Capítulo 44

Tímidamente entro al despacho y él me queda observando cada paso que doy y cada gesto.

 —Puedes tomar asiento Liz —su voz hace eco en mis oídos.

 —Dylan yo…, y... —tartamudeo, tengo mucho miedo a la decisión que él llegue a tomar.

 —Tranquila Liz yo quiero hablar contigo —se levanta del asiento para luego ver que rodea el escritorio.

 —Dylan, perdóname, tienes que creerme, ¡yo te amo mi amor!

 —Liz, no tengo nada que perdonarte porque te creo —me dejo caer al escuchar eso—. Liz, de corazón te digo que me deberías de perdonar tú a m&iacu

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