Entusiasmado, Adam lanzó una exclamación jubilosa, mientras Clyde descargaba el archivo que contenía numerosas imágenes de un manuscrito amarillento, escrito con una caligrafía muy antigua lo que dificultaba bastante la lectura.Amplió la primera imagen y por unos momentos no pudo entender casi nada de lo que estaba escrito. Adam, quien se había colocado detrás de él también parecía opinar lo mismo.—¡Demonios! —dijo con asombro— ¿Cómo se supone que leeremos eso?—No lo sé —dijo Clyde que no quitaba la vista de las primeras líneas del documento— Pero recuerda la introducción de la clase de paleografía donde nos colamos hace tiempo, ¿lo recuerdas?—¿Cómo diablos haces para recordar esas cosas? —le dijo desconcertado— ¡Apenas si recuerdo cuando llegamos a la universidad! —Porque uso mi cerebro —le dijo riendo.—¡Ajá! y ¿qué fue lo que dijo? —le preguntó.—Dijo que los manuscritos antiguos pueden parecer difíciles, pero cuando empezamos a leerlos, a medida que avanzamos, los caracteres
—¿Señorita Sommers? —dijo el teniente bastante sorprendido de ver a la joven allí— ¿Cómo ha estado?—Hola, teniente, bastante bien, teniente —le dijo— Recuperada por completo.—Me alegro mucho, señorita Sommers —dijo sonriendo— Y… ¿A qué se debe la visita?—Creo que puede ayudarnos —dijo sonriendo con afabilidad— Ella es mi compañera, Sandra Jones. Nosotras estamos estudiando Psicología del crimen en este semestre y nos mandaron un trabajo, es realmente una encuesta, mire usted —le dijo entregando una hoja con varias preguntas y códigos al lado de ellas.—¿Y cómo puedo ayudarla? —dijo el teniente.—Es muy sencillo, teniente —le dijo con tono alegre— Necesitamos hacer esta encuesta a un grupo de reclusos, no tardaremos mucho y servirá para apoyarnos en nuestro trabajo, ¿Qué dice?El teniente se quedó mirando a ambas jóvenes que le sonreían con amabilidad, y como no creía que eso fuera a quitarle tiempo o recursos se le hizo fácil consentir.—¡Daniels! —gritó para llamar al mismo oficia
A medida que la melodía penetraba en sus oídos, Angus pudo sentir cómo se iba aliviando el dolor de sus heridas. El viejo sacerdote druida se paró a su lado sin dejar de cantar o recitar las palabras de un canto, melodía que le entibiaba el cuerpo y lo hacía relajarse.El viejo de pronto sacó un envase hecho con un cuerno de “Vaca peluda”, una raza de ganado de las tierras altas. Lo destapó con sus manos huesudas y comenzó a derramar una extraña pócima de olor a esencias y aceite.Comenzó en las heridas, y a medida que la pócima caía en las heridas de su abdomen y pecho, sintió como si un extraño calor entraba en sus entrañas, seguido de una sensación de frescura agradable. De inmediato sintió que las fuerzas le volvían al cuerpo. Trató de levantarse, pero el anciano lo retuvo por la cabeza y comenzó a derramar la pócima en ella mientras no dejaba de repetir unas palabras que Angus pudo identificar como del idioma antiguo de las islas.Angus sintió como el calor que había entrado por
Megan se dirigió a las oficinas del Western Daily, el periódico donde trabajaba Allen McCarthy, quien se había interesado bastante en el extraño suceso del asalto en el sur de la ciudad.Este se encontraba justamente tratando de recabar más información del un suceso que había ocurrido en el parque este de la ciudad, pero la policía no había querido decirle mucho al respecto y tampoco había tenido acceso a los rufianes que estaban detenidos, así que había tenido que conformarse con los rumores en el hospital.Frustrado, tiró el bolígrafo que tenía en la mano contra el escritorio mientras pasaba una mano por su cabello, signo inequívoco de que estaba enojado.—Licenciado —escuchó la voz de una de las secretarias que lo llamaba— Lo solicitan en la recepción.—Ahora no quiero recibir a nadie, Emma —dijo de mal talante— Tengo cosas más importantes que hacer.—Bueno, está bien —dijo ella volteando para salir, lo que hizo que Allen fijara sus ojos en el hermoso trasero de la chica— Pero pens
