Valeria.Me quedé paralizada al ver a Jocelyn en este lugar. Su rostro, cubierto de moretones, me llenó de una mezcla de sorpresa y temor. Justo en ese instante, apareció el hombre con quien pretendía asociarme, pero algo en su actitud me puso en alerta. Estaba visiblemente alterado y, para mi horror, jaló brutalmente el cabello de Jocelyn. Cuando me vio de pie, su cuerpo se tensó y se detuvo en seco.—Buenas tardes—mencionó intentando sonar calmado—¿Qué hace usted aquí?Jocelyn, avergonzada, se acercó y cubrió su rostro. Me miró con los ojos llenos de desesperación.—¿Tú qué haces aquí? —me preguntó con voz temblorosa.Sentí un nudo en la garganta. Todo en mi interior me decía que debía irme, ni siquiera quería responderles.—Creo que me equivoqué... me voy —murmuré, dando un paso atrás.—No, espera, señorita, no se vaya -insistió él moreno maltratados, con un mezcla de súplica y orden-¿Venías a buscarme?—Sí, pero creo que será en otro momento.—Tranquila, por favor. Solo déjame arr
Albeth Llegué a la mansión y justo al aparcar mi auto, vi el coche de Valeria detenerse en el porche. Bajé rápidamente y la observé mientras salía del vehículo. Su cabello estaba desaliñado, y no pude evitar sentir preocupación.—¿Qué sucede, cariño? ¿De dónde vienes a esta hora? Pensé que estabas en la casa.Valeria me miró, visiblemente incómoda.—Podemos hablar en privado. Aqui Alberth, no se puede, siento que hay muchos oídos atentos. No confío en Martha—Susurró cerca de mi oído.La miré con seriedad, y algo sorprendido, pensé que solo yo desconfiaba de esa señora.—¿Estás hablando en serio? Bueno, vamos, entremos a la habitación.Al entrar, nos cruzamos con mi tía y Martha, quienes estaban conversando. Noté que Valeria se puso aún más nerviosa, saludó a mi tía apresuradamente y subió rápido las escaleras.—¿Qué pasa? —preguntó mi tía, percibiendo la tensión en el ambiente.—Nada, tía. Solo que Valeria y yo estamos cansados. No queremos que nos interrumpan, por favor.—¿No van a
Valeria Ya habían pasado varias semanas con Alberth, y no habíamos logrado entrar a la mansión. Últimamente, no me he sentido bien, y debíamos ir a la ginecóloga para confirmar si finalmente había quedado embarazada. Nuestro plan había sido comenzar a tomar Multivitamina y un tratamiento para mejorar mi fertilidad. Quizás esta vez daría resultado, porque mi periodo no había bajado. Por otro lado, intenté mantener a Martha cerca, aunque hubo momentos en que quiso hacerme preguntas, pero me hice la desentendida. Le mencionamos a la tía Gloria que no confiára demasiado en ella ya que no sabíamos bien qué papel jugaba al trabajar con mi padre desde joven y comportarse como una buena nana.Además, Alberth me comentó que había hablado con Jocelyn sobre Thiago. Según ella, conoció a Thiago en una agencia de modelaje y estuvo con él más de un año, pero tuvo que alejarse y no quiso decir más. Todo eso era tan confuso, y no entendía cómo era posible que mi esposo conociera a Thiago, al igual q
Valeria Era algo increíble y impresionante. Como mi padre puedo ocultar tantas cosas, a que se debía, tantos misterios por querer esconder. Ya no entendía nada de esto. Alberth y yo estábamos concentrando por la sorpresa, al descubrir este acertijo que había dejando mi padre en ese video póstumo.Dejamos todo eso de lado y nos concentramos en buscar evidencia de lo que el decía para encontrar al verdadero culpable y al que provocó el accidente en la que el perdió la vida.—Esto es impresionante, como tu padre sabiendo quien lo seguía no se ayudó así mismo.—Eso mismo pienso, pero quizás lo hizo para protegerme.—Puede ser que haya sido eso. Lo mejor que podemos hacer es seguir buscando cariño. Asentí y empezábamos a buscar evidencia, papeles, había muchos folderes en un cajón debajo del escritorio; la verdad no entendía, mucho sobre esto—Cariño, mira esto—Replico mi esposo, eran varias fotografías y eso llamó nuestra atención, en esa foto se encontraba un hombre de cabello largo,
