Capítulo 17—Es su culpa Ginebra¿No había sucedido nada, y recordaba claramente lo que le hice? Colocandome de pie una vez vi la puerta cerrarse, tomé una de las almohadas en la cama, y arrojándola a la nada traté de desahogar la frustracion que me estaba ahogando¿Que carajos le sucedia a Jordan? ¿Era yo la que tomaba, y el que se embriagaba y olvidaba todo era él? Bajando la vista a mi cuerpo, recordé que necesitaba una buena ducha con urgencia, y caminando hasta el baño, me preparé para marcharme de allí. Yo no podia quedarme en esa casa totalmente desconocida, menos después de lo que sucedió e indignada por su rechazo, tomé mi bolsa y salí de su habitación.— Te prometo que regresaré para cenar juntos, Jordan, ahora tengo algo de prisa.Descendiendo por las enormes escaleras de marmol, escuché la voz de Elizabeth resonando desde la cocina, y pretendiendo marcharme de alli sin ser vista, fui atrapada cuando su hermana salió a la estancia siendo seguida por él.— ¿Por que llevas esa
Capítulo 18—DecepciónGinebra—¿Estás segura de que Jordán no tomó nada de licor?Afirmando con mi cabeza, finalizaba mi relato sobre lo sucedido con Jordán, lo cual me tenía verdaderamente indignada.¿Acaso ya no le gustaba como para rechazarme de esa manera?Sintiéndome un poco trastocada, preferí tomar un sorbo de mi batido, y bajando mis gafas de sol, me dispuse a broncear mi cuerpo en silencio, aprovechando el fantástico sol que hacía.—¿Y por qué no lo encaras Ginebra? ¿Por qué no enfrentas a Jordán, y le preguntas que es lo que le sucede? No se supone que ustedes son adultos como para estar comportándose como dos niños.La verdad, las palabras de Fio me parecían muy acertadas, en realidad no era para nada sano ignorar lo que pasó, por lo que al otro día en la empresa hablaría muy en serio con él.—Aunque aquí entre nos… Me sorprende que fueses tan atrevida para hacer algo como esoSoltando una carcajada, Fio hizo que mis mejillas ardieran por la vergüenza que sentía, y remojando
Capítulo 19 —El chico maravilla Narrador:Si bien Jordan estaba enojado e indignado, con la sola idea de imaginarse a Ginebra en brazos de otro hombre, lo que más le sorprendía, era cómo se sentía respecto a eso. Estar tan enfadado, porque a una mujer con la que él había estado, tuviera una aventura con otro hombre, era nuevo para él y también inexplicable, eso hacía que su enojo fuera mayor. Así que ofuscado, se retiró a su oficina y trató de concentrarse en el trabajo. Pero al no lograrlo, pasó la mano por encima del escritorio y tiro todo lo que allí se encontraba, emitiendo un gruñido casi en un grito. Se quitó el saco y la corbata de un tirón y los dejó caer en el sillón, se desprendió los primeros botones de la camisa, pues el aire le faltaba. Esto que le estaba ocurriendo, era nuevo para él, todo su mundo se estaba poniendo de cabeza y no entendía por qué. Así que tenía que pararlo de alguna manera o iba a volverse loco. Se metió las manos en los bolsillos del pantalón y giró
Capítulo 20 —¿Acaso tenía razón?Ginebra:Observar a Cristina darle placer a Jordán con su boca me hizo sentir una ira que jamás pensé experimentar en mi vida; y lo peor de todo, fue su sonrisa cínica al finalizar. Era evidente que él elegía estar con ella antes que conmigo, y fue este el motivo de su rechazo aquella noche. Escuchando como ambos salían de la oficina, mientras mi espalda reposaba en la fría cerámica escondida en el baño, sentí que en mi garganta se formaba un nudo. ¿A que pretendía jugar? ¿A ser la mujer atrevida que intentaba seducir a su nuevo hermanastro? Escuchando como la puerta era cerrada, regresé a la realidad, y saliendo de mi escondite, me quedé de pie a media oficina, mientras veía los objetos del escritorio de Jordan esparcidos por el suelo. Y pensar que llegue imaginar que se hallaba celoso por la visita de Brian. Exhalando algo de aire, sonreí por lo ilusa que fui; Jordan fue solo una noche de copas, eso era yo para él, y eso mismo debía ser él, para mí,
