Una hermosa sonrisa y las suaves caricias que sentía en mi rostro hizo que abriera mis ojos, delante de mí se encontraba mi pequeño que me miraba tiernamente.
– Buenos dias mami, tia y yo te trajimos el desayuno – me decía señalando la mesita al lado de mi cama.
– Buenos dias cariño.
Lo abracé tirándolo encima de mí y haciéndole cosquillas en el acto, su risa era la melodía perfecta para mis oídos y la cura para mi alma.
– Gracias mi precioso cachorro – mientras restregaba la punta de mi nariz con la de él.
– Y a mi no se me dan las gracias – escuche que decía Cristal desde la puerta de l
El lunes fue un día con demasiadas emociones para Luar, desde muy temprano tuvo que dejar a su pequeño en la escuela, era su primer día con personas completamente extrañas para él.Ahora va camino hacia la empresa donde comenzará a trabajar y solo lleva en mente su carita de tristeza, sus ojitos de cachorro abandonado, se veía asustado, tan aterrorizado que le dieron ganas de sacarlo de allí corriendo, pero gracias a Cristal que los había acompañado pudo contenerse. Su corazón se sentía oprimido debido a su bebé, sus pensamientos aún se encontraban en aquel momento, de pronto sintió el claxon de un auto, que no paraba de sonar, lo cual hizo que saliera de su transe.La luz del semáforo se encontraba en verde y ella no se había percatado de eso, asi que puso en marcha el auto y siguio.Tenía que dejar de preocuparse o al menos intentarlo, si seguía así podría tener un accidente y eso solo empeorara la situación, dejando solo a su pequeño en manos de personas sin escrúpulos.Así que de
Después de salir del departamento de Cristal, Kim llegó a la mansión que comparte con Alice hecho todo una bestia, la rabia y el odio que sentía en estos momentos eran tan grandes que solo mantenía en su cabeza una sola palabra "MATARLA".En el camino había imaginado miles de maneras de como hacerlo, pero la que más retumbaba en su mente, era la de agarrar su cuello y apretarlo, hacerlo con tanta fuerza hasta escuchar como su cuello se quebraba, quería ver como sus grandes ojos desafiantes se apagaban lentamente ante su mirada.La simple idea de ver el miedo reflejado en el rostro de la omega hacía que sintiera un regocijo único, sería satisfactorio poder arrancarle su sonrisa maliciosa y borrar sus aires de superioridad.Como alma que se lleva el diablo entró a la casa directo al cuarto de Alice. Revisó cada rincón del lugar, pero no la encontró, así que salió de allí gritando el nombre de su esposa como un loco.– ALICE BROWN – vociferaba mientras abría cada puerta que se encontrab
Han sido unos meses bastante agitados, entre el trabajo, el hospital, la escuela de Ethan y su adaptación, gracias al apoyo de de mi amiga y también la de Kim, no puedo negar que estuvo en todo lo que le permiti, no protestaba por nada, el solo se limitaba a ayudarme con lo que se refería al cachorro.Aun me cuesta estar a su lado, me pongo nerviosa cada vez que lo veo, solo sentir su aroma hace que mi cuerpo entero tiemble, trato de mantener la calma y el no coopera, cada vez que tiene una oportunidad deja en claro lo que aún siente por mi, yo solo trato de evadir todo lo que tenga que ver con ese tema.Por otro lado Alice se ha mantenido alejada de nosotros y no nos ha molestado, mi padre se encuentra un poco mejor desde que le aumentaron las sesiones de hemodiálisis, al menos su aspecto no se ve tan mal, aunque en espera de un donante todavía.En el trabajo me va bien, mi jefe es bastante flexible y atento, aunque a veces me parece que más de lo que debería, siempre está pendiente
Sus penetrantes ojos se veían aún más oscuros, su mirada me hacía sentir pánico, en ese momento temía por mi seguridad, su rostro se había transformado completamente.Observaba aquellos negros orbes sin poder mover un músculo siquiera, cuando sentí un fuerte y doloroso apretón en mi brazo derecho, acción que hizo que desviara mi mirada al lugar donde el mantenía su mano.– Con que Alfa te andas revolcando? – me preguntaba con la voz aún más grave de lo normal.– No me he acostado con nadie, estaba trabajando – conteste.– Y porque apestas a Alfa? – dijo sacudiendo mi cuerpo.– Eso no te importa, yo a ti no te tengo que dar explicación alguna – le respondí desafiante, se que no es una muy buena idea en el estado en el que Kim se encuentra pero ya estoy cansada de que me llame "PUTA", al final no a cambiado como pensé o más bien quiso hacerme ver.De pronto mi cuerpo fue pegado a la pared violentamente, recibiendo un golpe en mi hombro en el proceso, algo que hizo que me quejara.– Ay…
