Espero que les este gustando este historia. Mi pequeña esposa aún les traerá más sorpresas.
Valeria.Miraba el amanecer con nostalgia. Los primeros rayos de sol acariciaban el horizonte, iluminando la habitación con una luz cálida pero tenue. Sentía un nudo en la garganta al recordar a mi padre. Pronto se cumplirán cuatro años desde su muerte y aún no sabemos quiénes fueron los responsables. Su muerte quedó impune, igual que la de mi padrino Jovanny. La tristeza siempre estaba presente, pero esta vez venía acompañada por el miedo. Me invadía el pánico de perder a Alberth o a mi nana, y esa fue la razón por la que decidí irme, para alejarlos del peligro. Pero el destino quiso que volviera a encontrarme con mi esposo. Ahora, nos enfrentamos a otro problema el cual provoca que desea alejarme, la desconfianza y los celos no traen nada bueno.Suspiré profundamente y bajé a la sala, lista para el día. Mientras caminaba hacia la cocina, escuché una conversación en el pasillo que me detuvo en seco.—Él es muy bueno. Recuerdo cuando venía con sus padres. Siempre me ha gustado y se no
Albeth Estaba en una reunión importante con lo vendedores de los ganados y socios de Patricio, uno de ellos tiene considerable número de cabezas de ganado y vende las terneras. También estaban presentes otros dos hombres con amplios terrenos en Rivas. Durante la reunión, discutimos sobre las cifras y el estado de los negocios. La charla fue interesante, pero breve, y pronto la reunión llegó a su fin.Patricio sugirió que nos quedáramos a tomar unas copas, pero tuve que declinar la invitación. —Lo siento, Patricio tengo que irme— me excuse con él Nos despedimos y mi chofer me llevó de vuelta a la villa. Al llegar, noté que mi esposa y mi tía no estaban presentes, lo que me pareció extraño. Me acerqué a karelia, para preguntarle.—¿Dónde están mi tía y mi esposa?—¿Al lago?— ¿Y quién fue con ellas? —pregunté.—Se han ido solas —respondió.—Ah, bueno, iré a verlas —dije.—Está bien y la señora Katrina.—Mi mamá fue a buscar frijoles blancos, al parecer, a su esposa no le gusta los fri
ValeriaMe desperté aturdida y exhalé profundamente, mirando a mi alrededor confundida. A mi lado estaba Alberth, tomando mi mano.— ¿Estás bien, cariño? —preguntó él.—Si amor, te vi sumergirte y pensé que podrías morir ya que escuché a tu tía mencionar que no sabes nadar.— Sí, no sé nadar, pero no podía simplemente verte ahogándote. Al lanzarme para ayudarte, llegué hasta donde pude y te ayude a salir de la profundidad, pero luego quedé inconsciente. Al parecer, los guardias que me acompañaban estaban cerca y me ayudaron a salir. Mi tía te dio primeros auxilios. Lo importante es que estás bien.— Lamento que hayas hecho eso por mí.— No digas eso. Sabes, me acordé de Edwards cuando me estaba hundiendo.— ¿Cómo te acordaste de mi padre?— Cuando tenía diez años, Edward me salvó de ahogarme en un lago. Edward y mis padres eran conocidos.— ¿En serio? — Sí, te conozco desde que eras pequeña, y eras muy llorona. — No me digas eso. Pero como caíste al lago.—Pregunté curiosa. Mi esposo
Albeth Miraba para todos lados buscando a Valeria, pero no la encontraba. Karelia se me acercó y me hizo plática. Le pregunté si había atendido a todos los invitados como se debía, y me dijo que sí.—Se ve muy bien, me gusta su traje —Expreso ella sonriendo, pero no sé por qué me sentía tan preocupado.—Bueno, Karelia, hablamos luego, está bien.—Por cierto, no veo a su esposa.—Sí, la estoy buscando, pero no la encuentro.—¿En serio? Bueno, quizás se fue a acostar. Parece que no le gusta estar entre la gente. —Mi esposa es así, y nadie la va a cambiar. Ve a buscar qué hacer.—Bueno, me voy patrón.—¿Has visto a Valeria?—Le pregunté a uno de los guardias.—Sí, se fue al jardín.—¿Al jardín?— Sí, señor y hace poco pasó el señor Patricio.—Patricio— mencione dudoso.Cuando fui al jardín, escuché un grito. Rápidamente busqué a Valeria.—¡Valeria! ¡Valeria! —grité mientras miraba en todas direcciones buscando.—Alberth ayúdame— escuché la voz de Valeria.Al acercarme, el maldito de Pa
