| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTICINCO| .✦. La bestia enjauladaAurora camina lo más rápido que puede hasta el auto. Ryland se le adelanta en un parpadeo y le abre la puerta. En el interior encuentra al príncipe, atrincherado en el otro lado del asiento trasero de cuero. Tiene la mandíbula tensa, un puño cerrado contra su boca, y los ojos brillantes, fijos en el camino.—Conduce a la mansión —gruñe Lucian, y la joven Corbet se sonroja hasta por debajo del vestido.—Enseguida, amo Lucian —contesta Ryland la muy servicial, ajustándose sus guantes y gorra de conductora.Aurora se muerde el labio, muy incómoda con este silencio que está imponiendo el príncipe entre los dos. ¿Qué demonios le pasa? Ni siquiera la ha mirado, como hace constantemente. ¿Por qué no la está mirando? ¿Será que… en realidad no le gustó el beso? La pequeña humana se toca la boca en secreto, y se huele el aliento. ¿Hay algo mal? ¿O Blacklane solo quiere ser un idiota?—Quiero ir a ver a Linsey —protesta la joven Corbet,
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTISÉIS| .✦. Cake a DiemCasi espera que Linsey la mire feo y le dé una patada en el trasero por aparecer de la nada en su tienda; sin embargo, la mujer rubia salta del mostrador y la recibe con un abrazo muy afectuoso.—¡Oh! ¡Aurora! ¡Pensé que seguirías enferma! —exclama Linsey mortificada, palmeando su espalda.Sabe que Lucian ha entrado a la tienda Cake a Diem, pero se mantiene al margen, y es capaz de escucharla por completo, así que confesarle la pesadilla que ha estado pasando a Linsey es una terrible y suicida idea cuando el creador de esa pesadilla está justo allí, vigilando y midiendo sus acciones. Pondría en riesgo la vida de la señora Greslet, también su propia vida. Entonces, debe ser inteligente, eludir ciertas verdades por su bien. No tiene que mentir directamente, porque ella es una pésima mentirosa. Él lo sabe, y lo disfruta.—Pues ya me recuperé, mírame. Estoy fresca como una lechuga —responde, animada por este cambio de aire. Linsey es muy
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTISIETE| .✦. Un depredador encantador Ryland es una burbuja de energía inagotable mientras conduce hacia algún lugar en el pueblo que solo la chica conductora y el príncipe conocen. Aurora se sienta cerca, mucho más cerca de Lucian que antes, jugueteando con sus dedos temblorosos, nerviosos por esta tensión crepitante entre los dos. Para su sorpresa, el viaje agradable es corto y no tiene oportunidad de preguntar nada. Él la toma suavemente de la mano, la silencia y le muestra un pintoresco local al aire libre, envuelto por el Bosque Rojo.—Es bellísimo. ¡Lucian! Esto es magnífico —jadea Aurora asombrada, da una vuelta con los brazos abiertos y ríe, admirando las sombrillas rojas que cuelgan por encima en filas y filas por todo el patio, convirtiéndose en un techo. Las mesas son blancas y redondas, las sillas igual. También hay flores blancas alrededor, contrastando con los árboles carmesí.—Es un buen sitio para almorzar, ¿no crees? —dice el príncipe, cami
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTIOCHO| .✦. Los crímenes de un BlacklaneLa sangre de Aurora vuelve a hervir cuando regresa la camarera rubia bien sonriente, y esta se inclina de manera muy exagerada para dejar el plato de espaguetis carbonara sobre la mesa; apuntando su cuerpo hacia el atractivo príncipe.—Qué lo disfrute —dice la camarera sin dirigirle ni una sola mirada.—Ajá, gracias —contesta Aurora a regañadientes.—La casa le ofrece al Príncipe todo lo que quiera... Todo —enfatiza la camarera, juntando los brazos a los lados de su pecho para que este se eleve aun más.Lucian tamborilea los dedos en la mesa, sonriendo de lado.—Una oferta interesante.Las tetas de la rubia casi explotan contra el escote y la joven Corbet está muy segura de que se ha desabrochado otros botones de la blusa. Antes de que pueda contenerse, lo patea por debajo de la mesa, y él voltea a verla lentamente.—Sí, ya se puede retirar. Mi prometido tiene muchas cosas que contarme.—Oh, claro. Con permiso —exclam
