"Entre el tumulto de mis pensamientos, anhelo encontrar el sosiego que mi alma tanto necesita."ALBERTH Estacioné mi coche en la entrada de la mansión. Al vernos llegar, los guardias se acercaron para ayudar. Bajé a Valeria en mis brazos y la llevé dentro de la casa. Martha y los demás empleados se apresuraron a bajar para ocuparse del equipaje.Mi tía Gloria, al vernos entrar, no pudo ocultar su sorpresa. Con Valeria en brazos, subí las escaleras hasta su nueva habitación y la deposité suavemente sobre la alcoba.—Espero que te sientas cómoda, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme—expresé mientras Valeria miraba hacia el jardín. —Debo irme.—Gracias, espero no darte tantos dolores de cabeza—dijo ella, y yo esperaba lo mismo.—Trata de no darme dolores de cabeza. Cuando te sientas recuperada, debemos ver lo de la boda.—¿Crees que una boda resolverá todo? Mi padre no estaba en sus cinco sentidos cuando grabó esos videos.—Puede que resuelva algunos problemas, no todos. Y
Valeria.No dejaba de pensar en todo lo que había sucedido en las últimas semanas. Mi padre había muerto, casi muero calcinada en mi propia mansión, y ahora vivo en la casa de un hombre a quien apenas conozco, pero en quien mi padre confiaba plenamente. Pronto seré su esposa, no una boda por amor, sino un pacto. El aire se vuelve espeso cuando está cerca de mí. Actúa como si nada, pero se nota que no quiere esto, y la verdad, yo tampoco lo deseo. Mi padre no estaba en su sano juicio cuando dejó ese estúpido video, y resulta que hay más videos que podremos ver después de un año de casados.Pobre Alberth, casarse conmigo será como entrar en el infierno. Espero no causarle problemas; trataré de no perderme en mis arranques de desesperación y seré una buena chica hasta que expire el contrato.Miro hacia el jardín, la mañana se ve melancolía, recuerdo mi vida de hace unos meses. Papá siempre estaba preocupado, decía que tenía que estar preparado para lo que viniera. Últimamente no comía bie
Alberth Salí corriendo de mi mansión, todavía sorprendido por lo que había visto. "¿Qué era eso?", me preguntaba una y otra vez. La vi desnuda y me puse nervioso. Es una jovencita de apenas dieciocho años, aunque pronto cumplirá diecinueve. Pero para mí, sigue siendo una pequeña. Mientras manejo hacia la empresa, sigo pensando en mi boda, que se llevará a cabo la primera semana del mes siguiente, y aún no puedo creerlo. Por otro lado, Joselyn sigue molesta porque ni siquiera respondo a sus llamadas. Le dejé un mensaje en la mañana, pero aún no está en línea. Debería ir a su penthouse, pero no me atrevo; no soy de esos. Mejor dejo todo tal y como está hasta que las aguas se calmen.Llego a la empresa y empiezo la reunión junto a los accionistas y congresista de las diferentes empresas en las que estamos fusionados. Dentro de poco me tomaré unas vacaciones, lo cual será lo mejor; estoy estresado. Ser dueño de una empresa y una clínica privada no es nada bonito. Es cansado y aburrido, a
Valeria.Eran más de las diez de la mañana y él no había regresado. Al parecer, no durmió aquí; era de esperarse, quizás no toleraba verme, ya que se siente con obligaciones. Bajé al salón con pasos lentos; el encierro me estaba volviendo loca.─Buenos días, mi señorita, ¿se siente mejor? ─ preguntó Martha, a lo que asentí, dirigiéndome al jardín. Quería apreciar el aroma de las flores que decoraban el inmenso propiedad. Había inmensa alberca y varios columpios; parecía una parque de niños.─ Martha, quisiera desayunar aquí. Adentro me agobio. ─ Martha asintió y se dirigió dentro de la mansión. Absorbí el olor de las rosas; varias aves estaban sobre un hermoso árbol de corteza. El color de las plantas era de un hermoso tono amarillento junto con una mezcla de colores celeste y blanco.─ Buenos días, ¿vas a desayunar aquí, querida?─ Buenos días, tía Gloria. Sí, espero no molestar. ─ La tía de Alberth negó y luego se sentó, mirando su móvil una y otra vez.─ ¿Sucedió algo? ─ quise sabe
