ValeriaEscuchaba atentamente la llamada con mi padrino, quien me preguntaba cuándo regresaría a la universidad. No tenía ni idea.—Padrino, aún no lo sé. Sin embargo, necesito prepararme; ya ha pasado más de dos meses. ¿Cree usted que me acepten? —quise saber mientras observaba mis uñas, nerviosa.—Creo que sí, hija. Déjame ir a la universidad y luego te llamo. De aquí a unos meses, debes empezar a venir a la empresa para ver todo lo referente a los negocios y los supermercados. —Suspiré perezosa.—Está bien, padrino. Pase buena noche —le digo, colgando la llamada.Me levanté de la cama y caminé por toda mi habitación. Me mordía las uñas una y otra vez. Estaba nerviosa, ansiosa, o no sé qué, pero me sentía así. Quizás necesitaba salir un poco y relajarme, pero recordé que no podía, ya que la persona que incendió mi mansión podría seguir vigilando mis pasos, esperando una oportunidad para atacarme. No le he contado a Alberth sobre las llamadas amenazantes que he recibido de un desconoc
《Valeria》Alberth se quedó en silencio por un momento, mirándome a los ojos con una expresión seria. Finalmente, respondió.—Lo que siento por ti va más allá de mi deber como tu esposo. Me importas mucho, más de lo que imaginaba. Me preocupo por ti, eres alguien muy especial para mí, lo dudes.Mi corazón se aceleró al escuchar sus palabras. Su sinceridad y el brillo en sus ojos me hicieron sentir más segura y cercana a él.Finalmente he llegado a la conclusión al sentir esto que siento es que me enamorado de mi esposo, no tengo idea si el siente lo mismo por mi, sin embargo solo estaré observando.Semanas después.Me levanté temprano en la mañana, llena de anticipación por mi regreso a la universidad. Sabía que este día marcaría un nuevo comienzo en mi camino hacia convertirme en una empresaria capaz de manejar los negocios que me dejo mi padre y mi madre. A pesar de los nervios, estaba decidida a enfrentar los desafíos académicos en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua. Mie
AlberthApreciaba una de las hermosas fincas del señor Marcus Taylor. Las tierras eran maravillosas y excepcionales para la cría de ganado, además de ser perfectas para el cultivo de hortalizas. Esto nos proporcionaría grandes beneficios para los restaurantes y casas hogar que estamos construyendo en las pequeñas comunidades del país.—Entonces, ¿vamos a cerrar el contrato de ventas y asociarnos? – pregunté.—Claro que sí, señor Albert. Empecemos – respondió Marcus.Asentí y me senté en la cómoda silla acolchonada mientras contemplaba el atardecer. Este lugar es hermoso; se siente una paz y tranquilidad que te ayuda a olvidarte de los problemas.—Este lugar es agradable, te da mucha paz – mencionó Marcus. Asentí, absorbiendo el aire fresco puro sin contaminación.—Es realmente agradable, y el amanecer te hace apreciar la maravilla del sol— añadí.—Estas tierras pertenecieron a mis difuntos padres biológicos. Estuvieron abandonadas por años, pero logré recuperarlas — expresó Marcus con
《Alberth 》Llego a mi mansión con el enojo burbujeando en mi interior. Estaciono la camioneta descuidadamente y entro a la casa. Mi tía se acerca rápidamente para saludarme, como siempre, con sus preguntas habituales.— Hijo, te llamé ayer para contarte lo que Joselyn vino a hacer aquí. Estaba fuera de sí, gritando que espera un hijo tuyo. Le dijo a Valeria que debía alejarse de ti, a como diera lugar. ¿Es verdad que está embarazada?— No lo sé, tía. No lo creo. No puedo sacar conclusiones apresuradas.Mi tía asiente negando por mi respuesta absurda. Subo a mi habitación y prendo el computador. Reviso los detalles de la clínica y encuentro una solicitud de beneficencia para apoyar a niños enfermos, la cual acepto antes de revisar otros correos electrónicos.Salgo de la habitación y me dirijo hacia la de Valeria. Golpeo la puerta varias veces, pero no hay respuesta, así que entro sin permiso.— Buenos días, Valeria. ¿Puedo hablar contigo? —pregunto mientras la veo absorta en su móvil.