VALERIA.Quería huir desesperadamente de este ambiente tan repugnante. ¿Cómo era posible que me sucediera esto? ¿En qué momento dejé que esto me pasara? Si podía defenderme, ¿por qué no lo hice? ¿Qué me pasó? Desesperada queria salir de esta villa, eso fue lo único que elegí. Le pedí a la tía Gloria que me ayudara a salir de aquí cuanto antes. Ahora estábamos preparándonos para irnos. Sé que Alberth no tuvo la culpa de nada, sin embargo, estuvo con esa criada mientras ese maldito intentaba abusar de mí. Aún siento náuseas al pensar en sus toques en mi cuerpo, en su boca sucia. Quiero gritar de la impotencia.—Cariño —susurró Alberth a mi lado, su voz llena de preocupación.Me alejé un poco; no quería que me tocara. Sentía asco de mi propio cuerpo.—Sé que tengo la culpa por haberte dejado sola —continuó, con un tono de voz tan roto que casi no lo reconocí.—No hables más —respondí, tratando de mantener la calma mientras un nudo se formaba en mi garganta—. Solo apresúrate, quiero irme
AlberthHabían pasado varios días desde aquel horrible acontecimiento que afectó a mi esposa. Gracias a Dios, logré ganar el caso y ese maldito hombre va a pudrirse en la cárcel por todo lo que ha hecho. Cancelé los papeles del contrato de arrendamiento para las crías de ganado que firmé con él. Al parecer, además de todo, estaba involucrado en una mala inversión, lo que resultó en más años de cárcel. Mi testimonio fue clave para eso. Me enteré de que los otros presos lo han golpeado por "violador", y aunque aún no tengo detalles sobre su estado, no me interesa. Lo único que deseo es que pague por lo que le hizo a Valeria.Dejé todo lo que estaba haciendo y me levanté para ir al hospital. Quería que Valeria, se hiciera unos exámenes para revisar las heridas que le quedaron y también que hablara con un profesional para tratar las secuelas emocionales. Dudaba que aceptara un psicólogo, pero creí que tal vez una psicóloga podría ayudarla. Al llegar a la clínica, entre a mi consultorio, l
Valeria.Salí a caminar al jardín, dejándome llevar por el aroma de las flores que me rodeaban. Sonreí mientras mis pensamientos viajaban hacia mi padre. Me preguntaba si todo había sido parte de su plan, si había buscado juntar a Alberth y a mí, ya que nos conocíamos desde hace tanto tiempo. Pero en ese lugar, donde ocurrió ese acontecimiento que ahora ni quiero recordar preferiría olvidar, ese maldito momento, a pesar de eso, cuando recuerdo a mi padre, una sonrisa se dibuja en mi rostro, y trato de sentirme satisfecha, con sus recuerdos de cuando era una niña.Pero, por otro lado, por más que trataba de sacarlo de mi mente, la imagen de ese hombre asqueroso seguía atormentándome. No podía olvidar su boca, su mano repugnante que intentaba invadir mi espacio. Con un suspiro de frustración, me dirigí a la piscina. Me tiré al agua con la esperanza de relajarme, de dejar que el peso de mis pensamientos se disolviera con cada brazada. Sin embargo, el agua me hizo recordar el lago... aquel
Alberth.Valeria y yo quedamos pensativos al escuchar el video póstumo que dejó Edward. Además del bebé, teníamos que ir a la mansión a buscar ese sótano, encontrar pruebas y descubrir cómo llegar al culpable y a las personas que han estado detrás de Valeria. Sabíamos que los que mataron a Edward eran los mismos que acabaron con Jovanny.—Esto es Demasiado, como es posible. Que teniendo pruebas no hemos dado con los culpables.—Tranquila Cariño, se que es difícil, quizás tu padre temía que algo te sucediera.Mi esposa asintió, estaba triste por todo lo que ha pasado y lo peor no poder atrapar al asesino. La abracé y le di un beso, y nos quedamos así, abrazados, ambos reflexionando sobre lo que habíamos visto en el video. No teníamos idea de cómo proceder.Al día siguiente, desperté temprano para ir a ver la mansión de Valeria, me bañé, me vestí y llamé a los investigadores junto con mi guardia, para realizar este trabajo. Decidimos ir a temprano pero Valeria me pidió que la llevara a