Capítulo 28 —El postreJordan:Cuando vi a Ginebra, entrar en mi oficina y acercarse a mí, con paso firme, y, dado lo que le había hecho la noche anterior, me preparé para recibir como mínimo una bofetada. Pero, para mi sorpresa, me corrió del escritorio y se acercó muy peligrosamente para hablarme.—¿Qué te parece una cena entre tú y yo? Esta noche, en mi casa, con velas un vino costoso y como postre; una intensa faena de se*xo —y luego agregó —tu juguete de anoche, me dejó con ganas de más y necesito de tu café anti resacaEstuve tentado de arrancarle la ropa, tirarla sobre el escritorio y ahí mismo follarla, pues, para ese entonces, mi miem*bro se había hinchado de una manera, que me dolía. Pero, cuando me dijo que quería cumplir mi fantasía sex*ual, de vestirse con porta ligas y gafas, jugando a la secretaria, casi me corro. Así que cuánto se fue y pude calmarme, llamé a mi secretaria para que viniera a mi oficina—¿Qué necesita, señor Sinclair?—Sí, Aurora, necesito que me ayudes
Capítulo 29: Las omisionesJordan:Me sentía tan frustrado, que tenía ganas de salir corriendo, obviamente no podía hacerlo, tenía que comportarme, ella parecía divertirse, con la broma que me había jugado. Yo, por el contrario, pero no le daría la satisfacción de quedar mal delante de nuestros padres, así que, me vestí con mi mejor sonrisa y acompañé a Frida a la cocina, para prepararme el bendito refresco, que, por otro lado, lo necesitaba, porque con algo tenía que disolver, el nudo en mi garganta.—La verdad, Jordan, es que me alegro mucho, de que hayas podido venir y ahora que me acompañes, así podemos conversar un poco tú y yo, a solas que nunca hemos tenido la oportunidad.—Frida, para mí siempre es un placer conversar contigo. Ya te lo he dicho, le has cambiado la vida a mi padre para bien, lo veo feliz. Así que creo que nunca te lo podré agradecer lo suficiente.—Yo quiero muchísimo a tu padre, no eres un niño, no tengo que explicarte nada, pero me gustaría que nos convirtiér
Capítulo 30 —Me cansé Ginebra:Necesitaba vengarme del muy desgraciado, él no podía llegar a jugar conmigo así nada más, y salir ileso. Por lo que, viendo la oportunidad, recurrí al juego más bajo que conocía, jugar con sus emociones. Así que cuando llegó la hora de nuestra cita, opté por tomar mi lugar en la estancia de mi casa, en donde tendría una vista privilegiada de su cara, al hallar a Oliver, y a mi madre aquí.—Te veo muy risueña hoy, Ginebra ¿Se solucionaron los problemas con Brian?Tomando lugar a mi lado, Frida preguntó manteniendo una copa en su mano. El solo hecho de escuchar la mención del nombre de mi ex, hizo que mi estómago se removiera; aun así, no permití que esto borrara la sonrisa en mi rostro, necesitaba ver a Jordan, por lo que de la misma manera solo asentí.—No… Y creo que eso vaya a suceder. Estoy feliz, mamá. La vida me sonríe, todo en la empresa va de las mil maravillas, soy libre, y exitosa ¿Qué más puedo pedir?Mi madre me sonrió un poco al escuchar mi
Capítulo 31 —TraductorNarrador:Al día siguiente, como era costumbre, Ginebra se dirigió a la empresa, y siendo seguida por Marcela, quien le indicaba sus tareas, esta le dio una magnífica noticia.—Otra cosa, Señorita LeBlanc, los árabes han respondido a nuestros correos, y desean conocer mejor su propuesta esta tarde, por videoconferencia.Ginebra, palideció ante esto ¿Esa misma tarde? ¿De un momento a otro, sin anunciar esto con anticipación? Que si bien, el mercado del medio oriente era uno de sus objetivos, había algo que no le permitía celebrar tal respuesta del todo, y esto se debía a que ella no dominaba el idioma.—¿Cómo? ¿Así nada más? Yo necesito prepararme, buscar un traductor… Es demasiado apresurado —Encogiéndose de hombros sin saber qué decir, Marcela notó a Ginebra un poco nerviosa, y escuchando el pitido del elevador llegando a su destino, la heredera preguntó —¿A qué hora será?Saliendo de la caja metálica apenas, las puertas se abrieron, Ginebra salió luciendo verd