《Alberth》El rostro de Joselyn estaba desfigurado cuando entré bruscamente a su penthouse. La sujeté del brazo y la llevé al baño. Me miraba incrédula, pero no me importaba. No iba a dejar que me manipulara.—Alberth, ¿quién te da derecho a venir y tratarme así? No me haré la prueba porque ya lo hice. Si no te quieres hacer cargo, no hay problema. Eres un idiota. Lárgate de aquí...Negué, molesto por su actitud.—Quiero que te hagas la prueba frente a mí. Si es positiva, me haré cargo de tu supuesto embarazo. Si es mentira, es la última vez que me ves. No entiendo qué te pasó en Los Ángeles, que ahora soy el epicentro de tu vida, cuando allá lo eran tus amigos — declare sacando las pruebas de mi maletín. Y no era un reproche.—Eres un insensato. ¿Ahora quieres botarme como si fuera un trapo sucio?—No es así. Te advertí que me iba a casar. Según tú, ibas a ser paciente. Veo lo "paciente" que has sido —comenté sarcástico, mientras le entregaba las pruebas caseras, que son efectivas. Lu
《Alberth 》Conduzco a toda prisa hasta llegar a la morgue, aún tratando de procesar lo que ha ocurrido. Una masacre, eso es lo que parece.Ahora creo que empiezo a entender: todos los que están cerca de Valeria sufren las mismas consecuencias. No hay duda de que la quieren a ella.—Edwards, debiste dejarnos alguna pista —susurro para mí mismo mientras entro a la morgue con el médico forense para examinar cómo murió Jovanny. En mi mente resuena su voz, imágenes de nuestras amenas conversaciones, mientras comiamos en mi restaurante, sus risas y consejos. Era el único que me entendía. Me siento al borde de la locura por este golpe. Mis ojos se nublan, sin saber qué hacer. Observo al médico mientras examina el cuerpo, preguntándome por qué está sucediendo todo esto. Mi amigo Edward ha muerto, y ahora Jovanny, mi querido amigo, hermano y mentor, el qué me hacía reír y enojarme a la vez. Fue con el y Edwards los único con los que tenía confianza, él y Edwards crecieron como hermanos, ambos
《Valeria》Pensar que todas esas llamadas cesarían tras la pérdida de mi padre fue un error. No sucedió; ahora es mi padrino quien ha muerto, y esto confirma que la persona que lleva años amenazándome, tal vez desde hace tres años, es capaz de cualquier cosa, incluso de atacar a Alberth. Si pudo con mi padrino, ¿qué más podría esperar? Me siento angustiada, sin saber qué hacer. Quizás si le cuento a mi esposo que esa persona lleva llamándome desde hace mucho, él pueda ayudarme. Sin duda, creo que la que realmente quieren es a mí. Por otro lado, pensé que las llamadas terminarían cuando Alberth me regaló el móvil nuevo, pero continuaron. Era como si supiera todo lo que hacía, cada movimiento, cada paso que daba. Mi pobre padrino murió por mi culpa. Pensé que querían ver muerto a mi padre, lo lograron, pero ahora veo que atacaron a mi padrino. Definitivamente, la que quieren es a mí.Negando con la cabeza, sumergí mi cuerpo en la bañera, intentando olvidar todos estos acontecimientos. Me
Alberth Me levanté con una inmensa felicidad. Verla a ella hace que mi vida sea diferente, mi corazón late desenfrenado por amor a mi esposa ¿Quién diría que yo me enamoraría de una mujer más joven? No obstante, tiene 19 años, no es menor, y aunque antes no lo imaginaba, ahora la amo y quiero que nuestro matrimonio sea perfecto. Dejo un beso en su mejilla y me levanto de la cama para tomar una ducha. Sonrío como un idiota mientras restriego mi cuerpo y dejo que el agua me despeje del sueño. Al salir, me pongo el albornoz y me detengo para ver un poco más a Valeria la cual duerme pasivo, luego voy a mi habitación a vestirme. Tarareo una melodía alegre mientras me pongo el traje. Primero, elijo una camisa blanca bien planchada, sigo disfrutando del ritmo en mi mente. Luego, me pongo los pantalones y me aseguro de que estén perfectamente alineados. Justo cuando estoy ajustándome la corbata, me sorprendo al ver a mi tía Gloria mirándome con los ojos bien abiertos.—Tía deja de entrar de