Llegue a casa pensativa, no sabía si había cometido un error al confesarle mis sentimientos a Nico, no sabía si había hecho bien. Lo que menos quería era que mi amigo tuviera una mala impresión de mí, ya que no era esa clase de chicas.
Nico te conoce bien, deja los dramas...
Terminé de abrir la puerta de mi casa para después adentrarme y encontrarme con mi querido hermano mayor Brandon.
Tenía sobre la mesa del comedor unos planos y maquetos casi terminados.—Hola pequeña—saludó con una amplia sonrisa—¿que tal tu día? —pregunta mientras hace un esfuerzo sobre la mesa e intenta pegar la pieza que sigue.
—Bien...—respondo pasando de su lado para sacar un yogurt del refrigerador—¿Cuándo tienes que entregarlo? —pregunto tomando lugar a su lado.
—Mañana... &mdash
No tardé en alzar mi brazo en cuanto escuché mi nombre.Comenzó a revisar la tarea, mi investigación la había realizado antes de entrar a clases ya que lo había olvidado.Saqué mi carpeta al igual que todos y la extendí sobre mi butaca, removí las hojas en su lugar y conforme nos llamaba revisaba. Normalmente recibía nuestros trabajos, se los llevaba a casa y los traía firmados de vuelta, pero ese día fue distinto.Cuando le escuché hacer preguntas a los que pasaban comencé a ponerme nerviosa.Estoy muertapensé, solo había copiado y pegado el tema en internet, no me había tomado el tiempo para estudiarlo ya que lo había copiado a últim
Las vacaciones ayudaron a despejar mi mente un poco, ya que me olvidé de Chris en ellas.Conocí e hice nuevos amigos, eran mi distracción. Uno que otro simpático, pero al regresar a la escuela comenzaría todo de nuevo.Tome el taxi que me llevaría al colegio, mantuve la calma todo el camino hasta llegar a la entrada.Mi primer saludo fue hacia el guardia quien al verme indecisa soltó un chiste. Comenzaba a ponerme nerviosa, esos nervios que dicen mis amigas que sienten cuando estas a punto de encontrarte con el chico que te gusta, solo que en este caso no era un chico de preparatoria al que estaba por encontrarme, era de mi profesor.Ya se había vuelto un hábito e impulso girarme hacia el estacionamie
—Elia?!—llamó para que entrara. Giré y miré hacia la entrada y estaba solitaria. Me volví hacia el Profesor quien me miraba confundido. Sonreí apenada,esto es incómodo.Maldita sea, ¿por que no entraba?—Iré a ver...—caminé avergonzada hacia la puerta y al salir me encontré a una Elia sufriendo de pánico.No era para tanto.Nico se reía de nosotras, tanto de mi vergüenza como el pánico de Elia. Pero luego tomó su teléfono entusiasmado para capturar la locura que ambas pudieramos hacer en ese moento así que preparó la cámara.
Sonó la campana y nos observó. Era hora de irnos, tomó sus cosas y salimos con él.Caminamos hacia la salida tranquilamente claro que fingimos, nos despedimos del guardia quien sonrío amablemente, miré a Chris caminar hacia el estacionamiento y abrir la puerta de su auto.—Vayan con cuidado—agregó el oficial y salimos.Al tener el pie afuera, la enana soltó gritos de emoción, claro que estaba emocionada también pero me ahorré los escándalos.—Sofía... créeme este a sido el mejor día de mi vida!—exclamó Elia—¿Y que? ¿Crees q
Salimos de clases y no vimos mas al profesor. No les conté a Nico y a Elia lo sucedido en los baños, pues sabía que se burlarían.Pasando dos días no nos atrevíamos a hablar con él, nos daba vergüenza que sospechara algo. Había días en los que nos encontrábamos en los pasillos y no podía saludarlo, le evitaba por pena. Ese día noté que varios de mis compañeros hablaban con carpetas color paja en las manos, iban y venían de la dirección. No entendía el por que hasta que encontré a Elia y a Nico.—¿A donde van?— les pregunté.—Vamos a entregar los papeles del servicio, tu no vas?—comenta Elia.
Los días pasaron y perdí la timidez para saludarle, cada que podía pasaba por su salón y saludaba desde la ventana, a lo que le veía responder con una sonrisa mientras sostenía el lápiz láser en sus manos y explicaba su clase. Un día me invitó a entrar a su aula, observé que tenía montonal de papeles extendidos sobre su escritorio y no parecían exámenes. Los apartó luego de que entré y dejándolos a un lado sobre carpetas, me invitó a tomar asiento y hablamos un poco, o más bien nos conocimos. Nuestras conversaciones se hacían cada vez mas personales y a veces un poco divertidas, lo cual me hacía verme sorprendida cada vez que decía algo y él reía, no sabía que era tan graciosa y mucho menos que él pudiera sonreír tanto.
Oscar¿quehaciaaquí? ¿Cuantotiempohabíaestado mirándonos?—Yo... Tengo que irme — susurro sin apartar mi vista del chico quien ahora a dado media vuelta y se ha ido. No puedo mirar al Profesor a los ojos, me sentía triste y ridícula. Él asintió y arrastro su asiento abriéndome espacio para salir. Me incliné y tomé mi bolso donde él lo había dejado. Di ligeros pasos hacia atrás para apartarme de él. Sonreí y me di media vuelta para dirigirme hacia la puerta, al llegar a la entrada frené mi paso para escuchar su voz.—Buenas noches Sofi—Salí sin d
Aquel grupo comenzó a reunirse más seguido en la biblioteca para hacer exposiciones, por lo que me agradaba la idea de ver esos ojos verdaderamente similares al de un asiático todos esos días."Que buena suerte"pensé, pues ya no rondaría aburrida por la biblioteca sola con Omar a mi lado, el simple echo de verle cada mañana hacía mis días más alegres.Era un chico particularmente algo apartado de los demás, ptenía pinta de chico malo que guardaba distancia sobre los demás, de carácter fuerte y con corazón de un líder. Pero la realidad era otra, sí era de pocos amigos pero cuando se acercaba a hablar con alguien y sonreía, contagiaba a todos.Mi co