dieran toda la privacidad posible. También hablaron con Lord Shawn, y Meredith lo sobornó con vino de alta calidad para convencerlo de asegurar que el rey tuviera libre toda la noche del día siguiente. —Ah, nunca me niego a un buen vino —aseguró Lord Shawn, con una gran sonrisa, casi babeando sobre la botella que Meredith acababa de entregarle—. Aunque será difícil, saben que el rey ama demasiado el encerrarse a trabajar. Muchos lo llaman adicto al trabajo, pero si es por estar con su adorada reina seguramente no tendrá ningún problema en olvidarse de sus papeles por una noche. ¿Ya se lo han dicho?—No, yo se lo diré mañana luego de que los demás se vayan —dijo Kairi, mordiéndose el labio porque la verdad era que este plan de Meredith y Elvia la ponía muy nerviosa.Luego de eso, Kairi h
Aún le quedaban unas horas antes de tener que empezar a cocinar la cena, así que por mientras Kairi quería elegir un atuendo adecuado para la velada.Buscó en su armario un vestido que la convenciera, pero ninguno le parecía suficiente para contentarla, por lo que decidió hacer algo que siempre odió hacer y que normalmente solo hacía cuando era arrastrada por su querida hermana: ir de compras. Su secretamente malvada hermana con cara de ángel ya hace tiempo que venía intuyendo que ella acabaría cayendo por Tristan, y rayos que tuvo razón, pero el punto no era ese, el punto era que Shirley le recomendó en una de sus visitas una tienda de Lennox donde vendían vestidos muy elegantes y un tanto atrevidos para la nobleza, hasta le dejó una nota con la dirección para que fuera a visitar esa tienda algún día, convencida de que alguna vez iba a necesitar un vestido de esos. Odiaba darle la razón, pero era necesario por esta ocasión. Sacó la nota de un rincón escondido de su armario y oje
Jalaron sus platos más cerca de ello y dieron el primer bocado. —Vaya. —Lo oyó exclamar y lo miró de reojo—. Esto es pavo, ¿cierto? Tiene un sabor bastante diferente al pollo que acostumbramos comer en el palacio, pero nunca lo había probado preparado de esta manera. La mujer se sonrojó al escuchar eso. ¿Tan diferente le había quedado? Rayos. ¿Por qué Kenny no le dijo sí sabía mal? —Pero aun así es sorpresivamente delicioso. —Tristan dio otro bocado y Kairi lo miró sorprendida. Su corazón aleteó felizmente y se permitió una pequeña sonrisa.—Gracias. —Comió felizmente la comida que había preparado para ella, en la que puso mucho menos esfuerzo.—¿Tú lo preparaste todo? —Alzó una ceja con perplejidad.—Oye, no pongas esa cara. —Le arrojó un guisante a la cara, cosa que él evitó fácilmente atrapándolo en pleno vuelo con sus palillos con sorprendente habilidad—. Ya sé cocinar. —Se cruzó de brazos algo infantilmente, guardándose su asombro de lo increíble que fue atrapar el guisante c
Kairi posó una mano en el hombro de Tristan y apretó su boca contra la suya otra vez, moviendo con desenfreno sus labios, tratando de instarlo a hacer lo mismo, pero él siguió besándola con suavidad, como queriendo llevar las cosas lentamente.Sin saber muy bien qué hacer para demostrarle su amor, se levantó de su asiento y se sentó en el regazo de su marido, apretando ahora sus dos hombros y pegándose a su pecho fuerte, intentando decirle con cada beso lo que sentía. Se separó por un momento y tomó una gran bocanada de aire, antes de volver a besarlo, esta vez con mucho más entusiasmo, tratando de arrancarle una reacción, preferiblemente que correspondiera la intensidad del beso. Por fortuna, no tuvo que esperar mucho tiempo más.Él rodeó su cintura con sus brazos y la pegó aún más contra sí, correspondiendo tímidamente su fogosidad. Pero tímidamente no es exactamente lo que estaba buscando ella.Sin vergüenza alguna, feliz de que estuviera besándola también, sujetó su rostro con l