—¿Y en los hospitales? —indagó Megan— ¿O en la policía?—No, en ningún lado —contestó Allen— Y lo extraño es que le dispararon desde muy cerca, en el estómago, parece que un par de veces, según dos de los testigos y luego cayó en la fosa común, que tiene más de dos metros y medio de profundidad, y de la que es muy difícil salir sin ayuda alguna.—¿Y de donde salió nuestro amigo? —preguntó.—Ha dado usted justo en el blanco —dijo Allen, con aspecto entre satisfecho y admirado— El sujeto salió de la fosa de un solo salto y cayó sobre los asaltantes.—¿Y ellos no pudieron reaccionar?—Dicen que se movía muy rápido, sin embargo le dispararon al sujeto, a quemarropa —dijo Allen— Y esa bala no lo detuvo, simplemente siguió avanzando hasta que los masacró a todos.—¿Y por qué dice usted que he dado en el blanco? —quiso saber Megan.—Por lo que dijo —respondió el periodista con rapidez— Los asaltantes hieren a un joven que cae en la fosa, y luego sale un ser extraño de ella, pero luego no hay
Megan llegó a su residencia en la universidad cavilando en todas las cosas que había hablado con el periodista Allen McCarthy.«El chico que trató de salvarme —se dijo mientras trataba de concentrar sus pensamientos a medida que subía las escaleras— Lástima que no pude verlo bien»Meneó la cabeza en desaprobación hacia ella misma, sabía que no hubiera sido tan sencillo identificar al hombre que trató de ayudarla, solo sabía que era un hombre alto, pero no mucho, también que era joven, de cabello castaño oscuro y piel blanca, pero esa sería la descripción del 60 por ciento de la población de la ciudad.Cuando entró en el departamento vio que su amiga Sandra estaba esperándola con total expectativa.—¡Megan, al fin! —dijo con entusiasmo— Ven acá, tienes que contarme todo en detalle.Así que Megan se vio obligada a recordar casi cada cosa que había conversado con el periodista. estuvo contándole a su amiga por varios minutos mientras esta intercalaba preguntas a su relato, al final Sandr
Lejos de sentir cansancio, como cuando estudiaba alguna asignatura, Clyde se sentía notablemente despierto, a pesar de que ya eran más de la una de la madrugada, por lo que decidió seguir leyendo el diario de su antepasado.…………………….Angus se volteó completamente de frente hacia el sacerdote que le había hablado del anciano, el cual le acaba de decir que había recibido un don valioso.—¿Qué significa eso? —le preguntó con avidez, Angus McCallum estaba decidido a aprender del sacerdote.—Eso significa mucho y todo —dijo el sacerdote en tono misterioso.—Yo solo quiero ayudar a mi gente, defender nuestras tierras del enemigo invasor —dijo con la natural vehemencia de un joven guerrero.El sacerdote, que aparentaba poco más de cincuenta años, le sonrió con benevolencia.—Por eso ha sido elegido, Sir McCallum —le dijo mirándolo directamente a los ojos— Usted es un buen hombre, el mejor de su linaje.Angus no se sorprendió por la aseveración del anciano, porque sabía por las historias de s
Clyde se dispuso a seguir leyendo con avidez.…………………….El anciano lo miró a los ojos antes de responderle.—La primera transformación es por necesidad —dijo el anciano con su voz extraña— Así será para tus descendientes por siempre, cuando la necesidad llegue el sortilegio se hará efectivo.—¿Y las demás ocasiones? —preguntó Angus con rapidez.Por primera vez el anciano sacerdote sonrió.—Las otras pueden ser que sucedan sin que te lo propongas —dijo— Pero podrás hacerlo a voluntad cuando veas el peligro cerca, cuando haya necesidad.—¿Y cómo lo haré?—Es sencillo, solo debes repetir las palabras del ritual —dijo el anciano— Debes aprenderlo de memoria y recitarlas con solemnidad.—¿Y cuales son las palabras del ritual? —preguntó—Ya las has escuchado, McCallum —sus ojos escudriñaban las facciones de Angus con intensidad— pero las repetiré para que las puedas memorizar.«seasamh suas luk wolf, suas gaisgeach… —murmuraba el anciano el conjuro— seasamh suas luk wolf, suas gaisgeach… ¡M