Capítulo 21 —Un lío gordo Jordan: Cada vez que tenía Ginebra cerca, me volvía loco, no podía evitar tratar de besarla, estrujarla y de procurar hacerla mía. Me estaba matando el guardar silencio, con respecto a lo que había pasado la noche del desfile. Con lo que me había hecho, ella había logrado volverme más loco de lo que ya me tenía. Creo que sintió vergüenza después, por eso se refugiaba, en el hecho de que había bebido de más, para querer hacerme creer que no se acordaba, pero lo recordaba perfectamente, lo noté en sus ojos la mañana siguiente y cuando le dije que la invitaba con el desayuno; tostadas, café y leche; con esto último su cara ardió y eso no se disimula. Y al escapar con mi hermana, terminó de confirmármelo. Pero bueno, tendría que seguir comportándome como casi un caballero y esperar que fuera ella la que diera indicios. Ese día teníamos reunión cerca del mediodía. Yo pensaba invitarla a almorzar, así nos distraeríamos un poco y salíamos del plano laboral, en el
Capítulo 22 —Regresó a la realidadNarrador:Un par de días trascurrieron, en donde Ginebra y Jordán poco interactuaron. Ella aún se hallaba resentida con él; por lo que observó en su oficina. Y él, permanecía de la misma forma, pero por lo que pensó que sucedió con Brian en su oficina.—Me parece magnífico, señor Sinclair, que se inicie la fabricación de inmediato.Culminando la supervisión en uno de los talleres, la heredera LeBlanc dio la orden que sería ejecutada enseguida, y manteniéndose de pie a su lado preparado para obedecer, Jordán solo asintió.—Como usted ordene, señorita LeBlanc.Tratando de ser lo más profesional posible, él respondió de manera automática, despojado de cualquier emoción; y saliendo del taller, ella se dirigió a su oficina completamente sola. Para Ginebra, lo sucedido aquel día, era indicio de que eran muy diferentes, y que justo en ese momento tenía que detener lo que fuese que estuviera sucediendo entre ellos. Por lo que ninguno de los dos trató de forz
Capítulo 23 —Por favor, relájate un pocoNarrador:Iniciando su rutina matutina, Ginebra ingresaba al amplio lobby de industrias LeBlanc, su humor ese día no era el mejor, ya que la migraña de esa mañana no la dejaba permanecer serena, por lo que pidiendo un café bien cargado, llegó a su oficina en donde la esperaba una pila de informes para ser revisados.—Gracias, por favor que nadie me interrumpa, revisaré un par de documentos antes del mediodía.Pidiendo cero interrupciones, Ginebra por unos minutos centró su mirada en las noticias en su teléfono, y escupiendo el sorbo de café que apenas tomaba, se colocó de pie furiosa. En primer lugar, por manchar su pantalón blanco recién colocado, y en segundo, por el titular que se reflejaba en la primera plana en la página de chismes de la ciudad“¿Rivalidad entre los nuevos hermanos Sinclair y LeBlanc? ¿Será esto una complicación para el próximo desfile en conjunto?Al parecer, los herederos de la industria de la moda, Jordan Sinclair y Gin
Capítulo 24 —Fantasía Sex*ualJordan: Realmente, me había caído muy mal, la visita de Ginebra a mi oficina. Entrar con esa prepotencia, como si se llevara al mundo por delante. Esa mujer me estaba sacando de quicio. Así que cuando me pidió ayuda, para reconstruir nuestra imagen, la chispa de maldad se encendió en mi interior, esa que hacía tiempo estaba dormida y que ella había despertado, aquella noche, de nuestro café anti resaca. Por lo que le dije que sí la acompañaría, pero con la condición de que tenía que usar algo. Y ese algo era un juguete sex*ual, que yo había visto en una publicidad y que me pareció bastante interesante. Así que cuando ella salió de mi oficina, fui derecho a una tienda especializada, a comprar un huevo vibrador, pues así se llama. Me fui a casa y leí detenidamente el instructivo, quería divertirme, no causarle daño, obviamente era inofensivo y por lo que se leía, y los videos que vi, bastante placentero.—¿A dónde vas, Eli? —intercepté a mi hermana, que l