Alberth La mañana estaba soleado, pero mi mente estaba nublada por la preocupación. Tenía una reunión importante que me obligaba a viajar, algo que no deseaba en absoluto. Dejar a mi esposa, Valeria, en su estado de sensibilidad y malestar causado por el embarazo me pesaba. Últimamente, se había mostrado irritable, amargada y sumamente sensible, y la idea de alejarme de ella en este momento me resultaba difícil de aceptar. Pero no tenía otra opción.Me levanté de la cama, todavía sumido en mis pensamientos. Valeria dormía plácidamente, ajena a mis inquietudes. Entré a la ducha y dejé que el agua caliente relajara mis tensiones mientras mi mente no dejaba de dar vueltas. Pensaba en cada detalle de nuestra vida reciente, en los secretos que Edward había guardado en ese sótano y también en mi preocupación por Jocelyn. ¿Cómo puede estar con un hombre que la maltrata? Siempre fue una mujer fuerte, hasta brusca y déspota. Nunca imaginé que caería tan bajo como para estar en una relación co
MARTHA. Daba vueltas en la sala, inquieta, mientras mi esposo me observaba con esa mirada llena de furia. Estaba fuera de sí, tiraba cosas por todas partes y gritaba como un loco, desahogándose con mi hijo. —¡Eres un imbécil! ¿Cómo es posible que no pudiste manipular a esa mujer? Te envié lejos para prepararte, ¡y mírate ahora! ¿Cómo vamos a quedarnos con la herencia de mi hermano si ese hombre se da cuenta de lo que hicimos? Va matarnos o hundirnos a todos.Mi hijo, temblando, intentaba defenderse. —No me metas en eso, yo no soy un asesino... ¡Ustedes lo son! Gracias a ustedes estamos en esta situación. ¿Por qué no dejan en paz a Valeria? Ella es inocente, ya acabaron con su padre, con su padrino... ¿Qué más quieren?—Replico furioso.No pude más. Me acerqué a mi esposo, harta de su constante hostigamiento.—Ya basta. Si él se da cuenta de todo, estamos acabados. ¿Qué piensas hacer entonces?—, le grité, sintiendo cómo mi propia desesperación crecía. Él solo me miró con desprecio, si
Valeria.Mientras caminaba por el pasillo de productos para bebés, estaba absorta con tantas cosas, queria cómprar de todo, y llenar el armario de mi pequeño, sin embargo debia abstenerme, deje de ver los artículos de bebe, cuando escuché mi teléfono sonar. Al ver el nombre de Jared en la pantalla, solté un suspiro profundo. Habíamos decidido cortar todo contacto, y ahora, aquí estaba él, llamándome de nuevo.—¿Qué sucede, Jared? —pregunté, tratando de mantener mi tono neutral—. Pensé que habíamos decidido no hablar más.—Valeria, por favor... aún somos amigos, ¿no? Podríamos hablar, arreglar nuestras diferencias. Te extraño, como amigos —su voz sonaba casi vulnerable, algo que no esperaba.Me quedé en silencio un segundo, dudando. Jared había sido importante en mi vida cuando estaba sola en los ángeles, pero últimamente las cosas se habían complicado. No estaba segura de si lo correcto era volver a verlo.—Está bien —cedí al final—. Te daré la dirección. Estoy por ir a la plaza, cerc
AlberthAl llegar a la capital, me sentía abrumado. El día anterior había sido agotador; Marcus y yo estuvimos midiendo el terreno bajo el sol, lo que me dejó completamente exhausto, incluso llovió, ahora voy en camino manejando a toda prisa, pero noto cómo mi cuerpo arde en fiebre. ¿Qué me pasó? Todo fue muy rápido, el calor, la lluvia que me empapó después, y este cansancio que no consigo sacudirme. Mi cabeza da vueltas y siento que el malestar se apodera de mí.Traté de mantener la calma, controlar lo que sentía, pero todo empeoró sin darme cuenta. Antes de que pudiera reaccionar, choqué con un auto. El impacto fue brutal, y un dolor punzante recorrió mi cuerpo. Sentí cómo la adrenalina me nublaba los sentidos.—¿Se encuentra bien, señor? —escuché una voz distante. Apenas podía concentrarme.—Lo siento… no lo vi… sólo, por favor, lléveme al hospital más cercano… —logré decir con esfuerzo. Mi boca estaba seca, las palabras no salían como quería, mi cabeza dolía, un poco. Creo que