En este mismo momento, por primera vez en su vida, él sintió vanidad, de repente quiso tomar una foto, y enviarla al tal Rodrigo¿Quién dijo que solo puedes venir tú? Mira, ¡yo también he entrado!—Alejandro, ¿qué estás mirando por todas partes? —Clara lo miró sorprendida. —¿Sabes que anteriormente tu mirada parecía la de un ladrón?—Lo siento. —Alejandro retiró rápidamente la mirada, sintiendo que había perdido el control nuevamente.—Excepto por la última habitación del lado izquierdo del segundo piso, puedes elegir y quedarte en cualquier otra habitación. En la nevera de la cocina hay algunos ingredientes que Aarón dejó, si quieres comer, prepáralos tú mismo. No tengo cocinero aquí—dijo Clara con total indiferencia, girándose y subiendo las escaleras.—¿Por qué no se puede entrar en esa habitación? —Alejandro preguntó muy tontamente.—Porque es mi habitación—dijo Clara deteniéndose repentinamente, mirándolo con una sonrisa indecisa. —No te preocupes, no tengo secretos oscuros, ni pe
De repente, ella sintió un fuerte peso en su espalda y su cuerpo se inclinó hacia adelante bruscamente.Alejandro la abrazó fuertemente desde atrás, su cuerpo la envolvía por completo, deseando poder fundirla en su propia carne. El pecho musculoso y ardiente del hombre se ajustaba a su delgada y firme espalda, su palpitar intenso golpeaba contra ella una y otra vez, mareando su mente y extendiendo una sensación de entumecimiento y debilidad desde su espalda hasta su pecho.—Alejandro... —Clara respiraba agitadamente, lo llamaba con una voz bastante ronca.En su voz había claramente una emoción de resistencia, pero esta vez no hubo ninguna lucha.—No puede ser insignificante... No te permito decir eso.Alejandro la abrazó con más fuerza, sus brazos rodearon por completo su cintura frágil, su aliento cálido se esparció en el cuello blanco y sonrosado de ella. —Hace veinte años, perdí a la persona más importante para mí. Veinte años después, he encontrado a la única y valiosa persona en
—Bueno, tan solo es una pequeña herida, no te preocupes... ¡Ah! —Clara parpadeó y fue atrapada por Alejandro, quien la levantó por la cintura. Ella instintivamente presionó su pecho.—Te llevaré de regreso a tu habitación, ¿hay un botiquín en casa? Te ayudaré a vendarte de nuevo. —Alejandro la miró intensamente con ojos brillantes y subió las largas piernas hacia arriba.—No necesito tu ayuda. Soy una cirujana profesional, puedo vendarme yo misma. —Clara apretó con fuerza su pequeña mano blanca en un puño, golpeando su pecho con total vergüenza e indignación. No se atrevió a usar demasiada fuerza, parecía más bien como si estuviera rascándose de una picazón. —Además, señor aquí tengo una herida en el brazo, no en la pierna. ¿De qué sirve que me cargues? ¡Puedo caminar sola!Lo sé, pero quiero abrazarte. —Alejandro vio sus ojos oscurecerse y lo que pensaba en su corazón salió de su boca sin pensarlo dos veces.El pequeño puño de Clara se apoyó en su sólido pecho. Su respiración se volvi
La bofetada en este momento no fue tan fuerte en comparación con la de antes.En comparación a la anterior, esta vez Alejandro sentía que Clara estaba acariciando su mejilla, incluso no pudo evitar curvar sus labios.¡Dios mío! ¿Este desgraciado estaba sonriendo hace un momento?¿Por qué ahora se está volviendo más despreciable?—¿Qué estás haciendo, quitándome acaso la ropa? —Clara cruzó los brazos, sin darse cuenta de que sus mejillas estaban completamente rojas.Alejandro la miró fijamente, con una mirada llena de ternura y amor. —Estoy ayudándote a tratar tus heridas.¡Qué excusa tan convincente, verdad!Este desgraciado se está volviendo cada vez peor.—Tú... Podrías haber salido y esperado a que me cambiara de ropa adecuadamente antes de entrar, o simplemente cortar las mangas de mi ropa con unas tijeras...no crees ¿Por qué tuviste que quitarme la ropa de esta manera? —Clara estaba totalmente furiosa, su rostro estaba realmente pálido y rojo, sus ojos brillaban de vergüenza y eno
