—¡Te casarás con Nicolle White! Ella debe ser tu esposa, hijo —demandó
Serkan estaba sentado frente a su padre mirándolo con frialdad inyectada en sus zafiros tenebrosos, mientras este le explicaba las razones por las cuales debía casarse con Nicolle.Una sonrisa fingida apareció en sus labios y tomó un respiro.Odiaba demasiado estar en una situación como esa, teniendo que aceptar el hecho de que iba a enlazar su vida a una persona, algo que era demasiado lejano a su ser.Él no era igual a los demás, de hecho existía un muro altísimo que lo separaba de lo habitual, de lo "común".Solo dos palabras, aunque fuertes y contundentes: Trastorno Antisocial.—Me niego a casarme con esa joven. ¡No soy un títere al que puedes manipular a tu antojo! —vociferó Serkan golpeando con fuerza la mesa.Su padre lo miró con el ceño fruncido obviamente molesto por la actitud de su hijo.—Deberías tener más cuidado con tus palabras Serkan. Necesitamos que te cases con Nicolle para mantener el secreto lo más seguro que podamos, no es una alianza que puedes detener. ¡Maldita sea! —y se cubrió el rostro, lleno de frustración.Serkan sabía que su padre tenía razón pero no quería aceptarlo. Odiaba tener que compartir su vida con alguien especialmente con "Nicolle".Su nombre voló a su cabeza: sangre, alaridos de dolor y el ruego en sus enormes ojos.Cómo si fue ayer, lo recordaba nítido todo.Miró a su padre, estaba serio.Sin embargo, no se dejó intimidar y se puso en pies, sin dar su brazo a torcer.—¿Tiene que ser de esta manera? No es el modo que sueles usar —apuntó burlón y su progenitor lo miró agobiado, entonces se aproximó a él, sacó de pronto un arma y lo apuntó —. ¿¡No te das cuenta que es imposible para mí un enlace marital!?No, no era la primera vez que su hijo amenazaba con matarlo, y él, que también poseía un alma oscura, ni se inmutó en el acto. Solo permaneció allí, a la espera de su proceder.—¿Estás tomando los fármacos? ¿te apegas al tratamiento? Debes aprender a controlar tus emociones Serkan. No puedes permitir que te dominen así. Además necesitas dejar de lado ese trastorno antisocial tuyo. No queremos que Nicolle sospeche de tu verdadero yo, de lo que eres y no puedes escapar —siguió diciendo su padre, con una voz fría y calculadora.El hombre lo miró con ojos sombríos sintiéndose prisionero de eso que durante mucho lo volvió miserable.Se sacudió de su tormentosa realidad y clavó con fiereza los ojos en su progenitor.—¿Qué pasa con lo que yo quiero padre? ¿No tengo el derecho de tomar mis propias decisiones?—Pero la realidad es que en este mundo no puedes tener ese derecho. Debes entender que tus decisiones afectan no sólo a ti sino también a todos los que te rodean —recalcó su padre con una expresión cansada —. Nicolle es un cabo suelto y lo sabes, ella podría recordar, ¿quieres que eso suceda?Su hijo apretó los ojos con fuerza y terminó bajando el arma.—¿Qué garantiza que Nicolle no recupere sus recuerdos a mi lado?—Asegúrate de envolverla. Eres bueno rodeando a las personas como una serpiente, estoy seguro de que lograrás jugar con su cabeza, mientras ella permanezca a tu lado, no subirán a su mente los recuerdos. Haz lo que mejor sabes hacer: fingir, manipular y mentir. ¿No es eso pan comido para ti? —declaró.Serkan suspiró pesadamente por enésima vez.—Está bien padre. Haré lo que sea necesario para que todo esto funcione.Los dos hombres permanecieron en silencio durante unos minutos más sumidos en el peso de sus propios pensamientos. El ambiente era tenso y oscuro como si hubiera algo más allá de lo que podían ver. Pero ninguno de los dos se atrevió a mencionarlo.Finalmente el padre de Serkan se levantó de su silla y le dio una palmada en el hombro.