Jimena frunció el ceño con picardía. —Por supuesto, mi querido tío.

—Lo verás, la junta directiva está cerca. En la reunión, mi abuelo lo nombrará oficialmente como CEO del Grupo Rodríguez, y luego vendrá la ceremonia de compromiso con la chica de la familia Hernández.

Oh, tu hermano mayor está a punto de cosechar tanto en su carrera como en el amor. Parece que nuestra obra teatral no podrá continua—dijo Walter mientras sacaba un cigarrillo y lo sostenía en la boca, moviéndolo de un lado a otro.

—¿Quién dijo que no podrá continuar? La mejor parte de la obra acaba de comenzar—resopló Jimena.

—Querida sobrina, ¿tienes algún plan en mente?

—De repente, me pregunto si nos hemos estado enfocando en la dirección equivocada desde el principio—dijo Jimena perezosamente mientras se recostaba en la cabecera de la cama con una voz siniestra. —Rodrigo es un hueso duro de roer, no podemos hacerle cambiar. Entonces, ¿por qué no comenzar por Noa? Esa chica despreciable es tonta y torpe desde la secun