La atmósfera de la cena era muy agradable.

Julio, al ver las pizzas en la mesa, mejoró su estado de ánimo e invitó a Alejandro a cenar juntos.

En la mesa, las parejas compartían la cena de manera muy animada y feliz.

Al llegar la noche, Diego regresó a su estudio para revisar la montaña de documentos.

La enfermedad de su padre ya había sumido a KS en una cierta agitación, y Urbano aprovechaba la oportunidad para causar grandes problemas, lo que le causaba dolor de cabeza.

Afortunadamente, Diego tenía la capacidad suficiente para estabilizar de inmediato la situación, y la corporación estaba volviendo nuevamente a la normalidad.

Después de ocuparse durante un buen rato, se quitó las gafas plateadas, se masajeó delicadamente las sienes adoloridas y cerró los ojos para descansar.

—Estoy realmente cansado. No sé cuándo esa mocosa estará lista para hacerse cargo de la empresa. ¿Cuándo podré retirarme?

Se escuchó un pequeño golpeteo en la puerta.

Diego se acercó y la abrió.

—Diego.

Teófilo,