Capítulo 22 —Regresó a la realidadNarrador:Un par de días trascurrieron, en donde Ginebra y Jordán poco interactuaron. Ella aún se hallaba resentida con él; por lo que observó en su oficina. Y él, permanecía de la misma forma, pero por lo que pensó que sucedió con Brian en su oficina.—Me parece magnífico, señor Sinclair, que se inicie la fabricación de inmediato.Culminando la supervisión en uno de los talleres, la heredera LeBlanc dio la orden que sería ejecutada enseguida, y manteniéndose de pie a su lado preparado para obedecer, Jordán solo asintió.—Como usted ordene, señorita LeBlanc.Tratando de ser lo más profesional posible, él respondió de manera automática, despojado de cualquier emoción; y saliendo del taller, ella se dirigió a su oficina completamente sola. Para Ginebra, lo sucedido aquel día, era indicio de que eran muy diferentes, y que justo en ese momento tenía que detener lo que fuese que estuviera sucediendo entre ellos. Por lo que ninguno de los dos trató de forz
Capítulo 23 —Por favor, relájate un pocoNarrador:Iniciando su rutina matutina, Ginebra ingresaba al amplio lobby de industrias LeBlanc, su humor ese día no era el mejor, ya que la migraña de esa mañana no la dejaba permanecer serena, por lo que pidiendo un café bien cargado, llegó a su oficina en donde la esperaba una pila de informes para ser revisados.—Gracias, por favor que nadie me interrumpa, revisaré un par de documentos antes del mediodía.Pidiendo cero interrupciones, Ginebra por unos minutos centró su mirada en las noticias en su teléfono, y escupiendo el sorbo de café que apenas tomaba, se colocó de pie furiosa. En primer lugar, por manchar su pantalón blanco recién colocado, y en segundo, por el titular que se reflejaba en la primera plana en la página de chismes de la ciudad“¿Rivalidad entre los nuevos hermanos Sinclair y LeBlanc? ¿Será esto una complicación para el próximo desfile en conjunto?Al parecer, los herederos de la industria de la moda, Jordan Sinclair y Gin
Capítulo 24 —Fantasía Sex*ualJordan: Realmente, me había caído muy mal, la visita de Ginebra a mi oficina. Entrar con esa prepotencia, como si se llevara al mundo por delante. Esa mujer me estaba sacando de quicio. Así que cuando me pidió ayuda, para reconstruir nuestra imagen, la chispa de maldad se encendió en mi interior, esa que hacía tiempo estaba dormida y que ella había despertado, aquella noche, de nuestro café anti resaca. Por lo que le dije que sí la acompañaría, pero con la condición de que tenía que usar algo. Y ese algo era un juguete sex*ual, que yo había visto en una publicidad y que me pareció bastante interesante. Así que cuando ella salió de mi oficina, fui derecho a una tienda especializada, a comprar un huevo vibrador, pues así se llama. Me fui a casa y leí detenidamente el instructivo, quería divertirme, no causarle daño, obviamente era inofensivo y por lo que se leía, y los videos que vi, bastante placentero.—¿A dónde vas, Eli? —intercepté a mi hermana, que l
Capítulo 25 —ConflictosNarrador:Jordan tenía razón cuándo decía que su hermana se estaba viendo con alguien, pero él no sabía con quién, porque se lo ocultaban muy bien.—Pensé que no vendrías, Eli.—¿Porque no iba a venir, si te dije que lo haría?—Es que está la fiesta, esa que tiene eso, que a ti tanto te gusta, mucho glamour.—¿Pero qué tonterías dices?, sabes que todo eso no me gusta. Además, irá mi hermano con mi hermanastra y están en pleno conflicto. No tengo ganas de estar en el medio.—¿En pleno conflicto, dices?—Sí, no sé bien, solo que parece que, la estúpida de la Kristen, esa, la modelo que andaba con mi hermano, salió haciendo unas declaraciones a un periodista, sobre un supuesto conflicto de intereses por las empresas, entre ellos.—Ellos tienen conflictos, pero no por las empresas, precisamente.—¿A qué te refieres, Patricio?—Nada, olvídalo —y tomándola de la cintura, la trajo hacia él —No creo que hayas venido a hablar sobre tus hermanos —y poniendo sus labios so
