Capítulo 22
En realidad, Luna empezó a arrepentirse en el momento en que salió de la oficina.

La decisión había sido impulsiva… ¿Cómo podría manejar la situación de después? Sía seguía en manos de Leandro, quien podría perfectamente negarle el derecho a ver a su hija. Había sido demasiado impulsiva, no debería ofenderle, ni haber provocado a su primer amor…

¿Ahora qué iba a hacer? Sentía como si miles de hormigas le recorrieran el corazón. Estaba ahora llena de remordimientos.

Al salir del ascensor, se encontró de frente con Rafael. Al verla, Rafael la tomó del brazo y le preguntó:

—¿Por qué saliste del ascensor? Te llamé tantas veces y no contestaste. Pensé que me dejarías plantado. ¿A dónde fuiste?

Luna se zafó de su agarre y le respondió:

—¿Para qué me hiciste venir aquí?

—¿Crees que yo quería venir? Leandro asignó el proyecto a su asistente, Yael Hernández. Por eso solo pude llamarte para hablar aquí —explicó Rafael, mientras sus ojos se posaban en Luna, quien hoy no llevaba maquillaje. Co
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