Alberth Había pasado un mes; era el día de mi boda y también el cumpleaños diecinueve de Valeria. Me preparaba para dirigirme a la iglesia. Mi tía Gloria se encargó de todo con gran entusiasmo; parecía dispuesta a hacer una gran celebración, aunque personalmente me sentía más amargado de lo normal. Sin embargo, debía cumplir esta promesa y proteger a Valeria por al menos cinco largos años. Joselyn había aceptado la situación, no obstante me rogó que no tocara a Valeria. ¡Qué locura! Para mí, sigue siendo una pequeña joven, a pesar de aquel incidente en que la vi desnuda. La imagen no se borraba de mi mente, realmente tenía un cuerpo espectacular.—Es muy hermosa, te gustó verla de esa manera — susurró mi subconsciente. Rápidamente aparté ese pensamiento.En ese momento, mi tía entró a mi habitación sin siquiera tocar la puerta.—Alberth, te estás retrasando. La novia está por irse. El señor Jovanny ha venido por ella.—Tía, cálmate. Parece que eres tú quien se va a casar —le dije, y e
Alberth Llegamos al aeropuerto. Mi tía se despidió de nosotros con tristeza. Me preguntó cuándo regresaría, y no le dije, ya que no tenía idea de cuánto iba a durar el proceso de las acciones de Valeria. Sin embargo, le prometí avisarle en cuanto resolviera el asunto. Subimos al avion sentandonos en la sala VIP, Valeria lucía enojada, y sé que es por lo que pasó en la mansión con el escándalo de Joselyn, y no es para menos. Fue atacada sin razón, y yo estoy furioso con Joselyn.—¿Le aclaraste a tu novia que tú y yo solo seremos dos desconocidos? —me preguntó Valeria.La miré de reojo; seguía molesta.—Sí, claro. Descansa, el viaje es largo—Declaré leyendo las revistas mientras tomaba un poco de agua. ******Cuando llegamos a Francia, un chófer contratado nos esperaba en el aeropuerto. Ayudé a Valeria con su maleta y salimos del aeropuerto. Ya era de noche, y ambos estábamos visiblemente cansados por el largo viaje, incluso pensar en cenar era difícil. A lo que subimos al coche, le d
《Valeria》 Despierto con el corazón acelerado, mis pensamientos aún confusos por el sueño. Abro los ojos y me encuentro abrazada a Alberth, su cálido cuerpo pegado al mío. Sorprendida, rápidamente me alejo, levantando las sábanas con cautela y suspiro al ver que sigo vestida. ¿En qué momento nos abrazamos de esta manera? Me levanto y entro a la ducha, encendiendo la calefacción para que el agua tibia recorra mi cuerpo, aliviando la tensión acumulada. Al finalizar, salgo envuelta en una toalla, con el vapor envolviéndome como un abrazo, y me encuentro con los ojos azules y penetrantes de Alberth, que me observa desde la puerta.—Buenos días —digo, con una sonrisa nerviosa, y él responde con un suave "buenos días" antes de desaparecer en el cuarto de baño.Mientras él se ducha, busco entre mis cosas y elijo un pantalón largo jeans azul junto con una camisa de botones de mangas largas. Aquí en París hace frío y no quisiera congelarme. Me visto rápidamente y me quedo sentada en el sofá, e
《Alberth 》Juro que no llegué hacer esa locura de besar a una joven que le doblo la edad. Me dejé llevar por sus labios suaves e inexperto, por su juego, sin embargo no lo puedo negar. Me gusta, desde aquella vez que la vi mi cerebro cambió de parecer, esto no debería suceder, la tengo que proteger y tenerla a mi lado, no puedo amarla, soy un hombre que nunca quiso involucrarse con una menor, a pesar de su edad, para mi Valeria es una joven. Mi pequeña Esposa, deber ser una hermana para mi, no una mujer.Entramos a la empresa de procesador de carnes y pescados exportados, llamada 《Procesos Internacionales (PIMTSA)》 Valeria estaba sentada mirando a la nada y yo no dejaba de verla. Me levanté del sofá y caminé por los pasillos, observando a los empleados andar de un lado a otro. Me dirigí hacia otra sección y vi cómo quitaban los empaques de exportación para poner los empaques de este país.—Alberth, ya debemos pasar —me dijo Valeria, asentí mientras nos dirigíamos juntos hacia la junta