—Creo que se te olvida quien soy yo princesa ¡Tu Rey!, y créeme eres a la que menos le temo en este mundo.
—Y a ti se te olvida quien soy yo.
—No lo olvido, y es por eso que te quiero para mí.
—Eso nunca pasara.
Paso a un lado de Vince ignorándolo completamente, no iba a permitir que arruinara su relación con Eduard. Ni mucho menos su noche. Ahora más que nunca debía tener los ojos bien abiertos, primero con la rubia y ahora con su cuñado loco. Liza entro en la casa como alma que lleva el diablo, sin percatarse de que alguien se aproximaba, al sentir el choque con aquel duro cuerpo reacciono.
El silencio que reinaba era desconcertante, solo el rugir del viento era lo único que podía escuchar. Estaba sola, o al menos eso pensaba. Trago en seco ¿Cuánto tiempo llevaba en ese lugar? Tenía sed, y eso era un problema, si no se alimentaba se debilitaría. Debía intentar escapar.—Tengo que hacerte unas preguntas Victoria. Eduard entro sin tocar en la habitación de la rubia.—Que sorpresa tenerte en mi cuarto ¿Qué deseas?—Ya debes estar al tanto de la desaparición de mi mujer.<
—Llámame si me necesitas.—¡Espero que no! Respondió el menor.—¡Lo harás! Rio antes de salir.No podía perder la paciencia cada vez que su hermano comentaba idioteces. Pero si, quizás si necesitase de su ayuda.—¿Por qué demonios tenemos que irnos? Preguntaba la rubia empacando sus cosas.—Recoge todo y no preguntes. ¿sueles ser tan fastidiosa? Ninguno de sus hombres se había dado cuenta, pero estaban rodeados por muchos enemigos.—Nosotros nos quedaremos a luchar. Te daremos todo el tiempo que necesites para bajar sin problemas.El joven desapareció de su lado tan rápido como una estrella fugaz. Era el más rápido de su equipo, confiaba en que hiciera un buen trabajo llevando el mensaje.Nick se posiciono en posición de ataque ¿Por qué habría tantos vampiros en esas montañas? ¿A quién seguían? ¿Quién era su líder?Castillo de Eduard…—JCapitulo XXIX Hijo Legítimo
—Pasa. ¿Dónde está tu equipo?—Hemos sido emboscados por unos vampiros salieron de la nada. Nos ganaban en números mi señor. Nick me envió con un recado. Dijo que lo llevara al sur de las montañas, en lo más alto. La señorita Elizabeth se encuentra allí.Eduard no espero más explicaciones, eso le bastaba para organizar otro equipo e ir inmediatamente en busca de su mujer. No había tiempo que perder.—Ve alimentarte. Partimos en una hora.—Sí señor.Salió de
Pero la respuesta que recibió no fue la de su amada, sino la de un completo desconocido.—¡Qué bien que llegas Eduard Dracmantis! Te estaba esperando.Estaba tan concentrado viendo en su amada atada de una manera tan violenta que sinceramente no se percato del hombre que se encontraba a sus espaldas, oculto en las sombras de aquella insípida cabaña.Para cuando este hablo, se dio cuenta que no había tenido tiempo de desatar a su mujer. Se levanto inmediatamente ya que se había arrodillado para poder ver a Elizabeth. Enfrentando a su enemigo quien sea que fuera.
De pronto desapareció de su campo de visión, (eso fue muy rápido) la joven inexperta apareció detrás de Evans, introduciendo la catana en su espalda, atravesando su cuerpo mientras el metal salía por el otro lado. La cantidad de sangre perdida era descomunal. Pero esa simple herida no le haría nada al vampiro.Este cayo arrodillado tocándose la abertura con la mano mientras reía por lo bajo.—Eso no es nada para mi princesa.—Vaya Evans, ya entiendo porque la tenias atada. Es
Después de un letargo sueño, Elizabeth despertó totalmente renovada. Recobro sus fuerzas, y sus heridas estaban curadas y sanadas. Agradecía que todo aquello terminara al fin, aunque sospechaba que la guerra aún no se acababa. De momento reinaba la paz en el castillo y eso, bueno eso era un respiro.Luego de asesinar a Evans y bajar de las montañas había quedado totalmente agotada. Lo único que deseaba al llegar a casa era descansar y no ser molestada bajo ningún concepto. Pero de eso hace un par de días, ya era suficiente por ende era hora de ponerse manos a la obra. Miro por la ventana desde su cómoda cama, era de noche, “perfecto” pensó. Se levanto con pereza pero decida se metio en el cuarto del baño para ducharse, al sentirse satisfecha con su baño se vistió con prendas bastante cómodas, no deseaba ponerse n
El legado continua más poderoso que nunca. Para los inmortales Eduard y Elizabeth la vida les comenzaba a cambiar a medida que su único hijo Axel se convertía en un adulto. Este joven les traería muchos problemas a la pareja, ya que a raíz de la imprudencia de este chico se vieron involucrados en una guerra innecesaria pero a la vez muy necesaria. Eduard junto con su flamante esposa Elizabeth decidieron proteger a su hijo bajo cualquier circunstancia. Toda persona o ser inmortal que pusiera en peligro la vida de Axel ellos lo destruirían. Pero estos padres abnegados no contaban con que su preciado hijo escondía poderes sorprendentes, uno de los que ellos, ni el mismo joven estuvieran al tanto. A sus problemas se les suman muchos más, cuando Axel encuentra la que cree que es su verdadero amor… Darla, una adolescente humana atacada brutalmente por una banda de tipos. Llevándola al filo de la muerte está aparece en su vida inesperadamente. Este aco