Él deseaba poseerla por completo y atraparla en su cuerpo totalmente. Solo de esa manera, ella se convertiría en una parte de su cuerpo y no podría escapar.—¡Alejandro... mmm...!La voz de Clara estaba mezclada y su rostro estaba expuesto, permitiendo que el hombre la maltratara por completo.Sus hermosos ojos estaban llenos de lágrimas, sin saber si era por el maltrato o por el beso que la había dejado inconsciente y sin pensar en nada más.Alejandro no estaba dispuesto a dejarla así, esta noche estaba destinada a ser inquietante y muy lujuriosa.Hábilmente, sin tocar su herida, su mano izquierda se deslizó por detrás de ella y le quitó su última prenda de modestia y pudor...También rompió la última línea de defensa psicológica de Clara, ella se rindió por completo, su cuerpo se volvió suave y tembloroso debajo de él, como si se deshiciera al más mínimo toque de sus manos.—Clara... esta vez, seré muy gentil, entrégate a mí... ¿de acuerdo?Los ojos acuosos de Clara volvieron a cerra
De la sartén salió un vapor caliente, Alejandro levantó la mano para limpiar el sudor que caía por su mejilla y suspiró muy frustrado:—Se ha quemado de nuevo.Clara finalmente notó que la basura al lado estaba llena de montañas de huevos.—¡Jajaja...! Estúpido, has calentado demasiado el fuego, la temperatura del aceite está demasiado alta. Ni siquiera en una granja de pollos podrías causar tanto desastre como este.El corazón de Alejandro se estremeció, se dio la vuelta rápidamente y se encontró con los ojos entrecerrados y llenos de agua de la pequeña y delicada mujer. —¿Te desperté? —preguntó nerviosamente.—No, mi reloj biológico me despertó, no tengo la costumbre de quedarme en la cama—respondió ella con total sarcasmo.Clara señaló la basura y se burló, —Afortunadamente, César no lo vio. Él odia cuando alguien desperdicia comida. Probablemente te haría recoger todo y comerlo.—Cuando estaba en el ejército, no dejaba que se desperdiciara comida. No hay nada malo en recogerlo y c
Alejandro no profundizó en esas palabras; en ese momento, todo en su mente giraba era en el incidente anterior, se encontraba lleno de remordimiento y tristeza.—No lo hagas. Llamaré a César para que lo entregue, o si quieres, que venga y lo haga. Aunque su habilidad en la cocina no se compara con la de Aarón, sabe cocinar bastante bien.Alejandro también notó que Clara se encontraba descalza, dejando ver sus pies blancos y delicados. Frunció el ceño al darse cuenta y, sin más, agarró su fina cintura, levantándola fácilmente.—¿Qué estás haciendo? — Las manos de Clara se aferraron rápidamente a los anchos hombros del hombre.—¿Cómo puedes descuidarte así? El suelo de baldosas está totalmente frío, ¿cómo puedes andar descalza en casa?Alejandro colocó a Clara con cuidado en la mesa, arrodillándose frente a ella, y tomó uno a uno sus pies, abrazándolos para mantenerlos bien calientes.Tan cálido, todo era la familiar temperatura de ella.Clara cerró los ojos ligeramente, muy cómodamente
En medio de las protestas de Clara, Alejandro se dirigió con gran rapidez hacia la entrada y abrió. —¿Alejandro?César vio a Alejandro sosteniendo a Clara como a una hija frente a él. Ambos estaban totalmente desaliñados, parecían recién levantados.César se quedó boquiabierto, sus creencias se vieron trastocadas, comenzó a imaginar mil cosas indebidas, su rostro se enrojeció y casi se le cae la mandíbula. ¿Acaso ellos dos finalmente se reconciliaron?—¡Alejandro, suéltame! — Clara estaba completamente avergonzada, inhalando ruidosamente cerca de su oído.—Clara, ¿puedo dejarlo entrar? — Alejandro la miró fijamente y preguntó con gran sutileza. Con César presente, Clara estaba completamente bajo su control, lo miraba con furia, pero solo pudo afirmar con la cabeza.—¿Entonces, puedo entrar también yo?Una voz familiar y muy perezosa se dejó oír de nuevo.Alejandro y Clara abrieron los ojos de par en par al ver a Rodrigo aparecer detrás de César no se sabe desde cuándo estaba allí. E