Capítulo 26 —El aparatito...Jordan:Una vez en la fiesta, estuvimos juntos bastante tiempo. Saludamos a muchas personas conocidas, con las que hacíamos habitualmente negocios. Había políticos, gente del jet set, e infinidad de personalidades de todas las profesiones. En un momento, Ginebra me presentó a unas amigas. Como siempre, fui el centro de atención, no lo niego, pero no quería ser el centro de atención de esas chicas, quería ser el de ella. Así que me disculpé, con la excusa de dejarlas hablando de cosas de chicas, y que yo necesitaba ir a la barra y me alejé. Pero en realidad quería observarla de lejos, esa mujer movía mi piso haciendo que mi mundo tambaleara. Aún no tenía en claro qué era lo que me hacía sentir, más allá de la atracción sex*ual, que era brutal, pero había algo más, que aún no descifraba. Estaba absorto en mis pensamientos, bebiendo un cóctel, tranquilamente, cuando metí mi mano en el bolsillo, y me encontré con el aparatito, que lo había olvidado y soy since
Capítulo 27 —Tu y yoGinebra:Abriendo mis ojos apenas el día inició, los recuerdos de la noche anterior me invadieron. Jordán, era un completo idiota, un inmaduro de lo peor, pero que sabía poner mi mundo de cabeza en cuestión de segundos; era impredecible, desvergonzado y un atrevido que me atraía, pero que me negaba a tener cerca de mí. Tomando asiento en mi cama, mordí mi labio inferior, por lo que provocó el vibrador del carajo en mí, que aunque detesté que fuera manipulado por él. ¿Cómo era posible que me hiciera sentir esas cosas sin siquiera tocarme? Repitiéndome a mí misma que mis deseos eran prohibidos, me levanté de la cama, y dirigiéndome al baño, me preparé para trabajar. Tendría que verle a la cara después de lo sucedido, no sabía cómo, pero tendría que hacerlo; aunque en mi interior deseaba cobrarme cada una de las que me había hecho; iniciando por él oral de Cristina en la oficina de mi padre, lo cual era una deshonra a su memoria, y por supuesto, el obligarme a usar e
Capítulo 28 —El postreJordan:Cuando vi a Ginebra, entrar en mi oficina y acercarse a mí, con paso firme, y, dado lo que le había hecho la noche anterior, me preparé para recibir como mínimo una bofetada. Pero, para mi sorpresa, me corrió del escritorio y se acercó muy peligrosamente para hablarme.—¿Qué te parece una cena entre tú y yo? Esta noche, en mi casa, con velas un vino costoso y como postre; una intensa faena de se*xo —y luego agregó —tu juguete de anoche, me dejó con ganas de más y necesito de tu café anti resacaEstuve tentado de arrancarle la ropa, tirarla sobre el escritorio y ahí mismo follarla, pues, para ese entonces, mi miem*bro se había hinchado de una manera, que me dolía. Pero, cuando me dijo que quería cumplir mi fantasía sex*ual, de vestirse con porta ligas y gafas, jugando a la secretaria, casi me corro. Así que cuánto se fue y pude calmarme, llamé a mi secretaria para que viniera a mi oficina—¿Qué necesita, señor Sinclair?—Sí, Aurora, necesito que me ayudes
Capítulo 29: Las omisionesJordan:Me sentía tan frustrado, que tenía ganas de salir corriendo, obviamente no podía hacerlo, tenía que comportarme, ella parecía divertirse, con la broma que me había jugado. Yo, por el contrario, pero no le daría la satisfacción de quedar mal delante de nuestros padres, así que, me vestí con mi mejor sonrisa y acompañé a Frida a la cocina, para prepararme el bendito refresco, que, por otro lado, lo necesitaba, porque con algo tenía que disolver, el nudo en mi garganta.—La verdad, Jordan, es que me alegro mucho, de que hayas podido venir y ahora que me acompañes, así podemos conversar un poco tú y yo, a solas que nunca hemos tenido la oportunidad.—Frida, para mí siempre es un placer conversar contigo. Ya te lo he dicho, le has cambiado la vida a mi padre para bien, lo veo feliz. Así que creo que nunca te lo podré agradecer lo suficiente.—Yo quiero muchísimo a tu padre, no eres un niño, no tengo que explicarte nada, pero me gustaría que nos convirtiér