| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTISIETE| .✦. Un depredador encantador Ryland es una burbuja de energía inagotable mientras conduce hacia algún lugar en el pueblo que solo la chica conductora y el príncipe conocen. Aurora se sienta cerca, mucho más cerca de Lucian que antes, jugueteando con sus dedos temblorosos, nerviosos por esta tensión crepitante entre los dos. Para su sorpresa, el viaje agradable es corto y no tiene oportunidad de preguntar nada. Él la toma suavemente de la mano, la silencia y le muestra un pintoresco local al aire libre, envuelto por el Bosque Rojo.—Es bellísimo. ¡Lucian! Esto es magnífico —jadea Aurora asombrada, da una vuelta con los brazos abiertos y ríe, admirando las sombrillas rojas que cuelgan por encima en filas y filas por todo el patio, convirtiéndose en un techo. Las mesas son blancas y redondas, las sillas igual. También hay flores blancas alrededor, contrastando con los árboles carmesí.—Es un buen sitio para almorzar, ¿no crees? —dice el príncipe, cami
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTIOCHO| .✦. Los crímenes de un BlacklaneLa sangre de Aurora vuelve a hervir cuando regresa la camarera rubia bien sonriente, y esta se inclina de manera muy exagerada para dejar el plato de espaguetis carbonara sobre la mesa; apuntando su cuerpo hacia el atractivo príncipe.—Qué lo disfrute —dice la camarera sin dirigirle ni una sola mirada.—Ajá, gracias —contesta Aurora a regañadientes.—La casa le ofrece al Príncipe todo lo que quiera... Todo —enfatiza la camarera, juntando los brazos a los lados de su pecho para que este se eleve aun más.Lucian tamborilea los dedos en la mesa, sonriendo de lado.—Una oferta interesante.Las tetas de la rubia casi explotan contra el escote y la joven Corbet está muy segura de que se ha desabrochado otros botones de la blusa. Antes de que pueda contenerse, lo patea por debajo de la mesa, y él voltea a verla lentamente.—Sí, ya se puede retirar. Mi prometido tiene muchas cosas que contarme.—Oh, claro. Con permiso —exclam
| | |CAPÍTULO| | .✧. VEINTINUEVE| .✦. La prisión de Rayrane HillsLas sospechas de Aurora se corroboran cuando llegan a la estación de la policía local, y Lucian es recibido, saludado y tratado muy exclusivamente bien. En todo el tiempo, él la agarra de la mano y la mira, llevándola a dónde quiere. Es el oficial Gomez quien los guía hacia la celda al hombre, explicándole al príncipe las circunstancias.—Sabe que el señor Ulises ya se encuentra en proceso de ser trasladado y lo del papeleo pues... Es mucho trabajo —explica Gomez, extendiendo la mano.Lucian, usando su letal encanto, asiente como si le comprendiera y le entrega un par de billetes que Aurora no lo vio sacar de la chaqueta. Escandalizada, ella mira hacia los lados, comprobando que nadie se haya dado cuenta del descarado soborno. Para su sorpresa, nadie está cerca, y el oficial Gomez se guarda el dinero en un bolsillito de su uniforme policial.—Sí, entiendo que es mucho trabajo —responde Lucian con su voz aterciopelada
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA| .✦. La manzana de la discordia—Pero, ¿qué hace una Corbet con un Blacklane?Aurora se muerde el labio inferior, negándose a contestar esa duda millonaria. Si ha existido tanto odio entre ambas familias, como dice la gente en el pueblo, no es extraño que todos se pregunten qué hace una Corbet, una mujer Corbet, comprometida con un Príncipe Blacklane.—Rompiendo las reglas, supongo —ella responde a la evasiva.El anciano suspira y le pide disculpas, antes de sentarse lo más cerca posible de los barrotes y ponerse a comer el espagueti con albóndigas que la pequeña humana le ha traído.—Yo también rompí las mías, cuando ayudé al príncipe con... —admite el anciano, esbozando una mueca. Pero se queda a medias y sacude la cabeza.—¿A qué se refiere, Don Ulises? —Curiosa, la joven Corbet se desliza hasta casi abrazar los barrotes para oír la voz susurrante de Don Ulises—. Míreme, ya lo sé todo. Él me lo contó todo antes de traerme aquí.—¿El príncipe se encuen
