Capítulo 35 ¡Dormiré si me prometes que estarás aquí cuando despierte!Con el rostro pálido, Tomás bajo la cabeza y le dijo: —Está bien, Señor, me disculpo por mi actuación de hoy, ¡Estoy avergonzado! ¡Por supuesto que atenderé a la señora lo mejor que pueda! —sus labios pronunciaban esas palabras condescendientes, pero su expresión era fría, él seguía pensando que hizo lo correcto. Consideraba a esta mujer una desvergonzada que se embarazó y se aprovechó de su hijo no nacido para atrapar un marido rico, ella no merecía su consideración.No obstante, Tomás a regañadientes también pensó que se había equivocado en su comportamiento, el Señor Sebastián al parecer sentía afecto por esta mujer. Tendría que mejorar su actitud a pesar de lo que sentía o pensaba. Hace mucho que estaba al servicio de Sebastián y no podía quejarse ni en su trato ni en el pago que él le daba por sus servicios. La tensión que sentía ante su amonestación le había dado dolor de cabeza.Sebastián, después de sacar s
Capítulo 36 ¡Está creciendo! ¡Nuestro hijo está creciendo!—Lo lamento Julieta, solo puedo estar aquí por un momento, así que trata de dormir, tengo cosas que hacer— ¿Te volveré a ver? ¿Volverás? ¡Para mí es muy importante! —volvió a indagar ansiosa. Sebastián no quería comprometerse con esa mujer, ni siquiera sabía por qué estaba tan apegada a él, apenas la conocía, pero no podía darle la espalda a otro ser humano que aparentemente lo necesitaba.— ¡Sí, volveré! —tuvo que decirle que sí, la idea es que se durmiera de una buena vez y marcharse para estar en su apartamento con Britania, a esta hora Victoria debe haberse ido, con suerte estaba Lucy acompañándola. Ella tomó su mano, y él escuchó su suspiro y vio como cerraba los ojos, solo estaría allí hasta que se durmiera, después se marcharía y el día de mañana enviaré a su asistente.Al ver como se durmió, intento sacar su mano, pero estaba fuertemente agarrada, le extraño que no se relajara aún dormida. Al final pudo desprenderse d
Capítulo 37 ¡Ya piensen en mi sobrino!Sebastián, emocionado, tomó las manos de Britania y las colocó en su vientre. Ella sonrió al ver su emoción. A Sebastián le pareció tan tierno el momento, quiso besarla. Mirándola directamente a los ojos, levantó suavemente una de sus manos y aparto unos mechones de su cabello que se encontraban en su mejilla, colocándolo detrás de su oreja.Britania sintió una emoción extraña, pero emocionalmente, reconoció ese sentimiento, era similar a lo que sintió esa noche en París. Su mirada y su aliento la envolvían en su delicioso frenesí. Lo deseaba, era puro y excitante deseo.Con una mano delicada, él sostuvo la nuca de ella, hundiendo sus dedos en su suave cabello, Sebastián inclinó la cabeza para conquistar sus labios, su perfume varonil impregnándola, su calor envolviéndola, sus labios fueron separados y su lengua inquieta proyecto su calor.Se escuchó su respiración pesada, y cada uno de ellos sintió los fuertes latidos de sus respectivos corazone
Capítulo 38 ¡Su propio lugar de trabajo!Sebastián no quiso seguir escuchando a Lucy— ¡Voy a traerte la leche, y alguna otra cosa de comer!Al ver que Sebastián se retiraba Britania miro a Lucy con furia— ¡Lucy debes dejar de hablar así, haces que me sienta avergonzada!—No entiendo por qué, son un hombre y una mujer, ya tuvieron una noche experimentando, y la prueba evidente es mi sobrino, así que deja de hacerte la mojigata, solo quiero que guardes el reposo convenido con el médico—mientras hablaba Lucy fue hasta el sofá, movió a Britania, se acostó allí y puso la cabeza en las piernas de su amiga— ¡Lucy, no digas cosas que me avergüencen! ¡Realmente solo hablábamos!— ¿Sí? Eso no te lo crees ni tú misma ¿No viste su mirada hacia ti? ¡El sujeto te comía con la mirada!— ¡Deja de ser tan espontánea! ¡Hay personas que no se acostumbran a eso! ¡Deberías irte a dormir!—No, yo me levanté porque no te vi, ¿Recuerdas? ¡Nos acostamos juntas en la misma cama y cuando no te vi me preocupe!
