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¿Quieres que tu madre sufra más de lo que ha sufrido?

Capítulo 4 ¿Quieres que tu madre sufra más de lo que ha sufrido?

A Sebastián no le extraño para nada que Julieta apareciera, desde que le había propuesto un matrimonio de conveniencia, esta mujer no se había separado de su lado.

Él le habló claro, este era un matrimonio de conveniencia, acordaron que ella recibiría una cantidad escandalosa de dinero por actuar en su papel y posteriormente en algún momento se divorciarían, cada uno viviría a su manera, con la excepción de que mientras su abuelo estuviera vivo y delante de él actuarían como una pareja que se llevaba bien.

—Julieta, permíteme un momento, enseguida estoy contigo—le hablo con firmeza, harto ya de su persecución tan frecuente

— ¿Y ella quién es? —pregunto con rabia disimulada, Julieta no era nada tonta en cuanto llego, sintió algo en el ambiente, además era obvio la forma en que se miraron, y para colmo de males esta era una mujer muy bella.

Julieta nunca esperó que Sebastián Myers la pidiera en matrimonio, ya que había sucedido, acepto sus condiciones sabiendo que en algún momento lo haría suyo. Su propósito consistía en casarse y no dejar que ninguna otra mujer lo apartara de ella. Una vez cerca de él, nadie podría quitarla del camino.

Al no recibir una respuesta de Sebastián, Julieta se dirigió a la mujer que tenía enfrente a solo unos escalones de distancia—¿Usted quién es señorita?

—Soy la hija de, industrial Antón Lewis—mintió rápidamente, no tenía caso hacer que esta mujer también sufriera, por lo que paso entre ellos dos

—Y porque no ha entrado, aunque creo que él no ha llegado, tengo entendido que una de sus hijas se casa hoy

—Yo… Llegue tarde y perdí la invitación señorita, en realidad le decía al Señor Myers que debía irme, debo estar en la boda, solo vine a dar una disculpa, así que me iré ahora mismo—Britania dio la vuelta para marcharse sintiendo un gran peso en su corazón, camino rápidamente solo quería desaparecer de inmediato, sabía que su excusa nadie la creería, fue lo mejor que pudo decir en estas circunstancias

Sebastián dio un paso adelante al escuchar esas últimas palabras de Britania, en ese momento Julieta lo tomo del brazo hablándole en un tono bajo— ¡No me hagas esto, no me humilles así, es el día de nuestro compromiso, no puedes salir y dejarme sola aquí en este momento, alguien podría estar mirando!—le suplico ella

Él se encontró en un dilema, si bien es cierto que no podía ausentarse así de su propio compromiso, recordó que Britania no le había dado sus datos. —Está bien, espérame adentro—al ver que ella intentó protestar le dijo con firmeza—Hazlo o esta falsedad se termina en este momento.—la amenazo

Al escucharlo a Julieta no le quedó otra alternativa que entrar, al irse ella, Sebastián llamo a uno de sus guardaespaldas—Sigue a esa chica que acaba de salir, no la pierdas de vista, debes ver a donde va y me informas, y quédate allí hasta que yo llegue

— ¡Está bien, señor!

A Britania le costó conseguir un taxi en este lugar tan exclusivo, después de caminar un rato por fin consiguió uno.  Todo lo que había hecho era tiempo perdido, recordó sus palabras, él dudó de que este embarazo fuese de él. Ella era virgen cuando se acostó con él, y aun así él dudó que fuera el padre de su bebe.

¿Qué podía esperar de un infiel? Casi se murió de la vergüenza cuando la prometida salió y los vio, sintió pesar, ella no quería hacerle daño a esta mujer, quizás ella no conocía las andanzas de su prometido.  Saberlo debería ser doloroso, decidió no intentarlo más, ella se había metido solita en esto y tendría que resolver.

— ¿Quiénes son ustedes? —un miedo paralizante cubrió todo su cuerpo, ¿por qué le pasaban estas cosas? —Escuchen, no tengo dinero, soy muy pobre, en este momento soy más pobre que una rata de alcantarilla, no tengo nada ¡Por favor déjenme ir!

Nada, estos hombres sentados uno a su derecha y otro a su izquierda, otros dos ubicados adelante, uno como chofer y el otro en el asiento de acompañante, no decían nada. El recorrido se hizo bastante largo, hasta que reconoció el trayecto, esta era la casa en donde vivía su mamá.

El maldito de Antón la había secuestrado para obligarla a este absurdo matrimonio.

No podía permitirlo, tenía que buscar la manera de escapar, ese viejo desgraciado no podía estar haciéndole esto y su mamá, como podía permitirlo.

….

Los hombres la condujeron con violencia al despacho, ella trató de zafarse del agarre de estos tipos corpulentos, pero no hubo forma de escapar. Abrieron la puerta del despacho y allí, sentado frente a su escritorio, como un rey en su trono, estaba ese mal hombre, que desgraciadamente tenía el suficiente poder para retenerla allí

— ¿Pensaste que escaparías y me dejarías a merced de Alexander Ruso, ¿no entiendes que ese maldito puede destruirme económicamente?

—No quiero casarme con él y no lo haré, estoy harta de tus imposiciones, ¿por qué tenías que entrar en mi vida? ¿Por qué no nos dejaste en paz? ¿Por qué no te vas al mismísimo demonio?

—Cállate, m*****a, imbécil, él quiere una esposa para garantizar su buena reputación en la sociedad y mi fidelidad en los negocios en común y esa esposa serás tú, embarazada o no

— ¡Tienes dos hijas! ¡Ofrécele una de ellas! ¡Porque tengo que ser yo!—se había hecho esa pregunta una y otra vez

—Porque eres la única inútil de la familia, tienes 23 años y dime que has hecho de tu vida, tu madre se ha sacrificado por ti siempre, sabes cómo ha trabajado para ti y para el vividor de tu padre, todo el dinero que ganaba iba a parar a tus manos y a las manos de ese perdedor y tú dime que has hecho de tu vida, eres solo una inútil ¿Quieres que ese hombre me destruya? Piensa por favor, ¿qué será de tu madre? ¿No crees de qué es hora ya de que hagas algo por ella? ¡Sé útil por una vez en tu vida!

—Estoy embarazada de otro hombre, ¿qué no entendiste de eso? — Antón sintió pura rabia; una rabia terrible que lo quemaba por dentro.

—Ya se lo conté y no le importa! Siempre que ese niño no lo moleste no tiene problemas, solo quiere una garantía de mi fidelidad en los negocios y casándose, también piensa cambiar las dudas que quedaron con la muerte accidental de su mujer, y eso se hará casándose con una mujer de esta familia, y esa mujer eres tú, perdedora.—Antón tenía que convencer a esta perdedora aunque aún no le había dicho nada del hijo a Alexander, ya ella vería que hacer una vez casados.

— ¿Al menos puedes aplazar la boda? —le rogó

—Él no quiere eso, él desea casarse hoy, ya hay suficientes habladurías sobre el cómo para provocar más. Si quieres verdaderamente a tu madre, accederás a esa boda, si esa boda no se lleva a cabo, él destruirá a esta familia ¿Eso quieres? ¿Deseas tener eso en tu conciencia? ¿Quieres que tu madre sufra más de lo que ya ha sufrido? 

Además, hay algo que no sabes, tu mamá sufre de depresión severa, necesita tranquilidad, no está angustia, para ella fue terrible, estar embarazada a su edad y todas las complicaciones del parto. Actualmente sufre de depresión. ¿Puedes tenerle un poco de consideración?

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