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y UNO| .✦. La casa del viejo AurielSe van en el auto y le toma cinco minutos a la joven Corbet para convencer al príncipe de ir a la casa de su abuelo Auriel.—Hoy te propusiste ser una niña mimada —comenta Lucian, medio divertido medio impresionado.—Es lo último que te voy a pedir... por ahora —murmura la pequeña humana impaciente—. Además, es necesario que vaya a la casa de mi abuelo. Ahí están mis cosas.—Mmm. Vamos, Ryland, a Whitewood Lane —tararea el príncipe sin dejar de tocarse los labios, un gesto tentador que le recuerda a Aurora ese beso improvisado que compartieron en la casa del alcalde.Ella sacude la cabeza para orientarse y enfocarse en algo que todavía la tiene pensando muy fuerte.—Don Ulises mencionó que era muy cercano a mi abuelo, y que prácticamente cometió traición al relacionarse contigo —comenta cautelosa, mirando por la ventanilla el camino, más para evitar la mirada severa de Lucian, que está incendiando su piel.—Ah, tan poé
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y DOS| .✦. La invitada inesperadaNo hay ninguna pausa cuando sube al auto, mientras el impaciente príncipe la agarra posesivamente de la mano y se asegura de que ella entre al coche, bajo su total vigilancia.—¿Pasa algo malo, Lucian? —pregunta confundida, sentada a su lado.—Es la última vez que te traeré a esta casa —gruñe Lucian con la mandíbula apretada, mirando siempre al frente.Aurora traga saliva ansiosa y trata de ver hacia atrás, hacia Whitewood Lane, donde se queda olvidada la vieja casa de su abuelo. ¿No regresará? ¿Lucian le impedirá que regrese? Pero... ¡ahí están las cartas que ella envió! Ella necesita encontrarlas, por alguna razón. Lo necesita. Se guarda las protestas, los pensamientos, porque esto debe mantenerlo en privado si tiene la intención de regresar.Ryland conduce a gran velocidad por el Black Brick Pass, dándole a la joven Corbet otra oportunidad de admirar la belleza del bosque. Sin poder evitarlo, se inclina más cerca de L
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y TRES| .✦. Tatiana y una huidaHace calor, es la primera señal, la primera advertencia. Aurora no es lo suficientemente rápida para defenderse, pero es Lucian quien detiene a la vampira desconocida, agarrándola por el pelo.—¡Qué carajos, Lucian! —ruge la mujer—. ¿Qué estás haciendo con esta patética humana aquí, en tu casa, vestida así?El príncipe le enseña los colmillos, y Aurora, totalmente confundida por la situación en general, siente que podría incendiarse de solo respirar el aire caliente.—No es tu problema lo que haga o deje de hacer con ella, Tatiana —gruñe Lucian, revelando por fin el nombre de la vampira recién aparecida.—A tu padre le parecerá un gran problema y lo sabes muy bien. Así que debería contarle del nuevo juguetito que has traído a la mansión de los Blacklane, ¿no lo crees? —espeta Tatiana con una sonrisa malvada y vengativa, digna de un ser que solo se alimenta de la desgracia ajena.Da miedo el sonido amenazante que suelta el
| | |CAPÍTULO| | .✧. TREINTA Y CUATRO| .✦. Cadenas y deseosLa pequeña humana todavía no puede creerlo. Está indignada, exasperada, frustrada. Lucian se atrevió en serio a ponerle un grillete en el tobillo. ¡La ha encadenado como una mascota!—¡Agh! ¡Esto tiene que ceder en algún momento! —se queja Aurora entre dientes, tirando insistentemente de las relucientes y largas cadenas.Sus dedos, palmas y antebrazos protestan por la cantidad de esfuerzo y presión que ha estado aplicando alrededor de las cadenas mientras tira, agarra y sacude. El grillete en su tobillo no es grueso, tampoco doloroso o incómodo, pero sigue siendo lo suficientemente resistente para mantenerla aprisionada. Lucian fue quien la encadenó, no Ryland ni nadie más, lo hizo él mismito, usando esas manos grandes e implacables, asegurándose de que estuvieran fijas a un pilar de la cama. El príncipe gruñó: «Esto te enseñará a no ponerte en peligro, Aurora. A ver si la próxima no se te ocurre algo peor». Sus sermones la