Sacarle dinero a Daren parecía su única opción, estaba más que claro que pagaría por las chicas lo que fuera. Si no, no se tomaría tantas molestias en buscarla como loco.
Se quedó sentado ideando un plan para poder vivir, en cuanto tuviera en sus manos algunas de las chicas la tomaría como rehén, y negociaría con Daren. Total si lo mataban al menos se vería satisfecho de fastidiarle el día a su jefe asesinando a una de sus preciadas mujeres. La verdad es que nunca entendió porque estaba obsesionado con ellas. Ellas unas mujerzuelas como cualquier otra. Al menos que no lo fueran, ¿y si eran puras aún? Esa podría ser una razón muy factible del porque su jefe las quería intactas.
—Eres un hijo de perra Daren… Muy astuto, pero no más que yo.
Estaba por caer la noche, y las jóvene
La albina la observo salir de la habitación, y la irrito la idea de que nadie la respetaría como lo que era un Alfa. Por el momento tendría que acostumbrarse a que seguía a otro líder. Pero eso no sería por mucho tiempo. Vio la cama recién hecha y toco la suavidad de las sabanas, suspiro, extrañaba su casa en lo más profundo de su alma. No quería estar allí. Una lagrima rodo por su mejilla, pero esta se la limpio enseguida. No quería estar vulnerable, debía ser fuerte por su pueblo o lo que quedaba de él.—Muy bien chicas creo que será mejor que suban a su habitación, mañana tendremos tiempo de hablar del porque están aquí. Hablo Marcus. Las chicas miraron a Ethan.—Vayan a descansar. Les dijo el joven.—Lamento si te causamos problemas Ethan, es lo que menos queremos en serio.
—Baja por las buenas, o te bajo por las malas.—Eres un cobarde. Asesinaste a mi hermana. ¡Bastardo!—¿Tu hermana? Ah sí, la recuerdo, una buena chica. Pero muy insistente. Pero eso no tiene que ver con nosotros, sabes porque te traje aquí Gina. Te portaste mal.—Por querer huir de esta vida de perros, vi lo que le hicieron a mi pobre hermana. Casi no quedo nada de ella. Maldito miserable. Dijo llorando.—¡Qué pena! Dijo sin un Apis de tristeza.—Digamos que ella no se merecía eso, pero tu si lo que mereces. Escapar de aquí no es una opción para ustedes princesa.—Púdrete Daren. Eres un animal.—Si lo soy. Dijo con voz ronca, casi irreconocible. La mujer se asunto y perdió el equilibrio cayendo de lo alto del árbol.El impacto logro que se do
Las ganas que tenia de asesinarlo no eran normales, deseaba arrancarle el corazón de su maldito pecho y entregárselo a sus chicos así no tendrían que soportarlo por más tiempo. Apretó la mandíbula mientras sus ojos se volvían sangre de la ira. Los lobos olieron sus intenciones acercándose más a él, no permitirían que tocase a su líder.—Lamento decepcionarte Daren, pero esos pensamientos que tienes sobre arrancarme el corazón no los podrás llevar a cabo. Jamás podrás asesinar a tu propio padre. Sentencio Lucían.El sol se colaba por la ventana de las chicas, Shery se removió en la cama tratando de buscar comodidad y alejándose todo lo posible del sol que le daba justo en la cara. Vocifero una retahíla de maldiciones cuando la brisa levanto aún más las cortinas dándole paso a u
La chica albina escuchaba toda la historia de las humanas desde las escaleras, la verdad es que no le apetecía compartir mesa con esas dos mujeres. Se sentía asqueada de solo estar bajo mismo techo de una casa. El Alfa había aceptado a las jóvenes como si nada, sabiendo que eso le traería repercusiones a su familia. La tal Shery podría ser la pareja del hijo del Alfa, pero eso no quería decir que fuese aceptada por el consejo. Miro hacia la puerta, lo mejor era evitar la junta con esos lobos. Mientras más alejada este de ese problema en el que ellos se habían metido, menos salpicada estará. Quizás pudiera comer algo donde tenían reunido a su pueblo. Camino sin mirar a los lados y abrió la puerta, para luego cerrarla en seco. No le importaba nadie que viviera o estuviera en esa casa, lo único que le interesaba era salir de esos territorios y regresar a los suyo
Sabía que moriría como un perro si no se largaba del pueblo ¿pero cómo? Si sus desgraciadas hijas no habían hecho acto de presencia en toda una maldita semana. Estaba desesperado, si ellas aparecían moriría, sino lo hacían moriría de igual forma. La única manera de salvar su trasero era extorsionando al imbécil de Daren con la vida de una de ellas. Pero, para eso debía encontrarlas antes de que él lo hiciera. No tenía caso que él las tuviera en su poder. Estaba harto de estar encerrado sin poder hacer nada. Miro por la ventana y observo a los hombres de Daren, continuaban con la vigilancia. Chasqueo la lengua y se alejó de esta. Estaba perdido. —¡MIERDA! Grito pegándole el puño contra la pared.(...)Eve y Megan conversaban animadamente en la cocina, la joven humana
Pero lo que hizo a continuación el chico sí que la sorprendió, tomándola por las nalgas y la sentó en el escritorio de su padre. Abrió sus piernas y se acomodó en ellas como si aquello fuera la cosa más natural del mundo. Hizo más presión en su cintura para tenerla más junta el ¿Qué más la podía pegar a él? Si le estaba faltando el aire.Ese chico tenía una fuerza increíble, y la besaba con un hambre. Como si no hubiera besado en toda su vida “cosa que dudaba” seguramente tenia cientos de chicas babeando por él. Las manos traviesas de Ethan se colaron por debajo de su blusa, la sensación al tacto de sus manos contra su piel le supieron a gloria. ¿Qué mierda le pasaba con ese chico?Podía escuchar la respiración agitada del joven, como si estuviera sufriendo. Bueno
—No trates de buscar mentiras porque ninguna te las creeré.—No diré mentiras, no pasó nada entre nosotros.Que chica pensó Megan, si toda ella olía a Ethan… Claro solo un lobo podría darse cuenta de ello, y eso le hizo pensar. Que en algún momento tendrían que contarle a esa muchacha la verdad de lo que eran ellos.—Bien no preguntare más. Dijo al fin recogiendo unas ollas sucias.—Yo sí que quiero saber. Exclamo su hermana.—No hay nada que saber. Sentencio. La puerta se abrió estrepitosamente dándole paso a un JB agitado y sudado.—Megan necesito ropa.—¿Qué? Pregunto confundida la chica, luego recapacito. —Ah sí claro voy.—¿Paso algo con la albina?
—Shery espera, podemos hablar un momento.—No creo que tengamos nada de qué hablar. Le respondió deteniéndose.—Yo iré bajando. Eve los dejo solos.—Discúlpame, sé que te he ignorado estos días pero tengo razones. No lo hice porque quisiera.Sí que era descarado, encima pensaba decirle que se estaba viendo con esa cría. No creía poder soportar tanto dolor.—Ahórrate las explicaciones, te aseguro que no me importan. Has con tu vida lo que quieras Ethan, yo no tengo tiempo para esto.—¿Qué? Por favor no te enojes conmigo, prometo que…—NO. No prometas nada. No quiero que lo hagas, en cuanto pueda mi hermana y yo nos iremos de aquí.¿Pero qué estaba pasando? ¿Porque ella cambio tan drá