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTINUEVE| .✦. La prisión de Rayrane HillsLas sospechas de Aurora se corroboran cuando llegan a la estación de la policía local, y Lucian es recibido, saludado y tratado muy exclusivamente bien. En todo el tiempo, él la agarra de la mano y la mira, llevándola a dónde quiere. Es el oficial Gomez quien los guía hacia la celda al hombre, explicándole al príncipe las circunstancias.—Sabe que el señor Ulises ya se encuentra en proceso de ser trasladado y lo del papeleo pues... Es mucho trabajo —explica Gomez, extendiendo la mano.Lucian, usando su letal encanto, asiente como si le comprendiera y le entrega un par de billetes que Aurora no lo vio sacar de la chaqueta. Escandalizada, ella mira hacia los lados, comprobando que nadie se haya dado cuenta del descarado soborno. Para su sorpresa, nadie está cerca, y el oficial Gomez se guarda el dinero en un bolsillito de su uniforme policial.—Sí, entiendo que es mucho trabajo —responde Lucian con su voz aterciopelada
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA| .✦. La manzana de la discordia—Pero, ¿qué hace una Corbet con un Blacklane?Aurora se muerde el labio inferior, negándose a contestar esa duda millonaria. Si ha existido tanto odio entre ambas familias, como dice la gente en el pueblo, no es extraño que todos se pregunten qué hace una Corbet, una mujer Corbet, comprometida con un Príncipe Blacklane.—Rompiendo las reglas, supongo —ella responde a la evasiva.El anciano suspira y le pide disculpas, antes de sentarse lo más cerca posible de los barrotes y ponerse a comer el espagueti con albóndigas que la pequeña humana le ha traído.—Yo también rompí las mías, cuando ayudé al príncipe con... —admite el anciano, esbozando una mueca. Pero se queda a medias y sacude la cabeza.—¿A qué se refiere, Don Ulises? —Curiosa, la joven Corbet se desliza hasta casi abrazar los barrotes para oír la voz susurrante de Don Ulises—. Míreme, ya lo sé todo. Él me lo contó todo antes de traerme aquí.—¿El príncipe se encuen
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y UNO| .✦. La casa del viejo AurielSe van en el auto y le toma cinco minutos a la joven Corbet para convencer al príncipe de ir a la casa de su abuelo Auriel.—Hoy te propusiste ser una niña mimada —comenta Lucian, medio divertido medio impresionado.—Es lo último que te voy a pedir... por ahora —murmura la pequeña humana impaciente—. Además, es necesario que vaya a la casa de mi abuelo. Ahí están mis cosas.—Mmm. Vamos, Ryland, a Whitewood Lane —tararea el príncipe sin dejar de tocarse los labios, un gesto tentador que le recuerda a Aurora ese beso improvisado que compartieron en la casa del alcalde.Ella sacude la cabeza para orientarse y enfocarse en algo que todavía la tiene pensando muy fuerte.—Don Ulises mencionó que era muy cercano a mi abuelo, y que prácticamente cometió traición al relacionarse contigo —comenta cautelosa, mirando por la ventanilla el camino, más para evitar la mirada severa de Lucian, que está incendiando su piel.—Ah, tan poé
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y DOS| .✦. La invitada inesperadaNo hay ninguna pausa cuando sube al auto, mientras el impaciente príncipe la agarra posesivamente de la mano y se asegura de que ella entre al coche, bajo su total vigilancia.—¿Pasa algo malo, Lucian? —pregunta confundida, sentada a su lado.—Es la última vez que te traeré a esta casa —gruñe Lucian con la mandíbula apretada, mirando siempre al frente.Aurora traga saliva ansiosa y trata de ver hacia atrás, hacia Whitewood Lane, donde se queda olvidada la vieja casa de su abuelo. ¿No regresará? ¿Lucian le impedirá que regrese? Pero... ¡ahí están las cartas que ella envió! Ella necesita encontrarlas, por alguna razón. Lo necesita. Se guarda las protestas, los pensamientos, porque esto debe mantenerlo en privado si tiene la intención de regresar.Ryland conduce a gran velocidad por el Black Brick Pass, dándole a la joven Corbet otra oportunidad de admirar la belleza del bosque. Sin poder evitarlo, se inclina más cerca de L