Amelia se lamentó el resto de la noche por el beso, Nicolás se había apartado de ella, su indiferencia le dolió tanto que tuvo que resignarse al hecho de saber que él, nunca dejaría de verla como una carga, un simple trabajo. Salió de su habitación enfadada consigo misma, estaba bien, debía estarlo, nadie moría por amor, al menos ella estaba decidida a no morir por Nicolás. Eran las cinco de la mañana, estaba tentada a ensillar su caballo y salir de paseo sola, sin escolta, pero el recuerdo del hombre disparándole le causó escalofríos. No podía ser imprudente, nada le podía garantizar que el tipo o los tipos que intentaron matarla estuvieran lejos.
Volvió a su habitación, cogió una bata de baño y se dirigió a la piscina, el agua debía estar cálida, la ventaja de vivir en una región de la Costa Sur, era el apabullante calor. El chapoteo del agua la hizo detenerse, correr había sido su primer impulso; pero la hacienda era segura. Nadie podría entrar al área sin
Amelia entró a su habitación, después de un largo viaje, Nicolás, no le había dirigido la palabra, se limitó a coordinar su llegada desde la radio, ella escucho su voz y suspiró, él la frustraba, pero no podía dejar de pensar en él, no después de ese beso que le hizo temblar todo el cuerpo.Subió a su habitación, era domingo por la noche, no tendría mucho que hacer, más que descansar, no tenía hambre, pero bajo a la cocina, esperaba no encontrarse con Nicolás, estaba lo suficientemente cansada para lidiar con una discusión de nuevo, bebió un poco de agua y salió rumbo a su habitación.⧓⧓⧓⧓⧓⧓⧓⧓⧓⧓Nicolás, apenas pudo concentrarse durante el viaje, se sentía estresado, cansado, Amelia, definitivamente era una tentación para él, y pensar que hasta hace poco la consideraba totalment
Nicolás, se sentía febril, algo le había causado ese estado, pero no podía pensar menos con García cerca, su cuerpo estaba demasiado cerca del suyo para su gusto.- ¡Arredondo! – Amelia entró a la cocina enojada- ¿Por qué gritas Amelia? – García perdió la formalidad y pregunto de manera irritadaAmelia paso de la mujer, tomó a Nicolás del brazo y lo saco de la cocina, aprovechando que él no había puesto resistencia ya se encargaría de la mujer después, Nicolás realmente se veía mal.La custodio se dio cuenta de su error al hablarle sin ningún respeto a Amelia, pero estaba irritada, porque tenía que volver, porque no se había perdido en la dichosa fiesta y olvidado de Nicolás esa noche.Por favor, Señorita, Nicolás, no se ha sentido bien, déjeme l
Amelia, soltó un bajo gemido, cuando su cuerpo protesto por el dolor, sonrió al recordar el motivo, extendió su brazo para buscar a Nicolás al otro lado de la cama, pero no estaba, su lado se sentía frío, abrió los ojos para darse cuenta que estaba sola en la habitación, no había rastro de Nick, trato de no darle importancia si miraba el reloj debía ser tarde y él madrugaba todos los días sin importar el día que fuera.Se levantó y dirigió sus pasos hacia la ducha, necesitaba un baño de agua caliente para relajar sus músculos y de cierta manera aliviar su dolor. Apenas el agua cayó sobre su cuerpo, se permitió cerrar los ojos y recordar las ardientes imágenes de Nicolás y ella compartiendo la misma cama, tuvo que morderse el labio para no gemir, Amelia quería creer que al fin tendría esperanzas con Nick, despué
Nicolás, estaba gritando a sus hombres de confianza, por no tener resultados eran más de las once de la noche y Amelia, no había dado una sola señal de vida, sus hombres fueron a cada lugar que Ami, solía frecuentar, incluso visitaron a los amigos que había mencionado que tenía estaban vigilados por si alguno de ellos estuviera encubriéndola, pero aun así no había un solo rastro de ella, la frustración estaba casi matándolo y se imaginaba los peores escenario, Amelia debía estar bien, tenía que estar bien.⧓⧓⧓Amelia, había decido volver, sabía que nada ganaba alejándose si al final no podía marcharse, se entretuvo en el estacionamiento antes de recargar combustible, fue a la tienda a comprar algo de comida, no utilizó tarjetas ni nada que pudiera servir para rastrearla, comió lo más lento que pudo estaba cerca de casa, por
Amelia, no podía explicar sus malestares, el dolor en su bajo vientre, aparecía cuando menos lo pensaba y se iba de la misma manera en que llegaba, afortunadamente los dolores ya no le provocaban nauseas como los primeros días y eso fue exactamente hace una semana, por lo que dejo correr, dejo de prestarle atención e importancia, seguramente era problemas de los quistes que había padecido dos años atrás había tenido síntomas parecidos.Bajo a la piscina, había tenido un poco de calambre la noche anterior, asimilo que también era falta de ejercicio así que decidió pasar un rato nadando, tenía reunión con Raquel, Ramiro y Karla por la tarde, tenía tiempo para disfrutar una mañana de sol, le sorprendió no ver hombres en las esquinas, era una rutina en su vida, no verlos era raro, pero tampoco presto atención.Nado por unos
Amelia, vomitó, su garganta ardía por el alcohol que había consumido que no fue más que un trago, al parecer su estomagó no tuvo tolerancia, algo estaba mal, podía sospecharlo ya no era normal sus síntomas: salió del cubículo para encontrarse de frente con la mirada sería de Nicolás.- ¿Qué haces aquí? – Ami, hubiera deseado que Nicolás no la siguiera a los servicios, sabía que su rostro se veía espantoso, sus ojos estaban llorosos por el esfuerzo, más nada podía hacer el hombre estaba justo delante de ella. Paso por su lado hacía el lavamanos, mojo su rostro mientras trataba de respirar con normalidad de nuevo, después de saber que nada podía postergar las preguntas de Nicolás se giró tomó una toalla de papel para secarse, bajo la atenta mirada de Nick.- ¿Estás Em
- ¿Papá qué haces aquí? - Amelia no solo estaba asustada de ver a su padre sentado en el sillón detrás de su escritorio, sino también por las palabras dichas, él no podía decirlo de enserio ¿verdad?- Sí Ami, papá - Hidalgo Contreras, se levantó de su asiento y caminó hacia su hijaNicolás, no se había movido de su lugar, no podía creer que Hidalgo escuchara su conversación.- Y bien Nicolás - Hidalgo, preguntó con rostro serio, aun le costaba creer que su pequeña Amelia, estuviera embarazada- ¿Te harás responsable del niño que Ami, espera? O ¿me veré obligado a pedirle que interrumpa su emb
Amelia, sonrió a sus amigos cuando, cada uno de ellos pasó a felicitarla por su matrimonio, ninguno sabía que estaba embarazada, no sabía cómo decirles así, que decidió esperar para darles la noticia, Angélica, su suegra la abrazó efusivamente, deseándole toda la felicidad del mundo, ella no esperaba tal cosa al lado de Nicolás, quien permanecía serio, alejado en una esquina.- Estoy tan feliz de que seas la esposa de mi hijo – Sonrió con alegría- Gracias Angélica, también agradezco que te ocuparas tan rápido de los preparativos y te pido una disculpa, por rehusarme a tener una fiesta como tu soñabas para tu único hijo, pero las circunstancias de nuestro matrimonio no…- No te preocupes hija, no estoy molesta, tú también eres hija única de Hidalgo, me costó convencerlo de aceptar tus