Tristan la empujó contra la cama y se subió encima de ella, comenzando a lamer lascivamente su cuello mientras guiaba las manos a sus pechos, ahuecándolos. Masajeó uno de sus pechos con una mano y la otra la bajó lentamente por la curva de su cintura hasta llegar a sus muslos, recorriendo la piel sensible de su muslo interno antes de llegar a donde quería.Sus dedos bailaron por sus labios vaginales, buscando su punto de placer, poniéndose a retorcerlo y pellizcarlo deliciosamente haciéndola gemir y chillar de gusto. Realmente agradecía que las paredes del palacio fueran tan gruesas y que los sirvientes rara vez pasaran por estos pasillos por las noches. Estaba segura de que hacía mucho ruido. Hubiera seguido con esos pensamientos para evitar desmayarse de placer, pero apenas uno de los dedos de él se abrió paso en su interior mientras los otros seguían torturando su clítoris, todo pensamiento racional desapareció.Lo único que su mente podía registrar era el placer que iba en aume
No supo cuántas veces gritaron el nombre del otro esa noche, no pudo contar cuántos besos fueron los que compartieron, ni todas las caricias, ni todas las veces que la hizo ver las estrellas con los ojos cerrados. Ella casi no fue consciente de nada, nada que no fuera el placer, y su amor. Incluso, luego de dormir un par de horas, volvieron a despertarse y su primer impulso fue volver a amarse y volver a entregarse al placer. Finalmente, el cansancio los golpeó con fuerza otra vez, luego de dos o tal vez tres veces más de hacer el amor, y ella se encontró recostada sobre su pecho con sus ojos entrecerrados, a un pelo de dormirse. Estaba demasiado cansada, pero aun así no se permitió dormirse. No, primero había algo que debía y necesitaba decirle.Como pudo, se arrastró por sobre su cuerpo hasta que finalmente logró unir sus labios en un último beso.—Te amo, Tristan —confesó felizmente.Notó sus ojos abrirse enormemente, pasmados e incrédulos, como si hubiera esfumado su cansancio c
Medio recostada en la cama real mientras bebía un té que Kenny le había hecho para que se tranquilizara, Kairi oyó de Nita la noticia de que Meredith ya había regresado al reino junto con la princesita Shiry y estaban subiendo a verla. Nadie había querido decirle lo que pasó con el rey, así que tendría que contárselo ella misma. No es que quisiera, pero ya le daba un poco igual. Todo le daba igual. Ahora solo le quedaba Shiry. —¡Kairi, querida! ¿Quieres decirme por qué todos aquí traen esa cara de funeral? —La siempre alegre Meredith entró al lugar con el rostro lleno de preocupación mal disimulada, angustiándose aún más al verla en cama con el rostro enrojecido del llanto y los rastros de lágrimas, aun temblando, aunque en comparación a como estaba antes ya se encontraba mucho mejor—. Querida, ¿qué te pasó? ¿Qué…?—Mere, finalmente te encuentro. —Neid ingresó a la habitación detrás de su esposa, colocando las manos en sus hombros—. Tengo que hablar contigo, deja a nuestra querida
Se reunió con un grupo de unos cincuenta soldados voluntarios más o menos, y ella se decidió a tener una pequeña charla con ellos antes de que fueran enviados a diferentes ciudades para buscar al rey. Habría varios grupos de muchos soldados buscando a su rey, este era el más pequeño, pero también era de puros hombres que se ofrecieron voluntariamente en vez de ser obligados por órdenes, así que quiso verlos personalmente. La idea era que cada grupo fuera a cada ciudad en cada reino, desde los más cercanos a los más lejanos, pero no buscando una sola vez, sino que siguiendo rutas y a veces incluso volviendo sobre sus pasos, yendo de ciudad en ciudad, siguiendo un elaborado plan de Lord Shawn, por lo que estos soldados podrían estar fuera por semanas a menos que se retiraran, y ella quería motivarlos un poco.—Como todos ya sabrán, nuestro rey se ha fugado del palacio aproximadamente un mes atrás. —Antes, la sola mención de aquello la hacía estar al borde de las lágrimas, pero ahora s