Amelia, sonrió a sus amigos cuando, cada uno de ellos pasó a felicitarla por su matrimonio, ninguno sabía que estaba embarazada, no sabía cómo decirles así, que decidió esperar para darles la noticia, Angélica, su suegra la abrazó efusivamente, deseándole toda la felicidad del mundo, ella no esperaba tal cosa al lado de Nicolás, quien permanecía serio, alejado en una esquina.
- Estoy tan feliz de que seas la esposa de mi hijo – Sonrió con alegría
- Gracias Angélica, también agradezco que te ocuparas tan rápido de los preparativos y te pido una disculpa, por rehusarme a tener una fiesta como tu soñabas para tu único hijo, pero las circunstancias de nuestro matrimonio no…
- No te preocupes hija, no estoy molesta, tú también eres hija única de Hidalgo, me costó convencerlo de aceptar tus
Carlos, sonrió sin soltar a Amelia, para Nicolás era una clara provocación.- Me dirás que ¿estás celoso? – Carlos, estaba tocando los botones equivocados en Nicolás y la tentación de desaparecerlo se hizo fuerte en él.- Amelia – llamó con voz sería, no entendía como después de vivir un momento maravilloso justo en el consultorio, ella se dejara abrazar de esa manera por un hombre que no era él y no eran celos.- ¿Te has enamorado de mi Ami? – Carlos parecía no querer detenerse- ¿Tu Ami?, te recuerdo que es mi esposa y que espera un hijo mío – Amelia se sonrojo, le había dicho a Carlos que iría al médico, pero no que estaba embarazada- ¿Un hijo? – Ami asintió- Tendrás un sobrino – sonrió, Carlos, parecía sorprendido, pero n
- ¿Cómo amaneció, mi pequeño frijolito hoy? - Carlos puso su mano sobre el vientre de Amelia, quien sonrió ante el acto, si hubiera podido tener un hermano le habría gustado que fuera como Carlo, cariñoso y atento, sabía que no existía ninguna intensión sexual entre ellos, porque a Carlos, las mujeres no le llamaban la atención. Era el secreto mejor guardad de su amigo y que solo compartía con ella, por supuesto que ella no se lo diría a nadie, no sería capaz de herir a su amigo de esa manera.- Tu sobrino bien y ¿tu? – Carlos pestaño fingiendo no entender- Estoy bien Amelia- Te escuche discutir por teléfono, ¿me dirás, el motivo por cual volviste?- Mis padres descubrieron lo que soy – su sonrisa desapareció mientras sus ojos se pusieron tristes- ¿Enserio? – él asinti&o
Amelia, camino detrás de Nick, por segunda vez en la noche, no sabía que era lo que, le sucedía ahora, cuando la arrastro horas atrás hacia su habitación habían tenido un intercambio de besos que al recordarlo hicieron que su cuerpo temblara de nuevo, pero ahora ¿Cuál sería el motivo?, lo descubrió cuando Nick, abrió la puerta y la invito entrar.- Feliz cumpleaños - murmuro al oído de AmiAmelia se sorprendió, era la recreación perfecta de la decoración en su noche de bodas, las velas, los pétalos de rosas sobre la cama, la botella de Champagne del mismo año que la ordenada para su boda, no quería llorar, pero las hormonas no estuvieron de acuerdo, se giró para encontrarse con Nick, quien sonreía, Amelia, temía que esto fuera un sueño, sólo un sueño, era difícil creer tanta fel
Dos semanas más tarde, Nicolás, había tomado una decisión importante sobre Estela García, no podía olvidar que era su amiga, antes de ser su compañera de trabajo, pero también era consciente de que no podría volver a confiar en ella. Fuera Amelia, o no la responsable, ella faltó a su ética profesional, a su palabra de protegerlo, esa promesa que se habían hecho hacía mucho tiempo atrás.- Estela, necesito que vengas a la biblioteca un momento – Ella asintió, dejo la sala de controles y camino tras de Nicolás, admiro su porte, su belleza, no podía creer que estuviera casado con Amelia, esa maldita mujer no podía ser su esposa- Siéntate – Nick, estaba serio, esto era difícil, pero él debía ser objetivo, Amelia Contreras, era su legitima esposa y la madre de su hijo, intentaría confiar en ella, y para
Amelia, no respondió el mensaje, sus pensamientos se llenaron de imágenes de Nick y ella juntos, sus orejas se pusieron rojas, lo que provoco las burlas, de Ramiro, Karla y Raquel, no les dio importancia, su mente estaba en otro lugar. Recordó que tendría que pasar al Centro Comercial, por ropa nueva, la que tenía estaba bien y todo, pero no se sentía a gusto con ella, la pretina de su pantalón marcaba la curva pequeña de su vientre bajo y no deseaba castigar a su bebe, así que arrastraría al causante al Centro Comercial, sonrió con picardía, Nicolás Arredondo, odiaba ir de compras. Aunque también debía admitir que el embarazo le había sentado bien después de las primeras semanas, sus caderas se habían ensanchado un poco, su trasero se había levantado y estaba más carnoso, había dicho Nick, se odio cuando los colores atacaron sus mejillas
Amelia, deseaba ir a casa, disfrutar de su marido y poder descansar un poco, pero necesitaba comprarse algo de ropa nuevamente, solo un par de cosas.- Tienes ropa suficiente, podemos ir a casa – Nick, le dijo tratando de que sus palabras no sonaran a regaño- Has visto ¿cómo crece mi barriga? – Dijo mirándolo con desespero – no pienso comprarme la tienda, solo dos o tres cosas, por favor – Nick, sonrió difícil sería decirle que no.- Eres un pervertido- ¡Perdón! – Nick, no sabía porque era atacado por su esposa- ¿Crees que no sé lo que estás pensando Nicolás Arredondo? – Ami dijo roja hasta las orejas- Cielos, ni siquiera he dicho pensando nada Ami – Nicolás temía volverse loco antes de que su hijo naciera- Te conozco- No voy a discutir contigo- Haces
Nicolás y Amelia, bajaron juntos al comedor, debieron demorar, porque eran los únicos que no habían desayunado.- Creo que dormimos un poco más de la cuenta – Amelia, rió bajo- Me temo que sí – Nicolás, le dio un beso en la frente, fue a la cocina por el desayuno para los dos, volvió, con fruta, huevos, tocino, pan tostado, juego de naranja y un café- Gracias Amelia, por estos tres meses de matrimonio, siendo sincero me has sorprendido y también has hecho que me enamore de ti – dijo con sinceridad- ¡Me haces feliz! – casi gritó, porque no quería llorar, que él admitiera estar enamorado cada vez más, le hacía sentir inmensamente feliz, había creído que su matrimonio sería un sin, sentido, donde el odio reinara, pero se había equivocado.- Gracias a ti, por estar a mi lado, p
Nicolás, suspiro frustrado, las cosas se le estaban escapando de las manos, pero no podían culparlo, el miedo a perderlas había sido demasiado grande y el terror se encerró en su corazón, había sido sólo un susto, pero era algo que no deseaba repetir, por nada de este mundo, él era consciente que al rechazarla le hacía daño, pero ¿Qué otra opción tenía? Quizá debía intentarlo, cada vez le era más y más difícil rechazarla, porque él también la estaba deseando.Después de una noche que pareció demasiada larga, Amelia, se sintió renovada, se vistió con un jeans azul de maternidad y una playera a rayas con un lindo bebe en el frente, acaricio su vientre hoy elegiría la habitación que ocuparía su hija, para decorarla, irían a elegir también los muebles, así que