—Deberías irte. Sé que esto no es fácil para ti pero te aseguro que valdrá la pena. Ahora vete a casa. Pronto comenzaremos con los arreglos para la boda.Serkan asintió y se puso en pies también.Ni siquiera se despidió, se marchó en el silencio, aunque lidiaba esquivando las palabras intrusivas en su cabeza.Caminando hacia la puerta Serkan se preguntó cómo iba a poder con todo. No quería casarse con Nicolle, pero no tenía otra opción.Y además de eso debía cambiar su actitud para cumplir con las expectativas de todos.***Por otro lado, la joven también se enteró de la mala noticia.Se le desorbitó la mirada al escucharlos.Las malas noticias y giros inesperados en su vida no se terminaban, primero la huida de su hermana, quién escapó con su novio secreto con tal de no casarse con ese hombre.¡Ella era la segunda opción!—¿P-por qué mamá, papá? Pensé que encontraron la solución, que no había necesidad de llegar a esto —señaló aterrada.Franz se apretó el tabique, mientras que su madre avanzó a ella.—Nicolle, deja de negarte, nosotros estamos en una posición difícil —expulsó dramatizada, afectada por hallarse en aprietos económicos...Solo eso le importaba.Se sacudió de su agarre y miró a su padre con odio.—¿Es lo único que significo para ustedes? Solo soy quien les devolverá estabilidad económica, ¿¡por qué me hacen esto!? —reclamó ofendida.Renata se hizo a un lado y expiró.—Solo cásate, Nicolle.—Papá... —se quejó —. No quiero casarme.—Sé inteligente —insistió Franz, calmado, acariciando los delgados hombros de su hija —. No te faltará nada, y nosotros también estaremos bien.Ella tragó duro. Su papá siempre le dio lo que necesitaba, y por eso se sintió obligada a arreglar el caos que desató su hermana con su huida repentina.Sin más, asintió, contrariada.—Está bien, lo haré.Se casaría con el hombre que todos temían, el tipo frívolo y desolado.Serkan Metternich, parte de su pasado desintegrado y quién pisaría sus futuros días.Pero la joven se sintió tan desesperada cuando entró a su habitación y cayó sobre sus glúteos, comenzando a llorar sin detenerse, inevitablemente estaba aterrada por lo que le esperaba.Escuchó tantas aberraciones y sucesos terribles sobre ese hombre que le daba miedo encontrarlo frente a frente. Todo eso estaba pasando por culpa del mal manejo del dinero de parte de sus padres; no señalaría de ninguna manera a su hermana, quien solo se zafó de aquello que sus padres le estaban imponiendo.Se dejó caer sobre la cama y solo entonces deseó con todo su ser no despertar nunca más, porque casarse con un hombre al que no amaba, era una pesadilla.La mañana llegó cargada de bruma y un recordatorio aplastante dejándola sin oxígeno. Ni siquiera tomó el desayuno. Sus padres la obligaron a ir a casa de ese hombre, no pudo hacer nada para evitarlo. Y, durante el trayecto empezó a ponerse nerviosa, insegura por cómo podría ser el encuentro. —Tú puedes hacerlo —se animó a sí, misma antes de avanzar rumbo al pórtico. Por su parte, Serkan se levantó casi a las seis de la mañana, no hacía más que clavar los ojos en la portátil y trabajar sin parar. Cuando discaba en la Mac, recordó a su hermano. Hacía un buen papel Charles yendo a la compañía al tiempo de fingir que tenía el control del negocio. Se preguntaba cómo asesinaba el tiempo en su oficina cuando no tenía que encargarse de nada en realidad y solo debía ocupar una silla. Su lugar...Expiró. Miró su reloj de muñeca y terminó exhalando. Ya casi serían las diez de la mañana y no estaba laborando como solía. Entonces se levantó por un poco de café. Terminó escuchando el interf
