Valeria.Salí a caminar al jardín, dejándome llevar por el aroma de las flores que me rodeaban. Sonreí mientras mis pensamientos viajaban hacia mi padre. Me preguntaba si todo había sido parte de su plan, si había buscado juntar a Alberth y a mí, ya que nos conocíamos desde hace tanto tiempo. Pero en ese lugar, donde ocurrió ese acontecimiento que ahora ni quiero recordar preferiría olvidar, ese maldito momento, a pesar de eso, cuando recuerdo a mi padre, una sonrisa se dibuja en mi rostro, y trato de sentirme satisfecha, con sus recuerdos de cuando era una niña.Pero, por otro lado, por más que trataba de sacarlo de mi mente, la imagen de ese hombre asqueroso seguía atormentándome. No podía olvidar su boca, su mano repugnante que intentaba invadir mi espacio. Con un suspiro de frustración, me dirigí a la piscina. Me tiré al agua con la esperanza de relajarme, de dejar que el peso de mis pensamientos se disolviera con cada brazada. Sin embargo, el agua me hizo recordar el lago... aquel
Alberth.Valeria y yo quedamos pensativos al escuchar el video póstumo que dejó Edward. Además del bebé, teníamos que ir a la mansión a buscar ese sótano, encontrar pruebas y descubrir cómo llegar al culpable y a las personas que han estado detrás de Valeria. Sabíamos que los que mataron a Edward eran los mismos que acabaron con Jovanny.—Esto es Demasiado, como es posible. Que teniendo pruebas no hemos dado con los culpables.—Tranquila Cariño, se que es difícil, quizás tu padre temía que algo te sucediera.Mi esposa asintió, estaba triste por todo lo que ha pasado y lo peor no poder atrapar al asesino. La abracé y le di un beso, y nos quedamos así, abrazados, ambos reflexionando sobre lo que habíamos visto en el video. No teníamos idea de cómo proceder.Al día siguiente, desperté temprano para ir a ver la mansión de Valeria, me bañé, me vestí y llamé a los investigadores junto con mi guardia, para realizar este trabajo. Decidimos ir a temprano pero Valeria me pidió que la llevara a
Valeria.Era una locura que estuviera pensando en quedar embarazada. Pero no tenía dudas de lo que debía hacer. Tal vez tener un bebé era una buena manera de intentar olvidar todo lo que había pasado y a los seres más queridos que había perdido. Además, ayudaría a que mi familia dejara de joder con mi herencia. Quizás también nos ayudaría a Alberth y a mí a estar más unidos, aunque, como dice el dicho, nada retiene a un hombre a estar con una mujer. Sin embargo, estoy segura de que Alberth es un buen hombre y será un buen padre.Me metí en la ducha, dejando que el agua relajara mi cuerpo. Mientras el vapor llenaba el baño, mis pensamientos volaron hacia la noche anterior. A pesar del miedo que sentí al estar íntimamente con Alberth, su amor y la manera en que me trató me hicieron sentir en el paraíso, como si nada más importara en ese momento. Solté un suspiro frustrado, recordando que, aunque había decidido cumplir con lo que mi padre me pedía, no lograba entender cómo era posible que
Valeria.Me quedé paralizada al ver a Jocelyn en este lugar. Su rostro, cubierto de moretones, me llenó de una mezcla de sorpresa y temor. Justo en ese instante, apareció el hombre con quien pretendía asociarme, pero algo en su actitud me puso en alerta. Estaba visiblemente alterado y, para mi horror, jaló brutalmente el cabello de Jocelyn. Cuando me vio de pie, su cuerpo se tensó y se detuvo en seco.—Buenas tardes—mencionó intentando sonar calmado—¿Qué hace usted aquí?Jocelyn, avergonzada, se acercó y cubrió su rostro. Me miró con los ojos llenos de desesperación.—¿Tú qué haces aquí? —me preguntó con voz temblorosa.Sentí un nudo en la garganta. Todo en mi interior me decía que debía irme, ni siquiera quería responderles.—Creo que me equivoqué... me voy —murmuré, dando un paso atrás.—No, espera, señorita, no se vaya -insistió él moreno maltratados, con un mezcla de súplica y orden-¿Venías a buscarme?—Sí, pero creo que será en otro momento.—Tranquila, por favor. Solo déjame arr
