Capítulo 6
Se dio la vuelta, cuando iba a salir del depósito de cadáveres, dijo: —Cuando ustedes acaben con esto, avísennos.

Durante todo el tiempo, no mostró tristeza ni titubeó.

Era como si reconociera un problema que la atormentaba desde hacía tiempo y se sintiera aliviada.

Olga se quedó aturdida, con la cara llena de lágrimas pero sin lugar para expresar sus emociones y complejidades entretejidas en una telaraña.

En cambio, mi alma vacilaba en el aire como si se la llevara el viento y, finalmente no pude esperar el amor de mi madre que había estado esperando, pero que nunca había tenido...

6

Cuando mi madre llegó a casa, se puso a trabajar como si nada hubiera pasado, —Nena, ¿qué quieres comer esta noche? Te lo preparo.

Había amor en su voz.

Este tipo de escena, si fuera en mi infancia, me sentiría feliz.

Pero ahora me parecía graciosísima.

Olga se quedó congelada unos segundos y por fin respondió: —Mamá... No tengo hambre.

Tras decir eso, se dirigió apresuradamente hacia arriba.

Su espalda p
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