Las calles ya no estaban silenciosas. La brisa fresca soplaba en el ambiente haciendo que su cabello se ondeara. Los edificios altísimos de la ciudad brillaban con el resplandor dorado del sol mañanero.El suave murmullo de los coches y la gente empezaba a llenar el aire. Las calles que momentos antes estaban en silencio, ahora se habían transformado en un caos ordenado mientras todo el mundo se apresuraba para ir a sus actividades, y ella seguía en la marcha, insegura. Con la vacilación más latente que antes, y amenazada con tener que casarse con un tipo loco, cruzó por su mente escabullirse, apresurarse a huir mientras fuera posible. Y, cuando llegó a casa, su madre le apuntó que irían por el vestido de novia. ***Nicolle caminaba por la calle junto a su madre arrastrando los pies y mirando el suelo. Sabía que hoy no sería un buen día para ella. Su madre insistía en que tenían que ir a escoger un vestido de novia para su boda pero Nicolle no estaba emocionada por la idea. —¿Rea
La fiesta se estaba llevando a cabo en la mansión de los Metternich; se respiraba lujo y un ambiente sofisticado, y ella sentía que se estaba asfixiando allí dentro, lejos de los amplios y hermosos jardines en el exterior, se la pasaba terrible. El espacio estaba decorado con luces elegantes, centros de mesa impresionantes, flores frescas y suntuosos detalles dorados. La música que sonaba era una mezcla de canciones románticas y de moda que animaría a los invitados a bailar toda la noche. Pero ella se sentía tan apagada, queriendo largarse a llorar, escapar de aquel ambiente al que no pertenecía y fue obligada a estar. Era increíble ver a tantas personas que no vio jamás en su vida, a todos los presentes actuando con pretensión.—Endereza la espalda, Nicolle, sonríe y saluda, no seas grosera, todos te están mirando ahora mismo. —Madre, ¿de verdad me estás pidiendo eso? —emitió por lo bajo, incapaz de hacerlo con naturalidad lo que su madre le pedía, solo de forma forzada lo hací
La boda fue un hermoso evento que acaparó la atención de todos los invitados, pero solo una pesadilla para Nicolle. Aunque radiante en su vestido blanco no podía ocultar su nerviosismo mientras se acercaba al altar. Su corazón latía con fuerza y en su cabeza se repetía una y otra vez la idea de huir de allí.Pero a pesar de sus temores la boda siguió adelante. El novio la esperaba sonriendo con la falsa ilusión y el fingido amor, mientras la ceremonia avanzaba. El ambiente era perfectamente cálido y acogedor coronado por la belleza de los detalles que decoraban el lugar.Y finalmente llegó el momento en que el oficiante anunció los votos. — Yo, Serkan Metternich, te quiero a ti, Nicolle White, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.Sabía que era su turno, pero se sentía incapaz de decirlo. Ante la expectativa de los presentes, terminó mirando a Serka
Era una locura sentirse en otra dimensión, como a través de su ser corría un millar de emociones que pensó no sentir. Se repetía en cuestión lo de la noche. Atrás quedaron sus temores y su deseo de huir, reemplazados por una pizca de miedo y una dosis de urgencia por ser tomada por el hombre.Serkan la besó con pasión, su boca devorando la de ella sin delicadeza, solo había urgencia. Nicolle cedió a la intensidad del beso, dejándose llevar por la corriente que los unía. Aunque sabía que no era lo correcto, que su instinto advirtiendo le decía que lo evitara, su cuerpo se rendía a la atracción repentina que sentía por él.La presión de su cuerpo contra la suya, la firmeza de sus manos en su cintura, todo era explosivo. Nicolle se sentía arrastrada por una fuerza que no podía controlar, una fuerza que le decía que esto era lo que quería, aunque su mente le gritara lo contrario.Cuando finalmente se separaron, Nicolle se apoyó en la pared, tratando de recuperar el aliento. El lugar par