Capítulo 32 —La reina del baileNarrador:Ginebra le había pedido la ayuda a Jordan, para las negociaciones con los árabes, y él había hecho un excelente trabajo, más allá de dominar el idioma, con bastante fluidez, también era muy bueno cuando de negociaciones se trataba. Así que todo se dio con normalidad, ambas partes quedaron satisfechas y de encontrarse, en persona, en ese país, unos días más tarde.—¿En serio te vas a Dubái con Ginebra? —interrogó Patricio muy sorprendido—Sí, Patricio, tenemos que ir a cerrar unas negociaciones ¿Cuál es tu asombro?—¿Asombro? No, asombro ninguno, eres bueno para eso, solo digo que unos días solos, con la reina del baile, tu cabeza va a estallar.—No digas eso, Patricio, yo, cuando es necesario y quiero, puedo ser muy profesional,—Pues sí, te escuchas muy profesional, tanto que ni siquiera has mencionado, de que no te gusta ni un poquito, la idea de ir a Dubái. ¿Se lo has dicho?—Deja de estar tan interesado en mí y empieza a interesarte, por l
Capítulo 33 —Por fin en DubáiJordan:Ginebra había intentado hablar conmigo de lo sucedido la noche de la cena. Pero yo no quise hacerlo, no estaba preparado todavía, no sé para qué tenía que prepararme, pero todavía no lo estaba. Y pensé que no sería buena idea antes de nuestro viaje. Así que le dije que lo hablaríamos a la vuelta. Estuvo de acuerdo, creo que hasta aliviada, lo tenemos que hablar por obligación, pero ninguno de los dos quiere hacerlo en realidad. Esa noche estuvimos hasta tarde, en su oficina, retocando hasta el último detalle de la propuesta, para que fuera perfecta y lo era, imposible que la rechazaran. En eso, ella era muy meticulosa y era un placer ver su trabajo tan minucioso. Ahora solo nos restaba abordar ese avión y dirigirnos a nuestro destino. Ese día me levanté temprano, en realidad casi no dormí, no sé por qué estaba tan nervioso y no eran las negociaciones, creo que era el viajar con ella. Nuestro avión tenía que despegar a las 10 de la mañana, así que,
Capítulo 34 —CelebremosJordan:Y así venía, caminando peligrosamente hacia mí, no tengo muy en claro si ella sabía lo que me hacía sentir o no. Al llegar, simplemente se sentó en el taburete que estaba a mi lado y me sonrío.—Te ves especialmente hermosa esta noche—Muchas gracias —me agradeció algo incrédula—Es que, realmente, estás espectacular—Jordan, si sigues así, vas a avergonzarme—No, tú me avergüenzas, porque la gente me mira y dice “¿qué hace una mujer tan hermosa, con ese hombre tan horrible?”—Eres un tonto. Ya cállate, pídeme algo de beber—¿No quieres comer algo primero?—No, estoy bien—Insisto, deberíamos comer, no te cae bien la bebida con el estómago vacío —y le guiñé un ojo—No sé a qué te refieres —y su cara se puso roja hasta las orejas—Ya te lo explicaré, vayamos a cenarMe bajé del taburete y extendiéndole la mano, ella también lo hizo, la cogió y así nos dirigimos hasta el restaurante del propio hotel a cenar. Durante la cena, charlábamos de varias cosas, n
Capítulo 35 —¿Cómo te sientes?Ginebra:Me observaba una última vez en el espejo, antes de bajar a encontrarme con Jordán, para celebrar.La verdad, estaba completamente demente al vestir de esa manera, pero deseosa al ver la cara de mi hermanastro al descubrir que no traía nada de ropa interior bajo el revelador vestido, fue que sonreí.Agitando mi pie impaciente, cuando las puertas del elevador se abrieron, salí tratando de exudar sensualidad, y llegando al bar del hotel, apenas me quedé de pie en la entrada del lugar, contemplé mi objetivo en la barra, tomando un trago—Esto es una locura.Musité antes de llegar a su lado, notando como la mirada lujuriosa de Jordán se posaba en mí; la verdad sabía que estaba jugando con fuego, pero una parte de mi deseaba hacerlo, arder en llamas junto a él, aunque tal vez después me arrepintiera.Insistiendo en ir a comer antes de tomar licor, nos dirigimos al restaurante del lugar, y fascinada por lo caballeroso que se comportaba durante la cena,