Capítulo 25 —ConflictosNarrador:Jordan tenía razón cuándo decía que su hermana se estaba viendo con alguien, pero él no sabía con quién, porque se lo ocultaban muy bien.—Pensé que no vendrías, Eli.—¿Porque no iba a venir, si te dije que lo haría?—Es que está la fiesta, esa que tiene eso, que a ti tanto te gusta, mucho glamour.—¿Pero qué tonterías dices?, sabes que todo eso no me gusta. Además, irá mi hermano con mi hermanastra y están en pleno conflicto. No tengo ganas de estar en el medio.—¿En pleno conflicto, dices?—Sí, no sé bien, solo que parece que, la estúpida de la Kristen, esa, la modelo que andaba con mi hermano, salió haciendo unas declaraciones a un periodista, sobre un supuesto conflicto de intereses por las empresas, entre ellos.—Ellos tienen conflictos, pero no por las empresas, precisamente.—¿A qué te refieres, Patricio?—Nada, olvídalo —y tomándola de la cintura, la trajo hacia él —No creo que hayas venido a hablar sobre tus hermanos —y poniendo sus labios so
Capítulo 26 —El aparatito...Jordan:Una vez en la fiesta, estuvimos juntos bastante tiempo. Saludamos a muchas personas conocidas, con las que hacíamos habitualmente negocios. Había políticos, gente del jet set, e infinidad de personalidades de todas las profesiones. En un momento, Ginebra me presentó a unas amigas. Como siempre, fui el centro de atención, no lo niego, pero no quería ser el centro de atención de esas chicas, quería ser el de ella. Así que me disculpé, con la excusa de dejarlas hablando de cosas de chicas, y que yo necesitaba ir a la barra y me alejé. Pero en realidad quería observarla de lejos, esa mujer movía mi piso haciendo que mi mundo tambaleara. Aún no tenía en claro qué era lo que me hacía sentir, más allá de la atracción sex*ual, que era brutal, pero había algo más, que aún no descifraba. Estaba absorto en mis pensamientos, bebiendo un cóctel, tranquilamente, cuando metí mi mano en el bolsillo, y me encontré con el aparatito, que lo había olvidado y soy since
Capítulo 27 —Tu y yoGinebra:Abriendo mis ojos apenas el día inició, los recuerdos de la noche anterior me invadieron. Jordán, era un completo idiota, un inmaduro de lo peor, pero que sabía poner mi mundo de cabeza en cuestión de segundos; era impredecible, desvergonzado y un atrevido que me atraía, pero que me negaba a tener cerca de mí. Tomando asiento en mi cama, mordí mi labio inferior, por lo que provocó el vibrador del carajo en mí, que aunque detesté que fuera manipulado por él. ¿Cómo era posible que me hiciera sentir esas cosas sin siquiera tocarme? Repitiéndome a mí misma que mis deseos eran prohibidos, me levanté de la cama, y dirigiéndome al baño, me preparé para trabajar. Tendría que verle a la cara después de lo sucedido, no sabía cómo, pero tendría que hacerlo; aunque en mi interior deseaba cobrarme cada una de las que me había hecho; iniciando por él oral de Cristina en la oficina de mi padre, lo cual era una deshonra a su memoria, y por supuesto, el obligarme a usar e
Capítulo 28 —El postreJordan:Cuando vi a Ginebra, entrar en mi oficina y acercarse a mí, con paso firme, y, dado lo que le había hecho la noche anterior, me preparé para recibir como mínimo una bofetada. Pero, para mi sorpresa, me corrió del escritorio y se acercó muy peligrosamente para hablarme.—¿Qué te parece una cena entre tú y yo? Esta noche, en mi casa, con velas un vino costoso y como postre; una intensa faena de se*xo —y luego agregó —tu juguete de anoche, me dejó con ganas de más y necesito de tu café anti resacaEstuve tentado de arrancarle la ropa, tirarla sobre el escritorio y ahí mismo follarla, pues, para ese entonces, mi miem*bro se había hinchado de una manera, que me dolía. Pero, cuando me dijo que quería cumplir mi fantasía sex*ual, de vestirse con porta ligas y gafas, jugando a la secretaria, casi me corro. Así que cuánto se fue y pude calmarme, llamé a mi secretaria para que viniera a mi oficina—¿Qué necesita, señor Sinclair?—Sí, Aurora, necesito que me ayudes
