Ammos aún estaba sentado en la cama sonriendo, su mirada estaba fija en Mara, una mirada similar a un depredador calculando la distancia y movimientos de su presa indefensa. Al levantarse de la cama en su dirección Mara no se dio cuenta, él se planta delante de ella tomándola por absoluta sorpresa, impidiendo que avanzará y con la misma mirada de depredador le dice a Mara:

-Tu té quedas conmigo-dijo mientras le desabrochaba la blusa sintiendo como ella aún se rehusaba a sus caricias, solo miraba su cuerpo desnudo que la envolvía infinitamente.

-Ammos no quiero que...-él impedía que siguiera hablando con caricias reservadas solo para aquellos momentos hasta el punto en que ella ya no se resistiría.

-Te he buscado por tanto tiempo que no me canso de tenerte... ya no te resistas lo deseas tanto como yo.

Él, la toma por la cintura luego de terminar de desvestirla, dejándola en la cama indefensa y sedienta de más.

Alrededor de las 11 de la mañana cuando la pareja se alistaba para baj