Luar corría sin rumbo mientras gritaba el nombre de su pequeño, manteniendo la esperanza de que aún estuviese cerca de la escuela, según la maestra hacía solo unos minutos que Alice se lo había llevado.Había llamado a su amiga y está ya estaba de camino, la Omega miraba dentro de cada cafetería y tienda que se encontraba a su paso y sin saber qué más hacer agarró el teléfono marcando el número de Kim.– La loca de tu esposa tiene a mi hijo – gritó en cuanto el aparato fue descolgado sin siquiera dejarlo hablar.– ¿Cómo? – preguntaba confundido el Alfa.– Que Alice tiene a Ethan – le repitió una vez más en su desesperación.– ¿Dónde estás? – preguntaba Collins tratando de mantener la calma debido a lo que acababa de escuchar.– No se, cerca de la escuela, estoy…– Mándame tu ubicación, voy saliendo para allá – diciéndole esto el Alfa colgó, tomo sus cosas y salió de la empresa a toda prisa.La preocupación de Kim iba en aumento solo de imaginar lo que podría hacerle Alice a su hijo po
Oliver Collins mantenía una mirada invasiva sobre la omega, repasando de arriba abajo cada detalle de la chica, acción que generaba qué Luar comenzará a encontrarse aún más incómoda, el Alfa la observaba fijamente y de una manera intensa.La Omega podía sentirse completamente desnuda ante aquellos ojos lascivos, jamás en su vida se había sentido tan vulgar, sucia tan reducida a nada, empezaba a sentirse aturdida debido a que Oliver hacía que su ya fuerte aroma a madera se sintiera cada vez más intenso.– Nana lleva al pequeño a la cocina y prepara algo para que meriende – ordenó Oliver.– No señor gracias – dijo Luar como pudo, sintiendose mareada ante aquel olor – Ya nos vamos.– Haz lo que te ordene – habló el Alfa imponente sin tomarle ninguna importancia a lo que acaba de decir Luar.A la beta no le quedó más remedio que hacer lo que se le había dicho, mirando con curiosidad al alfa, tratando de entender que planeaba el señor Collins, llevaba demasiados años al lado de ese hombre
– Contesta mi pregunta pequeña zorra – gritaba furioso Oliver.Kim al ver qué su padre se acercaba a Luar fue más rápido y se interpuso entre la Omega y el Alfa.– No te atrevas a tocarla – hablo de manera amenazante.– Entonces que expliqué de qué mierda está hablando – dijo cerca del rostro de su hijo.– Yo no tengo nada más que hablar con usted – contesto la chica – Vámonos Kim por favor, solo quiero salir de aquí y llevarme a mi hijo – el Alfa la miró con el rabillo del ojo y pudo notar lo nerviosa que se encontraba, así que agarró su mano estrechando la suavemente para que supiera que él estaba ahí para defenderla a ella y a su cachorro.En ese mismo instante pudieron ver qué Ethan venía corriendo.– Quiero estar con mi mami, ella me necesita – le gritaba el pequeño a la beta que venía tras él.Al ver a su mamá corrió hacia ella y aunque Luar había abierto los brazos para recibirlo, el cachorro no llegó a ella, se detuvo delante de Kim y miro molestó a Oliver en tanto dejaba esc
Ethan se encontraba dormido y acurrucado en los brazos de su madre, sus oscuros cabellos caían en su delicado rostro dándole una apariencia angelical, algo que hace unas horas había perdido por unos minutos.Su respiración era tranquila, aunque se podía escuchar algún que otro suspiro y pequeños hipidos de vez en cuando debido a todo el tiempo que estuvo llorando.Luego de haber salido de la mansión de Oliver, Kim condujo su auto hacia el lugar más tranquilo que conocía, su acogedora casa en la playa, su refugio cuando siente que ya no da mas, donde guarda hermosos recuerdos junto a su madre que aunque son pocos los atesora en su memoria, aquella casita que le hacía revivir instantes entrañables junto a Luar, los días más felices que recuerda haber tenido junto a la omega.Hacía mucho tiempo Kim no visitaba la casa, aunque a veces se sentía ahogado por los problemas no se atrevía a dejar sola a la pequeña Lacely con la loca de su madre y aunque se sentía preocupado por su hija, en est