Albeth Llegué a la mansión y justo al aparcar mi auto, vi el coche de Valeria detenerse en el porche. Bajé rápidamente y la observé mientras salía del vehículo. Su cabello estaba desaliñado, y no pude evitar sentir preocupación.—¿Qué sucede, cariño? ¿De dónde vienes a esta hora? Pensé que estabas en la casa.Valeria me miró, visiblemente incómoda.—Podemos hablar en privado. Aqui Alberth, no se puede, siento que hay muchos oídos atentos. No confío en Martha—Susurró cerca de mi oído.La miré con seriedad, y algo sorprendido, pensé que solo yo desconfiaba de esa señora.—¿Estás hablando en serio? Bueno, vamos, entremos a la habitación.Al entrar, nos cruzamos con mi tía y Martha, quienes estaban conversando. Noté que Valeria se puso aún más nerviosa, saludó a mi tía apresuradamente y subió rápido las escaleras.—¿Qué pasa? —preguntó mi tía, percibiendo la tensión en el ambiente.—Nada, tía. Solo que Valeria y yo estamos cansados. No queremos que nos interrumpan, por favor.—¿No van a
Valeria Ya habían pasado varias semanas con Alberth, y no habíamos logrado entrar a la mansión. Últimamente, no me he sentido bien, y debíamos ir a la ginecóloga para confirmar si finalmente había quedado embarazada. Nuestro plan había sido comenzar a tomar Multivitamina y un tratamiento para mejorar mi fertilidad. Quizás esta vez daría resultado, porque mi periodo no había bajado. Por otro lado, intenté mantener a Martha cerca, aunque hubo momentos en que quiso hacerme preguntas, pero me hice la desentendida. Le mencionamos a la tía Gloria que no confiára demasiado en ella ya que no sabíamos bien qué papel jugaba al trabajar con mi padre desde joven y comportarse como una buena nana.Además, Alberth me comentó que había hablado con Jocelyn sobre Thiago. Según ella, conoció a Thiago en una agencia de modelaje y estuvo con él más de un año, pero tuvo que alejarse y no quiso decir más. Todo eso era tan confuso, y no entendía cómo era posible que mi esposo conociera a Thiago, al igual q
Valeria Era algo increíble y impresionante. Como mi padre puedo ocultar tantas cosas, a que se debía, tantos misterios por querer esconder. Ya no entendía nada de esto. Alberth y yo estábamos concentrando por la sorpresa, al descubrir este acertijo que había dejando mi padre en ese video póstumo.Dejamos todo eso de lado y nos concentramos en buscar evidencia de lo que el decía para encontrar al verdadero culpable y al que provocó el accidente en la que el perdió la vida.—Esto es impresionante, como tu padre sabiendo quien lo seguía no se ayudó así mismo.—Eso mismo pienso, pero quizás lo hizo para protegerme.—Puede ser que haya sido eso. Lo mejor que podemos hacer es seguir buscando cariño. Asentí y empezábamos a buscar evidencia, papeles, había muchos folderes en un cajón debajo del escritorio; la verdad no entendía, mucho sobre esto—Cariño, mira esto—Replico mi esposo, eran varias fotografías y eso llamó nuestra atención, en esa foto se encontraba un hombre de cabello largo,
Alberth La mañana estaba soleado, pero mi mente estaba nublada por la preocupación. Tenía una reunión importante que me obligaba a viajar, algo que no deseaba en absoluto. Dejar a mi esposa, Valeria, en su estado de sensibilidad y malestar causado por el embarazo me pesaba. Últimamente, se había mostrado irritable, amargada y sumamente sensible, y la idea de alejarme de ella en este momento me resultaba difícil de aceptar. Pero no tenía otra opción.Me levanté de la cama, todavía sumido en mis pensamientos. Valeria dormía plácidamente, ajena a mis inquietudes. Entré a la ducha y dejé que el agua caliente relajara mis tensiones mientras mi mente no dejaba de dar vueltas. Pensaba en cada detalle de nuestra vida reciente, en los secretos que Edward había guardado en ese sótano y también en mi preocupación por Jocelyn. ¿Cómo puede estar con un hombre que la maltrata? Siempre fue una mujer fuerte, hasta brusca y déspota. Nunca imaginé que caería tan bajo como para estar en una relación co