Capítulo 39 ¿Mi hermanastra?Sebastián se sintió emocionado, si hubiese sospechado que con eso bastaba para recibir su abrazo lo habría puesto en práctica hace tiempo —Sí, indícales que necesitas o cómo quieres que lo decoren, ellos te ayudaran, no sé mucho de eso, pero tú y tu amiga pueden explicarlesDe pronto Britania se dio cuenta de lo que hacía, no podía evitarlo, se sintió emocionado, Ella sonrió, su sonrisa beatífica iluminó todo su rostro, se sentía tan agradecida por su obsequio, se quiso separar de él, pero ella sostuvo y no la dejo ir, así que ella siguió abrazada a Sebastián,— ¡Lo siento! ¡Es que no lo esperaba! ¡Nunca había tenido un lugar para trabajar! ¡Me enternece que hayas pensado en eso!Él inclinó la boca hacia su oreja, sus labios murmurándole. — ¡Solo quiero que te sientas cómoda! —Al bajar la cabeza, ella casi pudo apreciar el olor a whisky escocés en su aliento.—Deberías saber algo, por lo general hacer una escultura, incluso pintar no es algo tan… limpio y
Capítulo 40 ¡No somos hermanas!— ¿Qué quieres, Penélope? ¿A qué has venido?—Solo quería verte hermanita menor—la frase fue dicha mostrando una sonrisa fría y arrogante— ¡No somos hermanas! ¡Ni siquiera somos familia y te has encargado de decírmelo de todos los modos posibles, así que deja ya el teatro que haces aquí! ¡Tampoco nos llevamos bien! ¡Deberías marcharte!Penélope la ignoró por completo y continuó como si hablara para sí misma caminando y observando todo a su alrededor—La mayoría de las personas de dinero sabe que la ubicación de este apartamento es una de la más hermosa y elegante de la ciudad, son lugares inmensos con mucha vigilancia privada y con todas las comodidades internas —Penélope recorría el salón con los ojos admirados. Cada objeto allí era valioso. En su mente, ella solo pensaba ¿Cómo esta estúpida ha sido tan afortunada?—Estaba haciéndole un chequeo en los dominios de Sebastián Myers, sabes que hace tiempo quiero hablar con él, pero parece un rey, al que ha
Capítulo 41 ¿Qué hace este hombre aquí?Una sombra de rechazo, apenas perceptible, cruzó el rostro de Sebastián. Esta expresión no pasó desapercibida para Julieta, ya que estaba pendiente hasta de los más mínimos gestos de Sebastián. Ella de inmediato se sintió despreciada, aunque trato de no demostrarlo. La ansiedad se apoderó de ella.—Julieta, no puedes malinterpretarme —dijo Sebastián con voz seria, tratando de calmarla—, si he venido aquí es por solidaridad contigo, no quiero que te hagas falsas ideas.La expresión de Julieta se ensombreció aún más, reflejando una tristeza profunda. Sebastián se sintió incómodo ante su evidente dolor.—Lo siento si te he ofendido —se disculpó—, pero es la verdad. No quiero que te hagas ilusiones. De hecho, al venir hacia aquí, mi asistente me notificó que hoy se ha publicado una foto tuya y mía en el hospital, lo que ha generado un malentendido. Incluso se habla de que hemos reanudado nuestro compromiso.Sebastián hizo una pausa, buscando las pal
Prologo Britania Rossi, a su llegada a París, lo primero que hizo fue visitar los museos de arte, especialmente el antiguo palacio donde estaba el Louvre. Un año después de su llegada a esta ciudad, confiaba firmemente en que este era sin duda alguna el mejor lugar para pensar en su futuro tan incierto. La sala estaba repleta de personas, que iban de un lado para otro para contemplar las pinturas que llenaban las paredes. Cualquier persona que la observara pensaría que esa pintura que fijamente observaba llamó fuertemente su atención. No obstante, en este justo momento, ella no estaba viendo nada, absolutamente nada. Realmente ella solo reflexionaba sobre lo que su padrastro le había ordenado hacer dos días antes, según él, ya había transcurrido un tiempo suficiente, y ella debía regresar con urgencia y dejar de perder el tiempo. Ese hombre miserable y arrogante le tenía preparado un matrimonio de conveniencia que beneficiaria a las dos partes involucradas. En otras palabras, ella