Capítulo 16: Tictac

Un silencio abrumador ocupaba la sala. Era tal la afonía que solo podía escuchar el tictac del reloj que colgaba en la pared delante de mí. Marcaba las 11:15, faltaba poco para medianoche.

Concentré la mirada en mis dedos tembloroso. Tenía las uñas pintadas de lila y algunas comenzaban a desconcharse.

No compraré de nuevo esa marca de esmalte, anoté en mi mente.

—¿Nos va a decir o no qué hace aquí, señorita Williams? —preguntó el oficial Dawson, con ese nombre se había presentado cuando –no me pregunten cómo– llegué a la estación de policía.

Mi nombre fue lo único que pude balbucear, estaba tan nerviosa que no podía concentrarme en formular una respuesta. El oficial Dawson me había trasladado a una sala, que se parecía mucho a las que salen en las pelis, esas donde interr

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