Ella abre los ojos y sale del auto, y yo voy a la par de ella entrelazados nuestras manos nos dirigimos a la casa. Entramos a la casa y los niños estaban enfrente de nosotros, Liz los quedaba observándolos y los niños corren hacia Liz gritando, mami, mami, mami, regresaste mami, Liz los abrazó fuerte a los dos y los besaba.
—Mis niños no saben la falta que me hacían, los amos mis pequeños, pero saben que les tengo una noticia, mami vino a quedarse y no se irá porque ustedes son importantes para mami, los amo mis bebés yo no me iré jamás.
—Liz puedes ir con los niños a la habitación para que descanses.
—No, Dylan —niega con la cabeza—, yo he descansado mucho y ahora quiero pasar m&aacut
Liz.Me encuentro en el jardín viendo las estrellas y escuchando el sonido de la noche.—Liz, podemos hablar —me impresiono al sentir a Dylan inesperadamente.—Sí amor, pasa algo —sin quitar mi mirada del cielo estrellado le contesto.—Perdóname por lo que te voy a decir, pero necesito que tú y los niños se vayan sin mí por un tiempo —me levanto de golpe al escuchar eso—, hay muchas amenazas y cosas que organizar—parpadeo un par de veces hasta asegurarme que no es una ilusión—. Perdón, pero esto lo hago por su seguridad, tú sabes cuánto te amo y no quiero que vuelva a pasar.—¿Y tú crees que está es
Dylan.Siete meses, siete malditos meses que no sé nada de Liz ni de mis hijos, estoy furioso, ya que ella se fue del lugar que en verdad tenía que vivir, pero esta mujer es de armas tomar y se fue, ahora no sé dónde está.La situación del peligro está todo bajo control, pero ahora me encuentro devastado porque a ella no la puedo encontrar. ¡No puedo vivir un día más sin ella!—Dylan, perdón por sacarte de tus pensamientos, pero tengo que decirte algo, todo está marchando bien con el negocio, pero Liz tiene que estar donde está por el momento aunque no te preocupes la estaremos buscando eso sí no dejaremos de hacer.—Te estás escuchando, me estás enredando todo, no
—Felicidades, Ana, Fernando ya me informó de todo y gracias a Dios ya terminamos el turno, así que creo que es mejor irnos y cenamos en casa —me señala la salida.—Si, pero el Dr. Rivera me dijo que lo esperara que iba a hablar con el jefe.—Tranquila ya es hora de irnos yo hablé con Fernando, me dijo que hoy te fue excelente y que te espera mañana.—Vamos entonces Estela, ya quiero ver a mis hijos.***—Mami volviste y mi papi volverá pronto mami —Liliam con sus hijos brillante me decía lo emocionada que estaba.Entrando al apartamento no me dio de ir a saludar a mis niños porque vi
Dylan.—Rafael escuché a mi niña, ellos están bien, Liz es una excelente madre aunque me tiene enojado, tienes que ubicar la señal del móvil, tienen que buscarla, ya necesito a mis hijos y a mi esposa.Ah, soy el hombre más feliz del universo, mi amada está viva y con mis hijos. Mi corazón ha vuelto a latir a mil por horas, dado que ya se encontraba muerto. Puedo decir que toda esta mierda me tiene al borde de la locura, juro que no me cansaré hasta encontrarte y jamás solarte, ¡jamás!—Tranquilo en eso estamos además lo importante es que ella está en España y la buscaremos.La tranquilidad de Rafael me molesta porque siento que es como una ofensa e hipocresía, no p
Ana (Liz).***Hoy el turno estuvo un poco relajado hasta que me avisan que el director quiere hablar conmigo, espero que estela no le haya dicho nada, estoy que me muero de los nervios no sé qué pensar lo que me estoy arrepintiendo de haber confiado en ella es decir en mi caso debí solo estar sola para no perjudicar a nadie.Toco la puerta de la oficina hasta que escuchó el pase.—Buenas tardes, doctor.—Pase Ana, la llamaba para decirle que todo está en orden con los documentos y mañana tendrá una oficina asignada y se les dará los detalles para qué laboré usted sola, además me ha demostrado que puede y espero que no me decepcione, confío en ust
***Tocó el timbre...—Hola, Fernando pasa —la muy hipócrita me recibe con una enorme sonrisa de oreja a oreja—, a que se debe tu visita, al parecer hoy es día de familia porque aquí está estela.—Súper... mejor —en mi rostro se dibuja una enorme sonrisa.—Hola, hermanita —corro hacia ella, al ver a mi hermana cómoda sobre el sillón.—Hola, Fernando qué te trae por aquí —a regañadientes abre sus ojos.—Ya lo verán...—Está bien —ella se sienta al ver la seriedad de mi rostro
—Aquí nadie se va y quiero que los dos se comporten —hablé gritando, dado que ya estoy harta de la situación.—No Ana, no permitas que él venga aquí como si nada, si él te dejó eso significa que no es nadie en tu vida —vocifera Fernando y acercándose a mí.No comprendo a este hombre, cómo es posible que se preocupe, dado que hace unos minutos me acaba de decir peste, ¡quien lo entiende!—Alto... no se te ocurra acercarte a mi mujer, me estás acabando la paciencia y no te gustará saber con quién te estás metiendo idiota —Dylan con los puños apretados se dirige a Fernando.Ah, estoy segura de que está a punto de explotar
Dylan.Estoy con los niños, pero Liz se dilató mucho hablando con sus amigos, dejó a los niños jugando y les digo que después regresaré y salgo de la habitación para ver qué es lo que está pasando, pero resulta que Liz no está y salió con el idiota, estoy que me hierve la sangre de enojo y celos. Al hablar con la amiga de Liz veo que las dos comparten mucho y veo amor en sus ojos.Una llamada entrante de mi guardaespaldas.—Señor, le tengo una mala noticia, es su esposa.—¿Qué pasa con ella?—Señor, un hombre la secuestró y ahora los estoy siguiendoÚltimo capítulo