Capítulo 29: Las omisionesJordan:Me sentía tan frustrado, que tenía ganas de salir corriendo, obviamente no podía hacerlo, tenía que comportarme, ella parecía divertirse, con la broma que me había jugado. Yo, por el contrario, pero no le daría la satisfacción de quedar mal delante de nuestros padres, así que, me vestí con mi mejor sonrisa y acompañé a Frida a la cocina, para prepararme el bendito refresco, que, por otro lado, lo necesitaba, porque con algo tenía que disolver, el nudo en mi garganta.—La verdad, Jordan, es que me alegro mucho, de que hayas podido venir y ahora que me acompañes, así podemos conversar un poco tú y yo, a solas que nunca hemos tenido la oportunidad.—Frida, para mí siempre es un placer conversar contigo. Ya te lo he dicho, le has cambiado la vida a mi padre para bien, lo veo feliz. Así que creo que nunca te lo podré agradecer lo suficiente.—Yo quiero muchísimo a tu padre, no eres un niño, no tengo que explicarte nada, pero me gustaría que nos convirtiér
Capítulo 30 —Me cansé Ginebra:Necesitaba vengarme del muy desgraciado, él no podía llegar a jugar conmigo así nada más, y salir ileso. Por lo que, viendo la oportunidad, recurrí al juego más bajo que conocía, jugar con sus emociones. Así que cuando llegó la hora de nuestra cita, opté por tomar mi lugar en la estancia de mi casa, en donde tendría una vista privilegiada de su cara, al hallar a Oliver, y a mi madre aquí.—Te veo muy risueña hoy, Ginebra ¿Se solucionaron los problemas con Brian?Tomando lugar a mi lado, Frida preguntó manteniendo una copa en su mano. El solo hecho de escuchar la mención del nombre de mi ex, hizo que mi estómago se removiera; aun así, no permití que esto borrara la sonrisa en mi rostro, necesitaba ver a Jordan, por lo que de la misma manera solo asentí.—No… Y creo que eso vaya a suceder. Estoy feliz, mamá. La vida me sonríe, todo en la empresa va de las mil maravillas, soy libre, y exitosa ¿Qué más puedo pedir?Mi madre me sonrió un poco al escuchar mi
Capítulo 31 —TraductorNarrador:Al día siguiente, como era costumbre, Ginebra se dirigió a la empresa, y siendo seguida por Marcela, quien le indicaba sus tareas, esta le dio una magnífica noticia.—Otra cosa, Señorita LeBlanc, los árabes han respondido a nuestros correos, y desean conocer mejor su propuesta esta tarde, por videoconferencia.Ginebra, palideció ante esto ¿Esa misma tarde? ¿De un momento a otro, sin anunciar esto con anticipación? Que si bien, el mercado del medio oriente era uno de sus objetivos, había algo que no le permitía celebrar tal respuesta del todo, y esto se debía a que ella no dominaba el idioma.—¿Cómo? ¿Así nada más? Yo necesito prepararme, buscar un traductor… Es demasiado apresurado —Encogiéndose de hombros sin saber qué decir, Marcela notó a Ginebra un poco nerviosa, y escuchando el pitido del elevador llegando a su destino, la heredera preguntó —¿A qué hora será?Saliendo de la caja metálica apenas, las puertas se abrieron, Ginebra salió luciendo verd
Capítulo 32 —La reina del baileNarrador:Ginebra le había pedido la ayuda a Jordan, para las negociaciones con los árabes, y él había hecho un excelente trabajo, más allá de dominar el idioma, con bastante fluidez, también era muy bueno cuando de negociaciones se trataba. Así que todo se dio con normalidad, ambas partes quedaron satisfechas y de encontrarse, en persona, en ese país, unos días más tarde.—¿En serio te vas a Dubái con Ginebra? —interrogó Patricio muy sorprendido—Sí, Patricio, tenemos que ir a cerrar unas negociaciones ¿Cuál es tu asombro?—¿Asombro? No, asombro ninguno, eres bueno para eso, solo digo que unos días solos, con la reina del baile, tu cabeza va a estallar.—No digas eso, Patricio, yo, cuando es necesario y quiero, puedo ser muy profesional,—Pues sí, te escuchas muy profesional, tanto que ni siquiera has mencionado, de que no te gusta ni un poquito, la idea de ir a Dubái. ¿Se lo has dicho?—Deja de estar tan interesado en mí y empieza a interesarte, por l